Jartum (Agencia Fides) - “No retrocederemos, no nos rendiremos y no negociaremos con ninguna entidad”. Son palabras del general Abdel-Fattah Burhan, comandante de las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y presidente del gobierno de transición sudanés. Las pronunció después de escapar del ataque del 31 de julio rechazando de esta forma cualquier posibilidad de negociación para poner fin al conflicto civil. El ataque se llevó a cabo con drones que tenían como objetivo la base militar de Gebeit (ver Fides 31/7/2024). “No tememos a los drones, moriremos solo cuando Dios quiera”, aseguró Burhan.
El ataque no fue reivindicado por las Fuerzas de Apoyo Rápido (Rapid Support Forces) de Mohamed Hamdan “Hemedti” Dagalo. Este último es el homólogo de Burhan en las negociaciones impulsadas por Estados Unidos y Arabia Saudí para poner fin al conflicto que estalló el 15 de abril de 2023. Burhan declaró su intención de continuar los combates, afirmando que “no dejaremos las armas hasta que el país quede libre de rebeldes y mercenarios”. “Seguimos aplastando y eliminando a la milicia terrorista de la familia Dagalo”, respondió. Una referencia personal que parece restar legitimidad institucional a las RSF, reducidas a una “milicia terrorista” dirigida por una familia. La posición de Burhan puede verse, no solo como una respuesta al ataque fallido del que fue objeto, sino también en relación con las recientes conquistas territoriales por parte de las Fuerzas Armadas del Sudán en Omdurman, un importante nudo comercial, que junto con Jartum y Bahri constituye el corazón del Estado de Jartum, uno de los más pequeños, pero más poblados de los 18 estados de la Federación Sudanesa, y el corazón palpitante de la nación.
La guerra continúa mientras la población está exhausta. “Más de la mitad de la población, es decir, 26 millones de seres humanos en Sudán, sufren hoy hambre aguda. Hay 755.000 personas en condiciones catastróficas y registramos decenas de muertes relacionadas con el hambre”, afirmó Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. Según el Famine Review Committee (CRF) de la ONU, una de las situaciones más dramáticas es la que se vive en el campo de desplazados de Zamzam, en el norte de Darfur, donde se están multiplicando los casos de desnutrición severa.
El campo de Zamzam acoge a 500.000 personas y está situado cerca de la ciudad de El-Fasher, con una población de 1,8 millones de personas. La ciudad está asediada desde hace meses por las RSF, impidiendo la llegada de ayuda humanitaria. Darfur es el bastión de las RSF y El-Fasher es el último bastión de la región que aún está en manos de las SAF. Hasta ahora los llamamientos para la apertura de corredores humanitarios hacia la ciudad han caído en saco roto.
(L.M.) (Agencia Fides 2/8/2024)