Dhaka (Agencia Fides) - "La situación que vivimos ahora, después de la crisis política y social del pasado agosto, es delicada. Aún hay tensión en la sociedad, hay protestas, sobre todo de los jóvenes. Las imponentes manifestaciones estudiantiles de hace aproximadamente dos meses llevaron a que el primer ministro renunciara y huyera al extranjero. Ahora, al nuevo gobierno interino, liderado por Mohamed Yunus, le corresponde una tarea difícil: sanar las heridas políticas, sociales y económicas, restaurar la confianza y también mantener el estado de derecho, porque hay señales preocupantes", explica a la Agencia Fides el obispo Subroto Boniface Gomes, auxiliar de la Arquidiócesis de Dhaka, analizando la situación actual de Bangladesh.
El Obispo señala algunos posibles "peligros" existentes en las expresiones de "poder estudiantil". "Por ejemplo - relata - en algunas escuelas católicas de la diócesis de Dhaka, los estudiantes han intentado imponer el despido de algunos docentes, que fueron seleccionados y pagados regularmente por la administración escolar, solo porque, a su parecer, no estaban alineados ni conformes con el nuevo curso, o porque habían osado criticar mínimamente la protesta estudiantil. Esto ha generado una crisis dentro de nuestras escuelas, que son frecuentadas en un 95% por estudiantes musulmanes o, en su defecto, no cristianos. Ante el intento de imponer por la fuerza esta u otras medidas, como aceptar en la escuela a chicas con burka, el Arzobispo, en una decisión clamorosa, decidió cerrar las escuelas. Una era una escuela femenina, y la otra es dirigida por los Hermanos de la Santa Cruz. En ese momento, la intervención concertada del comité de padres, de líderes religiosos y del personal escolar permitió iniciar un diálogo y llegar a una solución pacífica de la crisis, con la reapertura de las escuelas. No podíamos ceder en nuestros valores y principios. Pero es un ejemplo para señalar que los derechos legítimos de los estudiantes no deben transgredir ni afectar la democracia, el estado de derecho, o los derechos de los demás", nota Mons. Gomes.
Otro aspecto a tener bajo control "es el regreso o la reorganización de grupos y partidos islámicos radicales que podrían perjudicar a comunidades de religiones minoritarias o promover una agenda de islamización. En este aspecto hay que estar vigilantes, porque la tentación del extremismo está a la vuelta de la esquina. Es esencial no polarizar la sociedad. Confiamos en el nuevo gobierno de Yunus para que mantenga el rumbo recto, en el sentido del respeto a los principios democráticos, al respeto de la Constitución y a las libertades fundamentales para todos los ciudadanos, independientemente de la religión a la que pertenezcan", dice el Obispo.
En pasado mes de julio, miles de estudiantes salieron a las calles en contra de la decisión de la Corte Suprema de reintroducir un sistema de cuotas para el acceso al empleo público que destinaba el 30% de los puestos de trabajo a los hijos y nietos de los veteranos de la guerra de independencia de 1971. El gobierno de Sheikh Hasina respondió a las manifestaciones desplegando a la policía y a fuerzas paramilitares que dispararon contra la multitud. La protesta se transformó así en un movimiento contra Hasina y su partido, la Liga Awami, que ha dirigido el país durante 15 años, a menudo deslegitimando o arrestando a opositores políticos y disidentes. El balance oficial de la represión es de alrededor de mil muertos y cientos de heridos.
El 5 de agosto, la primera ministra huyó al extranjero, refugiándose en India. El ejército intervino disolviendo el Parlamento y luego nombró a Muhammad Yunus, el "banquero de los pobres", un economista de 84 años como jefe de un gobierno interino. El hombre es conocido por el "Grameen Bank", especializado en el sistema de microcréditos, por el cual recibió el Premio Nobel de la Paz en 2006. El ejecutivo ahora guía una delicada fase de transición en espera de nuevas elecciones.
(PA) (Agencia Fides 24/9/2024)