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Laoag Diocese
Laoag (Agencia Fides) - Se trata de una figura que la Iglesia filipina presenta al mundo y que será particularmente resaltada con ocasión de la Jornada Mundial de la Infancia, convocada por el Papa para los días 25 y 26 de mayo: la diócesis de Laoag, en la provincia de Ilocos Norte, en el archipiélago septentrional de Filipinas, ha abierto oficialmente la fase diocesana del proceso canónico de beatificación de Niña Ruiz Abad, una chica de 13 años que, se considera que ha transcurrido su tiempo en este mundo bajo la bandera de la oración, la devoción y la santidad de vida.
En la solemne celebración celebrada en la catedral de San Guillermo de Laoag -ciudad donde está enterrada la chica-, el obispo Renato Mayugba ha anunciado a una entusiasta multitud de fieles: "Estamos comenzando nuestra investigación sobre la vida de Niña para ver si realmente podemos decir que Dios se ha dignado bendecirla con la santidad". En esta fase, con la creación de un tribunal diocesano especial, se recogerán los escritos y testimonios de los fieles que conocieron a la "Sierva de Dios" Niña.
"Nosotros haremos nuestra parte, pero todo está en manos de Dios", ha subrayado Marlo Peralta, arzobispo de Nueva Segovia, en su homilía de apertura de la causa. "Pero una cosa es cierta-ha afirmado-. Niña se nos ofrece ahora a nosotros y a los fieles de todo el mundo, especialmente a los niños y jóvenes, como modelo de vida cristiana. En su vida eligió el camino de la santidad, de estar cerca del corazón de Dios, fue fiel a ello en su caminar", ha señalado Mons. Peralta. "En estos momentos seguimos pidiendo su intercesión y seguimos trabajando por la causa rezando y esperando que un día, si Dios quiere, nos sea presentada por la Madre Iglesia como Santa Niña Ruiz-Abad", ha añadido.
Abad, que nació en Quezon City (MetroManila) el 31 de octubre de 1979, pero vivía en Sarrat, en la provincia de Ilocos Norte, enfermó a los 10 años de miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad incurable que restringe el flujo sanguíneo del corazón. Pasó los años de su enfermedad con paz y alegría interior, en compañía constante de Cristo Jesús. Llevaba siempre el Rosario al cuello, veneraba a la Santísima Trinidad y sentía un profundo amor por la Eucaristía, que recibía todos los días. Además, visitaba la capilla de Nuestra Señora del Monte Carmelo, en Laoag, antes y después de ir a la escuela.
La chica también era conocida por anunciar a todo el mundo su lema: "Primero Dios". Con estas palabras -recuerdan sus antiguos compañeros- "contagió" a toda la clase y pronto se convirtió en un lema común. También era considerada un modelo de caridad, ya que le encantaba compartir lo que tenía, escuchaba a todo el mundo y mostraba preocupación por todos.
Murió el 16 de agosto de 1993 tras sufrir un infarto mientras estaba en la escuela, lugar donde le gustaba estar y donde podía compartir el amor de Dios con compañeros y amigos.
(PA) (Agencia Fides 26/4/2024)
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