Bagdad (Agencia Fides) - Ante la nueva oleada de caos y violencia que se ha apoderado de Irak, el patriarca caldeo Louis Raphael Sako ha alabado las declaraciones del líder chiita Muqtada al Sadr por “el valor y la responsabilidad humana y nacional” de llamar a sus seguidores a retirarse y poner fin al asedio al Parlamento y a las manifestaciones en la llamada green zone de Bagdad y así “evitar más derramamiento de sangre”. Estas palabras se pueden leer en las primeras líneas de la declaración que el patriarca Sako ha difundido a través de la oficina de prensa del patriarcado caldeo. El cardenal iraquí (que en los últimos días participó en el consistorio convocado en el Vaticano por el Papa Francisco con motivo de la creación de los nuevos cardenales) espera que las otras partes también estén dispuestas a celebrar elecciones y a hacer concesiones “por el bien de Irak y los iraquíes, utilizando la razón para encontrar soluciones auténticas y eficaces con equilibrio y sangre fría que respondan a los deseos reales de los ciudadanos de vivir en paz, con estabilidad y promoviendo el desarrollo económico para que todos puedan gozar de una vida digna”. El patriarca concluye citando las palabras usadas por Jesús en el discurso de las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los artífices de paz”.
La nueva espiral de violencia en Irak comenzó el lunes 21 de agosto cuando Muqtada al Sadr, -líder de la coalición que ganó las elecciones celebradas en octubre de 2021-, anunció su intención de retirarse de la vida política como gesto de denuncia del estancamiento y los vetos cruzados que hasta ahora han impedido la formación de un nuevo gobierno tras la inauguración del nuevo Parlamento. Tras esta noticia, los seguidores de Mouqtada Sadr tomaron las plazas de varias ciudades y de la capital y ocuparon el palacio presidencial y muchas oficinas de la gobernación. Se produjeron enfrentamientos armados entre militantes sadristas y simpatizantes de los partidos chiítas opositores, formaciones consideradas cercanas a Irán. Fueron 24 horas de violencia que provocaron casi 40 muertos y centenares de heridos, hasta que el imán chiita Mouqtada al Sadr, en una intervención difundida por la televisión nacional, invitó a sus seguidores a abandonar las calles y volver a casa. Los militantes sadristas reclamaban la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones. Una opción que en los últimos días ha comenzado a encontrar consenso entre distintos sectores políticos e institucionales iraquíes.
(GV) (Agencia Fides 1/09/2022)