San Salvador (Agencia Fides) – “Estamos muy preocupados por el anuncio que hizo el Gobierno sobre la posible activación de la explotación minera en nuestro país, por lo que ratificamos nuestra posición totalmente contraria a la derogación de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica, aprobada en marzo del año 2017” Así se han pronunciado los Obispos de El Salvador, que han expresado públicamente su oposición al proyecto -apoyado por el Presidente de la República Nayib Bukele- de reintroducir la minería metálica en el país, prohibida desde 2017, para reactivar el crecimiento económico.
Precisamente ese año, la nación más pequeña de América Central fue la primera del mundo en prohibir la minería, y ya entonces los obispos habían expresado su apoyo a tal decisión destinada a proteger los recursos hídricos de la contaminación (véase Agencia Fides, 30/03/2017). El propio Bukele en 2019, durante su primera campaña a la presidencia, se había declarado a favor de la prohibición de la minería. Sin embargo, tras volver al poder con un segundo mandato el pasado 4 de febrero, el Jefe de Estado ha abierto recientemente la posibilidad de reintroducir formas de minería “modernas y sostenibles” que puedan reducir el impacto medioambiental.
“Nos mueve únicamente el bien del pueblo, sin querer contradecir al señor presidente, ni favorecer a la oposición política. Con el mejor deseo para todos, expresamos nuestro no rotundo a la explotación minera en el país”, se lee en un comunicado de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES).
Los doce obispos firmantes se declaran “muy preocupados” por la “posible activación de la explotación minera”. Para ellos, la salud del pueblo vale más que todo el oro del mundo. “La práctica de cualquier tipo de minería” acarrearía “consecuencias irreversibles contra la salud y la vida de la población”, recuerda la CEDES, presidida por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
“El Salvador es el segundo país con mayor deterioro ambiental en todo el continente americano, por lo que la minería tendría un impacto de gravísimas consecuencias sobre los pocos recursos hídricos de nuestro país y, por consecuencia, en la salud, en la vida de los salvadoreños y en la biodiversidad” aseguran los Obispos, señalando que la reanudación de la minería “contaminaría los mantos acuíferos, incluyendo el río Lempa”, el más grande del territorio salvadoreño, que abastece de agua al menos al 50 % de la población.
“En un país tan pequeño y poblado como el nuestro, el efecto negativo se multiplicaría, así que, con el mejor deseo para todos, expresamos nuestro no rotundo a la explotación minera en el país”, han recalcado los obispos, entre ellos el cardenal Gregorio Rosa Chávez, el primer obispo salvadoreño creado cardenal por el papa Francisco en 2017. “Estamos a favor del desarrollo económico, sin embargo, la más grande riqueza de un pueblo es la vida de las personas y su salud; eso vale más que todo el oro del mundo”, han agregado.
A principios de diciembre, el presidente Bukele pidió a los salvadoreños que confíen en la decisión del gobierno de reabrir a la minería metálica, y recientemente anunció que pedirá al Congreso, controlado por su partido “Nuevas Ideas”, que derogue la ley que prohíbe la minería, refiriéndose a un estudio que determinó que existen yacimientos de oro por valor de 131.000 millones de dólares en el país, equivalentes al “380% del PIB”.
Según las estimaciones, el 30% de la población de El Salvador vive por debajo del umbral de la pobreza, siete de cada diez trabajadores son informales y la deuda pública representa el 80% del PIB.
(AP) (Agencia Fides 18/12/2024)