Ruteng (Agencia Fides) - En el Monasterio de la Adoración de la Santísima Trinidad, en la ladera de Kuwu, a las afueras de la ciudad de Ruteng, en la isla indonesia de Flores, la adoración eucarística es permanente y la oración incesante, día y noche. La oración por el viaje del Papa Francisco se eleva al Altísimo. Este es el carisma de las Hermanas Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua, una congregación internacional «contemplativo-misionera», como les gusta llamarse a sí mismas a las «Hermanas Adoratrices del Espíritu Santo».
Comúnmente se las llama «las hermanas rosas», por el color rosa de su hábito de consagradas. Ese color fue elegido por el fundador, San Arnoldo Janssen (1837 - 1909), sacerdote y misionero alemán, antiguo fundador de la Sociedad del Verbo Divino (los misioneros Verbitas), que puso en marcha el instituto femenino con la Madre María Micaela (1862 - 1934). El color rosa simboliza «el amor y la alegría del Espíritu Santo» y hoy las hermanas están presentes en Europa, Amica, Asia y África.
Llegaron a Indonesia desde Filipinas y el monasterio de Ruteng ha celebrado en 2024 su 25 aniversario, como cuenta a la Agencia Fides la religiosa filipina de 81 años sor Mary Bernardi, que recuerda los orígenes: en 1997 el obispo local invitó a las hermanas rosas a Ruteng «para apoyar la acción misionera de la iglesia local. Hoy- cuenta- estamos aquí tres monjas filipinas y 21 indonesias. Hemos sido bendecidas con el don de las vocaciones a la vida monástica», señala.
Las religiosas han respondido a la llamada de los obispos indonesios de acompañar la visita del Papa Francisco al país (2-6 de septiembre), primera etapa de su viaje apostólico a Asia y Oceanía, con la oración continua y la Adoración perpetua. Sor María recuerda las palabras de Arnoldo Janssen, cuando dijo que «en la adoración entramos en la íntima relación Padre-Hijo-Espíritu Santo, una verdadera relación de amor que es nuestra vocación y misión. En esta comunión de amor situamos al Papa Francisco y su misión», explica, ilustrando la jornada de oración que comienza a las 4.45 y termina con las Completas a las 19.30, mientras las consagradas se turnan en la Adoración, arrodilladas en la iglesia del monasterio, donde hay exposición perpetua del Santísimo Sacramento.
El Papa y sus intenciones, prosigue, se encomiendan a las manos amorosas de «María, verdadera discípula de Cristo a la que veneramos en nuestra congregación con el título de Esposa Inmaculada del Espíritu Santo». Las consagradas viven «una vida feliz», inmersas en la oración y el trabajo, haciendo ver que «el mundo está en nuestro corazón: en la oración y por la oración somos misioneras en el mundo».
También en muchos otros monasterios, las religiosas se dedican a la oración incesante: En Lembah Karmel, el Centro Carmelita de Oración en la colina de Cikanyere, en la regencia de Cianjur (Java Occidental), hay una comunidad de frailes carmelitas y una comunidad de hermanas carmelitas que, como todas las demás monjas de clausura, no podrán encontrarse personalmente con el Papa. Por eso se detienen en la contemplación, seguros de «encontrar al Papa y estar cerca de él en comunión espiritual, alabando a Dios por su presencia como apóstol del Evangelio en tierra indonesia y apoyando con la oración su misión en este viaje a Oriente».
Las monjas del monasterio benedictino de Santa María de Gracia, en la parte occidental de la isla de Timor, territorio de la diócesis de Kupang, también han respondido con fervor. El monasterio, oasis de espiritualidad, ofrece a los fieles una experiencia extraordinaria de intensa oración y retiro espiritual. Las consagradas y los fieles se reúnen estos días para rezar por el éxito de la visita del Papa, «para que el mensaje evangélico y el don de la fraternidad que trae consigo florezcan y den fruto en Indonesia».
(PA) (Agencia Fides 2/9/2024)