Ho Chi Minh City (Agencia Fides) - Los niños huérfanos del hogar dirigido por las Hermanas Misioneras de la Caridad en la diócesis de Phu Cuong, en el sur de Vietnam, han podido experimentar que «la música cura las heridas del corazón», explica a la Agencia Fides el P. Dominic Nguyen Van Lam, sacerdote de 40 años que ha seguido una iniciativa musical especial con los niños huérfanos de la periferia de Ho Chi Minh City.
«Son niños marcados por el sufrimiento y las dificultades de la vida. La música les ha devuelto la confianza y la alegría de vivir, que se expresa en las relaciones entre ellos, en la relación humana con los profesores, en la relación con las religiosas, que a veces es difícil. La música ha sido y seguirá siendo una herramienta de crecimiento humano y espiritual, capaz de regenerar el círculo virtuoso del amor», explica el sacerdote, que ha coordinado el proyecto “WYO4children”, dentro de la iniciativa “Sounds of Brotherhood”, promovida por la World Youth Orchestra Foundation (WYO), que este año desembarca en Vietnam gracias al apoyo de la fundación italiana “Cassa Depositi e Prestiti” y otros patrocinadores.
En el marco de una iniciativa de cooperación cultural centrada en elementos como la música, el teatro y el arte, que se experimentan como instrumentos de diálogo y paz entre pueblos y culturas, el proyecto ha ofrecido un apoyo concreto a los niños huérfanos y abandonados de Vietnam, "para poner de relieve tres palabras fundamentales en la vida: amistad, fraternidad, paz", explica Adolfo Vannucci, presidente de la Fundación World Youth Orchestra.
Y así, en el «Home of Mother's Love» de Binh Duong, donde una veintena de religiosas se ocupan de 80 niños huérfanos y jóvenes abandonados o con situaciones familiares difíciles, de edades comprendidas entre los 5 y los 17 años, los jóvenes han asistido a talleres musicales durante todo el año, y han ofrecido un recital final de las aptitudes musicales que han adquirido.
El Padre Dominic destaca «el poder de la música, que ha propiciado cambios positivos en la vida de los niños. Desde que conocen la música y empiezan a tocar un instrumento, son más felices y los resultados también se notan en sus estudios. El ambiente en la casa se ha vuelto más alegre». «La música -continúa el sacerdote- construye el amor mutuo: este camino no sólo ha ayudado a los niños a ser más sensibles, a nivel interior y en su relación con el prójimo; también me ha ayudado a mí, a los profesores y a las hermanas a redescubrir la alegría del amor y la atención al compartir nuestro tiempo con ellos». «Las Misioneras de la Caridad dan testimonio de lo mucho que ha mejorado la vida de los niños, sobre todo porque ahora todos sonríen. La música ha sido un medio para devolverles la sonrisa y la apertura al amor de Dios y del prójimo», concluye.
En la diócesis de Phu Cuong, donde viven 165.000 católicos de una población de más de 4 millones, la comunidad católica está muy atenta a las actividades caritativas y sociales. Se ocupa de los desfavorecidos o indigentes y ofrece becas a los estudiantes pobres, una iniciativa que el obispo local, Joseph Nguyen Tan Tuoc, ha querido hacer extensiva al «Home of Mother's Love», permitiendo así a los niños asistir gratuitamente a la escuela. La Iglesia local proporciona alojamiento y atención a niños de minorías étnicas de zonas remotas y se compromete a mejorar su vida material y espiritual. El proyecto «Wyo4children» se inscribe en este marco.
La World Youth Orchestra, que lleva 23 años de actividad musical y social, está representada en 75 países, cuenta con 300 socios internacionales, incluidas universidades y conservatorios, y ha involucrado a más de 3.500 jóvenes músicos de talento de todo el mundo.
(PA) (Agencia Fides 21/9/2024)