Por Chiara Dommarco
Nazaret (Agencia Fides) - "La paz es nuestra esperanza". Bajo este elocuente título ha comenzado el primer fin de semana del campamento de verano organizado por los sacerdotes de la parroquia de la Iglesia greco-católica melquita de Nazaret, con el apoyo de algunos amigos italianos. Durante un mes, de mediados de julio a mediados de agosto, más de 50 niños y jóvenes de entre 6 y 25 años, junto con varios animadores, disfrutarán de momentos de juego, encuentro y oración todos los sábados y domingos, intentando atravesar y superar juntos un verano en el que el conflicto afecta directamente sus vidas.
El archimandrita Simaan Jaraisi, vicepárroco de la comunidad melquita de Nazaret, ha descrito a la Agencia Fides la precariedad de la vida cotidiana de los nazarenos en estos meses: “En el norte, las sirenas suenan constantemente y en el centro, los aviones vuelan al norte y al sur. No saber lo que va a pasar, y no solo mañana, sino dentro de una hora, genera sentimientos de gran desesperación y tristeza. El futuro es desconocido y oscuro para nosotros. Necesitamos de todo, tanto bienes materiales como espirituales”.
Entre las numerosas actividades previstas durante los fines de semana del campamento de verano se encuentran el fútbol, el baloncesto y otros juegos al aire libre, así como momentos de encuentro y oración en las instalaciones del complejo parroquial.
Si la evolución de los acontecimientos lo permite, al padre Simaan y a sus cohermanos les gustaría incluir en el programa del campamento de verano una vigilia de oración en la Basílica del Santo Sepulcro y posiblemente también una visita a otros Santos Lugares de Jerusalén. Recorrer los 145 km que separan Nazaret de la Ciudad Santa puede no ser posible, pero sería la única oportunidad para la mayoría de los jóvenes de poder salir de su ciudad después de tantos meses.
La guerra que estalló el pasado octubre ha acentuado el fenómeno de la emigración de los cristianos árabes de Oriente Próximo en los territorios israelíes. Según los datos publicados en diciembre de 2023 por la Oficina Central de Estadística israelí, que reflejan la situación anterior al conflicto, los cristianos representan alrededor del 1,9% de la población del Estado de Israel. En Nazaret, la mayor ciudad árabe del norte del país, hay unos 20.800 cristianos árabes, de un total de casi 78.000 habitantes. Sin embargo, actualmente no es posible saber cómo y cuánto han cambiado estas cifras desde el pasado octubre.
“No sabemos exactamente cuántos cristianos hay ahora en la ciudad -dice el archimandrita melquita-, ya que desde hace años el número de cristianos en Nazaret ha ido disminuyendo por varias razones: tenemos una historia difícil a nuestras espaldas, fundar una familia cuesta mucho dinero y nunca ha sido fácil encontrar trabajo. La mayoría de los cristianos de la ciudad se trasladan a Australia, Estados Unidos y Canadá. Con esta última guerra, el fenómeno ha aumentado, también porque encontrar trabajo se ha vuelto aún más difícil y el coste de las necesidades básicas ha subido exponencialmente”.
Los greco-católicos melquitas siempre han representado el componente mayoritario de los cristianos católicos de la ciudad y, según las últimas estimaciones de antes de la guerra, la parroquia donde sirve el padre Simaan contaba con unos 10.000 bautizados.
La Iglesia greco-católica melquita sigue el rito bizantino, pero utiliza predominantemente la lengua árabe en sus liturgias. La archidiócesis greco-católica melquita de Akka (Acre), que también tiene jurisdicción sobre Nazaret, está regida desde 2019 por el arzobispo Youssef Matta y cuenta con unos 78.000 fieles y 35 parroquias.
“Lo más difícil de entender y aceptar para mí -concluye el archimandrita- es que después de siglos de guerras, incluidos los horrores del siglo XX, el mundo sea incapaz de poner fin a otra guerra más. Esto me resulta incomprensible. No comprendo la razón de tanto sufrimiento y muerte, sólo pido al Señor que la paz llegue a los corazones de los gobernantes y a todos nosotros”.
(Agencia Fides 15/7/2024)