Dinajpur (Agencia Fides) - La experiencia de la vida consagrada, una vida entregada enteramente a Dios, cerca de Él en la oración y en la caridad, sigue atrayendo a las jóvenes en Bangladesh. Lo testimonian las Hermanas Catequistas del Inmaculado Corazón de María, comúnmente conocidas en la nación como las "Hermanas de Shanti Rani", que han acogido a seis nuevas religiosas en su comunidad de Dinajpur, en el norte de Bangladesh, en la "Jornada de la Vida Consagrada", que se celebra hoy 2 de febrero.
Tras el camino de noviciado, las seis han emitido sus primeros votos solemnes, embarcándose en una vida dedicada al servicio, inspirada en los ejemplos proporcionados por los misioneros y las misioneras que han llevado a cabo un servicio apostólico en Bangladesh en el pasado. El obispo de Dinajpur, Mons. Sebastian Tudu, durante la Eucaristía con la profesión solemne de vida consagrada ha dicho: "Los discípulos de Jesús dejaron a sus familias para seguir a Jesucristo. Hoy, también vosotras os convertís en discípulas de Jesucristo para predicar el mensaje de Dios. Yo y toda la comunidad os apoyaremos".
Las religiosas se dedican al servicio educativo. "Aquí el 90% de los alumnos no son cristianos, les damos una educación de calidad. Además del estudio, intentamos darles una educación moral, para que los estudiantes puedan crecer como personas en el sentido más amplio. Una persona que se convierte en un buen ser humano, trabajará por el bienestar social", explican las hermanas, que se dedican al apostolado de la educación y la caridad.
"Estudié en el internado de las hermanas Shanti Rani y observé su trabajo, su entrega, su oración, su vida comunitaria. Su forma de vida hizo germinar en mí una vocación", cuenta a la Agencia Fides la hermana Marina Mary Hembrom, una de las seis hermanas profesas, que trabaja en la escuela San Francisco Javier de Dinajpur. "Cuando era adolescente, veía a las hermanas visitar a las familias y ayudar a los necesitados. Estos gestos también me atraían", explica.
La Hna. Hembrom, que procede de la diócesis de Rajshahi y ahora trabaja en la escuela San Francisco Javier de Balubari, en Dinajpur, al norte de Bangladesh, dice que quiere dedicarse al servicio de catequista "para ser testigo de Jesucristo ante otras personas". Después de sus estudios "como religiosa y catequista, me gustaría ofrecer a niños y adultos lo que he madurado en mi corazón, dedicándome al servicio de la Madre Iglesia", afirma.
La hermana Shephali Murmu, otra religiosa que trabaja en la escuela San Francisco Javier de Dinajpur, nos explica por qué se hizo religiosa: "Me fijé en la vida de mi tío paterno, sacerdote, ahora profesor en el Seminario Mayor del Espíritu Santo de Dhaka. Su vida me inspiró y desde niña soñaba con ser una mujer consagrada. Dios me escuchó", testimonia. "Como religiosas", dice, "somos testigos vivientes. En el colegio, la mayoría de los niños y las familias pertenecen a otras comunidades religiosas. Perciben nuestra fe cristiana por el modo en que somos amables y cariñosas. Trabajamos por y para Jesucristo", observa.
Las "Hermanas Shanti Rani" son una congregación local de 170 hermanas en Bangladesh. Entre ellas, 33 son enfermeras y prestan servicio en diversos hospitales, dispensarios y centros de salud; las demás trabajan como profesoras y catequistas.
Sor Teresa Gomes, de las Hermanas de Nuestra Señora de las Misiones, Secretaria de la Conferencia de Religiosas de Bangladesh, señala a la Agencia Fides que Bangladesh está floreciendo en vocaciones religiosas femeninas. "Cada año, por término medio, acogemos a unas 20 nuevas religiosas y unas 100 religiosas son misioneras en el extranjero", informa, afirmando que "esto es un signo de esperanza para la Iglesia católica en Bangladesh".
En Bangladesh, de una población de 170 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes, hay unos 500.000 católicos. 1140 religiosas prestan incansablemente su servicio pastoral y social en parroquias, escuelas, hospitales e instituciones caritativas.
(PA-FC) (Agencia Fides 02/02/2024)