Catholic Bishops' Conference of Papua New Guinea and Solomon Islands
Roma (Agencia Fides) – «Desde niño comprendí que mi vida estaba unida a la de Pedro To Rot. Cuando me matriculé en primer curso de primaria -eran los años sesenta- en la escuela parroquial, el párroco, un misionero alemán del Sagrado Corazón (MSC), me dijo que Josef Tatamai, mi abuelo, era el hermano mayor de Pedro To Rot», cuenta a la Agencia Fides Rochus Tatamai MSC, arzobispo de Rabaul y bisnieto del santo, canonizado ayer en la Plaza de San Pedro por el Papa León XIV, junto con otros seis nuevos santos.
«Así -continúa el arzobispo- cada vez que pasábamos por delante del cementerio con mi madre, nos deteníamos a recoger flores y las depositábamos sobre su tumba, rezando juntos. Con el paso de los años he visto crecer la devoción hacia Pedro To Rot en nuestra comunidad: se ha convertido en un referente para todos los fieles, que recurren a su intercesión. Con el tiempo conocí mejor su historia, supe fue asesinado por los japoneses a causa de su labor pastoral y, sobre todo, por defender el sacramento del matrimonio. Su figura ha acompañado mi camino de fe y mi vocación sacerdotal».
Sobre el santo, monseñor Tatamai afirma: «Fue un mártir, y ahora es santo, gracias a Dios. Es un santo para toda la Iglesia, un verdadero maestro en la fe. Fue un mártir del sacramento del matrimonio. No puedo olvidar que To Rot entregó su vida por defender la santidad del matrimonio cristiano».
El arzobispo subraya también el valor actual de su testimonio: «Hoy vemos su relevancia universal. Cuando el vicepostulador de la causa de canonización se reunió con el papa Francisco, el Santo Padre dijo: “Me gustaría que fuera canonizado porque es un santo que el mundo necesita hoy”. Estoy totalmente de acuerdo. En todas las latitudes necesitamos santos que ensalcen el valor del sacramento del matrimonio y muestren el camino de la santidad en la vida familiar».
Monseñor Tatamai recuerda que «To Rot era cristiano solo desde hacía una generación: sus padres se habían convertido recientemente a la fe. Los Misioneros del Sagrado Corazón llegaron a Papúa Nueva Guinea en 1882, y los padres de To Rot fueron los primeros en ser bautizados». «To Rot pertenecía a la segunda generación de católicos de nuestra comunidad. Mi padre, por tanto, era católico de tercera generación, y yo de cuarta. En tan poco tiempo, el Señor nos ha concedido la gracia de tener ya un mártir y un santo nuestro», observa.
«To Rot -añade el arzobispo- es un santo laico, que entregó su vida por el matrimonio y la familia, hoy amenazados a todos los niveles. Era un fiel bautizado, un hombre casado, maestro y catequista. Por eso es fácil identificarse con él, sabiendo que la llamada a la santidad y a la misión nos concierne a todos. Esto es lo que podemos aprender de su experiencia».
«Vivimos en un mundo en el que, tanto en Occidente como en Oriente, impera el relativismo: las personas hacen lo que quieren, sin un punto de referencia absoluto. To Rot nos enseña que ser santo sigue siendo un camino válido hoy. Es el mismo mensaje que los misioneros occidentales llevaron hace 150 años a Papúa Nueva Guinea y que, con la figura de To Rot, ahora nosotros devolvemos a Occidente. Es una restitución de la fe que recibimos: la circularidad de la misión. La misión de To Rot continúa hoy y se desarrolla aquí», afirma el prelado.
Monseñor Tatamai concluye: «Si queremos tener un futuro en este mundo, debemos volver al plan original de Dios para la familia y el sacramento del matrimonio, que influye también en todas las demás relaciones humanas: en la sociedad, la política, la economía, en todos los niveles de nuestra convivencia. Esta es una clave esencial para la misión de la Iglesia hoy».
(PA) (Agencia Fides 20/10/2025)