ASIA/LÍBANO - General Abagnara (UNIFIL): “La visita del Papa nos confirma en nuestra misión de paz”

jueves, 4 diciembre 2025 oriente medio   paz   conflictos armados   papa león xiv   fuerzas armadas  

por Gianluca Frinchillucci

Beirut (Agencia Fides) – En un Líbano marcado por una crisis económica agotadora, por fragilidades institucionales y por un clima de tensión creciente a lo largo de la Blue Line, la reciente visita del Papa León XIV comporta una señal de gran valor también para los operadores de paz presentes en el país.

Sobre el impacto del viaje apostólico ha reflexionado con Fides el General de División Diodato Abagnara, Force Commander y Head of Mission de UNIFIL, que guía la operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en el sur del Líbano.
Italia desempeña un papel de primera línea en la Misión, con un contingente significativo y un enfoque basado en la cercanía a las comunidades locales y en la coordinación con las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF).
En la conversación con los periodistas durante el vuelo que lo llevaba de Beirut a Roma, el Papa León XIV también hizo referencia a la “capacidad que tiene Italia de ser intermediaria en medio de un conflicto que existe entre diferentes partes”.
Según el General Abagnara, la visita del Pontífice ha sido ciertamente un gesto de aliento para los cristianos libaneses y para los militares italianos, y también una invitación dirigida a todos a redescubrir el valor del diálogo y de la convivencia como claves para una estabilidad no efímera.
En la entrevista concedida a la Agencia Fides, el General se detiene en el significado de la visita papal, en el papel de UNIFIL y en la evolución del Ceasefire Monitoring Mechanism, renovado tras la Declaración de Cese de Hostilidades de noviembre de 2024.

-¿Qué representa la visita del Papa en el Líbano?
-La visita del Papa ha tenido un significado profundo, sobre todo en relación con el contexto en el que ha tenido lugar. El Líbano atraviesa desde hace años una suma de crisis – económica, institucional, social – a las que hoy se añade un fuerte clima de tensión en las fronteras. En una situación tan frágil, la presencia del Santo Padre ha sido una señal de atención y de reconexión.
Muchos libaneses, independientemente de su pertenencia religiosa, han percibido un mensaje simple pero esencial: el Líbano no ha sido abandonado y sigue siendo central en las preocupaciones de la comunidad internacional.
La visita también ha vuelto a poner en el centro el tema de la convivencia libanesa, un equilibrio complejo entre comunidades y sensibilidades diferentes. Los encuentros del Papa con representantes de diversas confesiones y de la sociedad civil han reafirmado un punto claro: la estabilidad se construye a través del diálogo, no a través de las confrontaciones.
Sabemos que un viaje papal no puede resolver por sí solo los problemas del país. Pero en un contexto tan frágil incluso una breve tregua en la tensión ayuda a reducir los riesgos y a reconstruir la confianza, recordando que todavía existe espacio para la cooperación.

-¿Qué ha representado esta visita para los militares italianos?
-Para los militares italianos la visita del Santo Padre ha tenido un significado particular, humano y profesional. Actuar en el sur del Líbano significa trabajar en un entorno donde el equilibrio, la prudencia y la continuidad son esenciales. Gran parte de nuestro trabajo -patrullas, monitoreo, coordinación con las LAF, apoyo a las comunidades locales- no es visible.
En este marco, ver reconocido el papel de los “agentes de paz” ha sido una señal directa de aprecio. La presencia del Papa ha sido vivida como un reconocimiento del modelo italiano: una presencia creíble, respetuosa, basada en la cercanía a las personas y en la profesionalidad.
En un contexto operativo caracterizado por riesgos y escenarios imprevisibles, un gesto de atención externa se convierte también en un elemento de cohesión interna. Muchos militares han interpretado la visita como un estímulo para seguir adelante con la misma dedicación, sabiendo que su compromiso es visto y reconocido tanto por las comunidades locales como por los actores internacionales.
En síntesis, la visita ha confirmado el sentido de nuestro trabajo: garantizar la estabilidad, prevenir escaladas, construir confianza. El Papa ha recordado un principio fundamental: la paz no es solo ausencia de guerra, sino también encuentro, dignidad y escucha. Son exactamente los valores que guían nuestro quehacer cotidiano.

