AMÉRICA/HAITÍ - «Estamos al límite de nuestras fuerzas. El Estado debe ayudarnos», afirma el Arzobispo de Puerto Príncipe tras la masacre del 3 de octubre

lunes, 7 octubre 2024 masacres   criminalidad   obispos   hambre  

Puerto Príncipe (Agencia Fides) - «La gente está exhausta. Piden ayuda al Estado», afirma Max Leroy Mésidor, Arzobispo de Puerto Príncipe, Presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana (Conférence des évêques d'Haïti CEH) en su mensaje de condolencia por las víctimas de la masacre del 3 de octubre en Pont Sondé.

La masacre fue perpetrada en la madrugada del 3 de octubre por miembros de la banda armada Gran grif de Savien (Petite Rivière de l'Artibonite) en Pont Sondé, entre los municipios de Saint-Marc y Estère (departamento de Artibonite). Al menos 70 personas murieron, entre ellas 10 mujeres y 3 niños. En el asalto, 16 personas resultaron heridas y 45 casas fueron incendiadas. Más de 6.000 personas han huido de la zona tras la masacre.

«El país está completamente enfermo. Pero la situación en el Oeste y en Artibonite, los dos departamentos más grandes, es aún peor», dice Mésidor, que se pregunta si hay una conspiración para destruir estas dos zonas en particular y el país en general. «Desde hace dos años, la comuna de Petite Rivière de l'Artibonite está abandonada. No hay presencia policial. Lo mismo ocurre con la ciudad de Liancourt. Estas dos zonas donde antes la vida era vibrante ahora están abrumadas por la desesperación».

En los últimos años, el departamento de Artibonite, en el oeste del país, se ha visto desbordado por la violencia de las bandas, con civiles atrapados en el fuego cruzado. Entre abril y junio de 2024, los ataques de las bandas se cobraron al menos 76 vidas, incluidos niños, en Gros-Morne, L'Estère, Liancourt, Petite Rivière de l'Artibonite y Terre Neuve, según la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).

El departamento de Artibonite es considerado el granero de Haití por su producción de arroz. La fuerte inestabilidad en la zona ha contribuido a la crisis alimentaria que se suma a la crisis de seguridad en un país que parece no encontrar la paz. Según datos publicados por un grupo de ONG que trabajan en Haití, 5,4 millones de haitianos sufren inseguridad alimentaria grave, de los cuales 2 millones -alrededor del 18% de la población- padecen hambre severa.

En todo Haití, desde 2023, más de 700.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares para escapar de la violencia de los grupos armados y de la inseguridad generalizada. En el primer semestre de 2024 (de enero a junio), la ONU registró 3.638 asesinatos, un aumento de casi el 74% desde 2023.

El Primer Ministro en funciones, Garry Conille, ha viajado a Emiratos Árabes Unidos y Kenia para pedir que se refuerce la misión internacional de seguridad en Haití, compuesta hasta ahora por sólo 400 policías, en su mayoría kenianos.
(L.M.) (Agencia Fides 7/10/2024)


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