Celam
San Salvador (Agencia Fides) – “Ayer en San Salvador fueron beatificados el sacerdote jesuita Rutilio Grande García y dos compañeros laicos, y el sacerdote franciscano Cosme Spessotto, mártires de la fe. Ellos estuvieron al lado de los pobres testimoniando el Evangelio, la verdad y la justicia hasta la efusión de la sangre. Su heroico ejemplo suscite en todos el deseo de ser valientes trabajadores de fraternidad y de paz. ¡Un aplauso por los nuevos beatos!” Son las palabras pronunciadas por el Papa Francisco el domingo 23 de enero, tras el rezo del Ángelus, recordando la beatificación que tuvo lugar en la tarde del sábado 22 en el país latinoamericano (véase Fides 01/09/2021; 17/01/2022; 22/01/2022).
La misa solemne de beatificación fue presidida, en nombre del Santo Padre, por el cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador. Asistieron obispos de varios países centroamericanos, autoridades gubernamentales y personal diplomático acreditado en El Salvador. Alrededor de 6.000 fieles, cumpliendo con las medidas de seguridad establecidas para la pandemia, se reunieron en la Plaza Divino Salvador del Mundo, en la capital del país, para participar en este histórico evento.
“En nuestra asamblea hay humildes campesinos y campesinas que exultan de júbilo al ver que la Iglesia reconoce la santidad de quienes han dado la vida en su servicio. Hay también representantes de las comunidades que fueron pastoreadas por Fray Cosme y por el Padre Rutilio” ha subrayado en su homilía el Cardenal Rosa Chavez. Que además ha puesto de manifiesto: “las figuras de los laicos Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, en las que vemos a los representantes de esa inmensa multitud que nadie podía contar, es decir, de los innumerables mártires anónimos”, recordando ese número simbólico de los 75.000 muertos “que hemos llorado a lo largo de la lucha fratricida que nos desangró durante doce años y que terminó felizmente cuando las partes enfrentadas firmaron los Acuerdos de Paz”.
El Cardenal ha subrayado que en América Latina el martirio está relacionado con la vivencia del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia. Padre Rutilio Grande “después de seguir en Ecuador el curso del Instituto Pastoral Latinoamericano (IPLA) y de haber compartido la experiencia de trabajo con campesinos e indígenas en la diócesis de Riobamba, en tiempos de monseñor Leonidas Proaño, volvió a nuestro país con una clara e inequívoca opción por los pobres. Él fue quien encabezó la lista de nuestros mártires. Le siguieron veinte sacerdotes, tres religiosas y una misionera estadounidenses y cientos de mártires anónimos”. Entre los pastores más ilustres como Monseñor Romero está otro obispo, Monseñor Roberto Joaquín Ramos, asesinado en junio de 1993.
“La presencia de dos laicos, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, son como una ventana para mirar esa realidad de una multitud inmensa que nadie podía contar”, ha añadido el Cardenal, esperando que nuestros mártires nos ayuden “a recuperar la memoria y la esperanza para que no renunciemos al sueño de un país reconciliado y en paz un país como lo quiere nuestro Dios: justo, fraterno y solidario”.
En su Carta Apostólica autorizando la beatificación, el Papa Francisco afirma que los cuatro mártires fueron “testigos heroicos del Reino de Dios, del Reino de la Justicia, del amor y de la paz, incluso hasta el derramamiento de sangre”. A partir de ahora se llamarán beatos y se celebrarán cada año en los lugares según las normas establecidas por la ley, el 12 de marzo y el 10 de junio respectivamente”.
(SL) (Agencia Fides 24/01/2022)