-¿Qué representan hoy UNIFIL y la contribución italiana para el Líbano?
-UNIFIL hoy es un pilar de estabilidad que el Líbano no puede permitirse perder. En un contexto donde la seguridad puede cambiar rápidamente, la Misión representa un dique frente a la escalada y un canal constante de diálogo entre las partes.
El trabajo cotidiano de los peacekeepers –monitoreo, prevención, gestión de fricciones– es discreto pero decisivo para mantener la calma a lo largo de la Blue Line.
Dentro de este equilibrio, la contribución italiana tiene un papel particularmente relevante. Italia es percibida como una presencia sólida, fiable y respetuosa: un modelo de peacekeeping que une profesionalidad y capacidad de entablar relaciones auténticas con las comunidades locales. En el sur del Líbano lo oímos decir a menudo: “Los italianos no nos hacen sentir solos”. Es un testimonio que va más allá del plano operativo.
Hay también un elemento estratégico: el trabajo conjunto con las Fuerzas Armadas Libanesas. Cada actividad realizada juntos contribuye a reforzar sus capacidades y, en consecuencia, la estabilidad general del país. La seguridad más eficaz es la que se construye juntos, paso a paso, a través de la confianza y la colaboración.

-¿Qué efectos podría tener el creciente papel de Estados Unidos en el Ceasefire Monitoring Mechanism?
-En los últimos días el compromiso estadounidense en el apoyo al Ceasefire Monitoring Mechanism ha asumido un perfil más visible, con el objetivo de dar continuidad al camino iniciado tras la Declaración de Cese de Hostilidades del 27 de noviembre de 2024. Sin embargo, desde el punto de vista operativo no ha habido cambios ni para UNIFIL ni para el Contingente Italiano: los mandatos siguen siendo los mismos.
La entrada de figuras civiles en las delegaciones y la mayor atención de Estados Unidos indican un intento de hacer estos encuentros más aptos para afrontar aspectos políticos complejos. Por el momento se trata de una evolución que concierne más al marco estratégico que a las actividades cotidianas sobre el terreno.
Hay que recordar que el Ceasefire Monitoring Mechanism es la evolución del Tripartite Meeting que durante años reunió a las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF), al Ejército israelí (IDF) y a UNIFIL para afrontar las cuestiones técnicas a lo largo de la Blue Line. Tras 2024 se ha sentido la necesidad de un instrumento más articulado y capaz de incluir también los aspectos políticos: hoy participan en él LAF, IDF, UNIFIL, Estados Unidos, Francia y –desde el 3 de diciembre de 2025– por primera vez un representante civil del Gobierno libanés, el ex embajador Simon Karam. Es un foro más amplio, con más voces y mayor capacidad para conectar el plano operativo con el diplomático.
Esto es muy distinto del Military Technical Committee for Lebanon (MTC4L), misión italiana que opera con finalidades completamente diferentes: adiestramiento de las Fuerzas Armadas Libanesas y apoyo a las instituciones locales.
Para el sur del Líbano, los escenarios dependerán de la capacidad de las partes de mantener este canal negociador sobre bases constructivas. La experiencia demuestra que cuando las partes dialogan –incluso a través de canales técnicos– la gestión de las tensiones es más ordenada y los incidentes pueden ser contenidos más rápidamente.
En síntesis: sobre el terreno nuestro trabajo no cambia, pero un Mecanismo más estructurado, inclusivo y apoyado por actores con capacidad de influencia puede favorecer una mayor previsibilidad y un clima de mayor estabilidad en el sur del Líbano.
(Agencia Fides 4/12/2025)


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