ASIA/VIETNAM - Los tifones y las inundaciones devastan el país. Las comunidades católicas: “Ayudar a todos a superar estos días difíciles”

domingo, 9 noviembre 2025 catástrofes naturales   Áreas de crisis   iglesias locales  

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Por Andrew Doan Thanh Phong

Quy Nhon (Agencia Fides) – El tifón Kalmaegi llegó al mar Oriental de Vietnam en la mañana del 5 de noviembre, tras atravesar Filipinas y causar graves daños. Se habían pronosticado vientos de nivel 15, con ráfagas de hasta nivel 17, pero cuando tocó tierra en las provincias de Dak Lak, Phu Yen, Gia Lai y Quy Nhon, en el centro del país, la tormenta se debilitó dos niveles, con vientos de intensidad 12-13 y ráfagas de hasta nivel 15.

En la tarde del 6 de noviembre de 2025, el tifón Kalmaegi golpeó violentamente la franja costera central, atravesando las provincias de Quang Ngai, Gia Lai y Dak Lak, zonas pertenecientes a la diócesis de Qui Nhon. Durante la tormenta, los fuertes vientos y las intensas lluvias provocaron el derrumbe de numerosos edificios eclesiales, entre ellos la casa del obispo de Qui Nhon y el seminario de Lang Song. También sufrieron graves daños la casa principal de la Congregación de las Hermanas Amantes de la Santa Cruz, la de las Siervas de Jesús de la Misericordia y diversas iglesias, incluida la catedral de Qui Nhon.

En las primeras horas del 7 de noviembre, inmediatamente después del paso de la tormenta, el obispo de Qui Nhon, Mons. Matthew Nguyen Van Khoi, junto con el vicario general, visitó personalmente las estructuras afectadas para constatar los daños y acompañar a las comunidades parroquiales, sacerdotes y religiosos.

Según el informe del Comité del Partido Gubernamental, la tormenta causó cinco víctimas mortales (tres en Dak Lak y dos en Gia Lai), tres desaparecidos y seis heridos. Además, provocó el derrumbe total de 52 viviendas y daños en casi 2.600. Las autoridades consideraron las pérdidas «relativamente limitadas» en comparación con tifones de similar intensidad registrados en el pasado, gracias a la rápida respuesta del Gobierno y la población local.

La semana anterior, las ciudades de Huế, Danang y Quang Ngai, también en el centro de Vietnam, habían quedado sumergidas bajo el agua a causa de la peor inundación en sesenta años, desde 1964, que paralizó el transporte y provocó cortes generalizados de electricidad.

El desbordamiento de embalses agravó la situación: el agua arrasó infraestructuras públicas y privadas, inundó miles de vehículos y afectó incluso a hospitales. En el hospital central de Huế, el agua mezclada con barro llegó hasta las camas de los pacientes en la planta baja, dificultando gravemente la atención médica.
Ante esta emergencia, las Hermanas Amantes de la Santa Cruz de Huế superaron el lodo y los escombros para llevar alimentos y artículos de primera necesidad a los enfermos y a sus familias hospitalizadas.

El Sr. Mai Van Khiem, director del Centro Nacional de Previsiones Hidrometeorológicas, declaró que «la mayor cantidad de precipitaciones en la historia de Vietnam, 1.740 mm en 24 horas, se registró los días 26 y 27 de octubre en la cima del monte Bach Ma, en la ciudad de Huế. Entre el 25 y el 27 de octubre, las precipitaciones acumuladas alcanzaron 2.272 mm».

Para hacer frente a la emergencia, la milicia del municipio de Phuoc Giang, en la provincia de Quang Ngai, se movilizó durante toda la noche del 28 al 29 de octubre, utilizando embarcaciones para evacuar a los habitantes -en especial ancianos y niños- de las aldeas aisladas e inundadas hacia zonas seguras.
Los residentes han declarado a Fides: «El agua subió tan rápidamente que en pocas horas nuestras casas quedaron completamente inundadas. No tuvimos tiempo de reaccionar. Solo pudimos huir con nuestros hijos y algunas pertenencias, dejando todo lo demás bajo el agua».

Las redes sociales se han llenado de llamamientos desesperados, como el emitido por el hospital Duy Xuyen de Danang, donde se leía: «Muchos pacientes están ingresados y se realizan operaciones sin descanso. El agua ha inundado las salas, hay cortes de electricidad y el hospital está aislado. Los generadores se están quedando sin combustible, y el agua potable y los alimentos escasean. Pedimos ayuda urgente».

Al mismo tiempo, un informe de la arquidiócesis de Huế indicaba que «casi el 90 % de las parroquias de la diócesis, junto con la casa arzobispal y el centro pastoral, están gravemente afectadas por las inundaciones. La mayoría de las zonas residenciales se quedaron sin electricidad y se vieron aisladas, lo que causó graves trastornos en la vida cotidiana, incluso para todos los miembros de las comunidades parroquiales».

La inundación provocó la muerte de 13 personas, dejó 11 desaparecidas y 34 heridas. Además, destruyó completamente 56 viviendas y dañó otras 147. El agua se extendió por una amplia zona, sumergiendo 90 municipios y barrios con niveles de entre 0,5 y 2 metros, lo que afectó a 116.789 viviendas. Se inundaron y dañaron 5.661 hectáreas de arrozales, cultivos y árboles frutales, y murieron 17.761 cabezas de ganado y aves de corral, arrastradas por la corriente.

Tan pronto como cesó la lluvia y el agua comenzó a retirarse, numerosas asociaciones católicas, budistas y civiles se desplazaron rápidamente a las zonas afectadas para ayudar a la población.

En la tarde del 31 de octubre de 2025, el arzobispo Joseph Dang Duc Ngan, junto a algunos sacerdotes y miembros de Cáritas de Huế, visitó la comunidad inundada de Tien Thanh, en la parroquia de Kim Doi, para distribuir artículos de primera necesidad. Al día siguiente, en la madrugada del 1 de noviembre, el comité de Cáritas de la parroquia de la catedral de Da Nang se desplazó a las parroquias de Ha Tan y Hoang Phuoc, gravemente afectadas por las inundaciones, entregando 200 paquetes con 250.000 VND (unos 10 dólares) y 5 kg de arroz a cada familia.

«Al ver las imágenes de esta histórica inundación», relata Maria Vu Thi Hong Anh, responsable de Cáritas de la catedral de Da Nang, «sentí un profundo dolor por los habitantes de las zonas rurales, que son pobres y cuya vida ahora es mucho más difícil tras perder sus propiedades. Por eso, los días 30 y 31 de octubre pedí ayuda a muchos amigos y personas de mi entorno, invitándoles a colaborar y desplazarse cuanto antes para asistir a la población y superar estos días difíciles».
(Agencia Fides 9/11/2025)


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