Port Moresby (Agencia Fides) – “El mar es una fuente de vida y bienestar para nuestra gente y, desafortunadamente, además de sufrir eventos climáticos catastróficos, nos enfrentamos a las empresas multinacionales y a las maquinaciones políticas”. Lo han afirmado los obispos de la Federación de Conferencias Episcopales Católicas de Oceanía reunidos en Port Moresby del 11 al 18 de abril. Además han expresado “atención por nuestra casa común, Oceanía: un mar de posibilidades” y se han centrado en los temas de la Encíclica Laudato Sí, sobre la protección de la Creación. Los obispos en la solemne declaración emitida al término de la asamblea, y enviada a la Agencia Fides afirman: “Hemos considerado cuidadosamente la geografía particular de nuestra región y nuestra responsabilidad, que deriva de nuestra fe, hacia ella”. En la asamblea, el debate entre los obispos ha puesto de relieve los complicados vínculos entre las naciones, las economías y las comunidades de los pueblos.
“Nuestro mundo oculta la obligación ética de las empresas multinacionales y de las naciones de trascender ciertos intereses y asumir la responsabilidad de construir una economía mundial basada en el cuidado y la sustentibilidad”, continúan los Obispos. Es “un desafío ético urgente para la familia humana mundial que se refiere al desarrollo económico dependiente de la energía basada en el combustible. El desarrollo comercial actual está contribuyendo a un cambio climático destructivo”.
“Todos los días, nuestro pueblo sufre los efectos negativos, - es más desastrosos -, del calentamiento global. Estos incluyen el aumento del nivel del mar, el aumento de las temperaturas oceánicas, la acidificación del agua, el blanqueamiento de los corales y las amenazas a la biodiversidad, junto con los fenómenos meteorológicos extremos más comunes de ciclones, tifones y tormentas. Por lo tanto, nos preguntamos, si el grito de nuestro pueblo por el cambio es sofocado por el estruendo de las lobby comerciales y la avaricia. Porque, a pesar de las consecuencias negativas innegables en nuestra ecología humana, muchos gobiernos no solo permiten, sino que apoyan la expansión de las industrias basadas en el carbón. ¿Para quién y por qué este 'crecimiento' miope?” Se preguntan los obispos.
El texto final dice: “reflexionemos sobre el artículo 195 de la Laudato Si' que desenmascara los costes sociales a largo plazo de dejar sin control la búsqueda de beneficios a corto plazo, a través de medios de producción supuestamente más baratos (pero explotadores o destructivos). Tarde o temprano, los gobiernos deberán abordar estos costos sociales en salud y medio ambiente. Como personas de fe, seguimos siendo líderes llenos de esperanza. La conversión de actitud es el catalizador para convencer a los partidos políticos y a los gobiernos para que hagan frente al cambio climático. Durante demasiado tiempo hemos estado sujetos a una mentalidad superficial, según la cual iniciar un cambio industrial efectivo habría sido un 'suicidio político'. Rechazamos esta convicción y hacemos un llamamiento a todas las personas, especialmente las de los continentes que poseen la fuerza industrial, para que escuchen nuestra voz desde el sur del mundo”.
Los obispos de Oceanía agregan su consternación al saber que desde el acuerdo de París de 2015, muchas naciones han renegado sus promesas de limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 1,5 grados centígrados. Y concluyen: “Imploramos a los gobiernos que pongan fin al juego de las demoras, las posiciones y los compromisos, y en su lugar adopten un liderazgo valiente y un marco regulador como las personas esperan. Los jóvenes presentes en nuestra conferencia también han expresado sus voces de esperanza. Repetimos con convicción que los océanos nos ofrecen vida y un mar de oportunidades a largo plazo.
Esto está en marcado contraste con el turbio mundo desconocido de las industrias mineras en los abismos. Las crecientes 'nuevas voces' de individuos y comunidades enteras opuestas a las actividades mineras en aguas profundas se hacen eco de las de aquellos que han expresado su preocupación por la deforestación durante años. Ofrecemos nuestro apoyo a todas las empresas que muestran un sentido ético hacia los trabajadores y hacia el medio ambiente, y una vez más imploramos a los gobiernos que ejerzan un liderazgo responsable por el bien común, por las generaciones futuras y por nuestra madre tierra”. (AP) (2/5/2018 Agencia Fides)