VATICANO - “El protagonista de la historia es el mendigo”, el Papa Francisco cuenta la historia de Santa Mary MacKillop

Roma (Agencia Fides) – “El protagonista de la historia es el mendigo”. Así lo ha repetido hoy el Papa Francisco, retomando el íncipit de una hermosa frase pronunciada por don Luigi Giussani el 30 de mayo de 1998 en la plaza de San Pedro, durante un encuentro con Juan Pablo II («El protagonista de la historia es el mendigo: Cristo el mendigo del corazón del hombre y el corazón del hombre el mendigo de Cristo»). Hoy, miércoles 28 de junio, durante la audiencia general, y continuando las catequesis dedicadas a hombres y mujeres que han dado un testimonio resplandeciente de su pasión por anunciar el Evangelio y de su celo apostólico, el Obispo de Roma ha vuelto a proponer la aventura cristiana de santa Mary MacKillop (1842-1909), fundadora de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, que dedicó su vida a la formación intelectual y religiosa de los pobres de la Australia rural. Recordando las numerosas obras iniciadas por Sor María en favor de los pobres y marginados, el Papa ha señalado (añadiendo al texto escrito observaciones pronunciadas “sobre la marcha”) que “en el camino de la santidad, que es el camino cristiano, los pobres y los marginados son protagonistas y una persona no puede ir adelante en la santidad si no se dedica también a ellos, de una forma u otra. Estos, que necesitan de la ayuda del Señor, llevan la presencia del Señor. Una vez – ha proseguido el Pontífice - leí una frase que me impresionó; decía así: ‘El protagonista de la historia es el mendigo’. Los mendigos son aquellos que atraen la atención sobre la injusticia, que es la gran pobreza en el mundo; se gasta el dinero para fabricar armas y no para producir comidas…. Y no olvidéis: no hay santidad si, de una manera u otra, no hay cuidado de los pobres, los necesitados, de aquellos que están un poco a los márgenes de la sociedad”.
En su catequesis, el Papa Francisco ha recordado que el fervor apostólico de Santa Mary MacKillop se manifestó y dio frutos especialmente en el campo de la educación y la enseñanza. “Leyendo con sabiduría los signos de los tiempos,” la hermana Mary intuyó que “para ella la mejor forma de hacerlo era a través de la educación de los jóvenes, siendo consciente de que la educación católica es una forma de evangelización”. La educación – ha añadido el Sucesor de Pedro - “no consiste en llenar la cabeza de ideas… sino en acompañar y animar a los estudiantes en el camino de crecimiento humano y espiritual, mostrándoles cuánto la amistad con Jesús Resucitado dilata el corazón y hace la vida más humana”. Una visión que el Papa Francisco ha reconocido como “plenamente actual hoy, cuando sentimos la necesidad de un ‘pacto educativo’ capaz de unir a las familias, las escuelas y toda la sociedad”.
El Papa Francisco ha recordado también el don de la paz interior recibido y testimoniado por la hermana Mary MacKillop en su vida terrena, marcada con cruces, incomprensiones y maldades sufridas: ella “tenía que pagar las cuentas, tratar con los obispos y los sacerdotes locales, gestionar las escuelas y cuidar la formación profesional y espiritual de las Hermanas; y, más tarde, los problemas de salud”. Sostenida por la gracia, Santa Mary “no se rindió en los momentos de prueba y de oscuridad, cuando su alegría era amortiguada por la oposición y el rechazo”. “Todos los santos - ha observado el Papa en otro comentario añadido ‘sobre la marcha’ al texto escrito - han encontrado oposiciones, también dentro de la Iglesia. Es curioso, esto. También ella las tuvo. Permanecía convencida de que, también cuando el Señor le asignaba «pan de asedio y aguas de opresión» el mismo Señor respondería pronto a su grito y la rodearía con su gracia. Este es el secreto del celo apostólico: la relación continua con el Señor”.
(GV) (Agencia Fides 28/6/2023)

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