EUROPA/RUSIA - El Papa Francisco a los jóvenes católicos rusos: los buenos diplomáticos hacen bien a la humanidad

viernes, 25 agosto 2023 papa francisco   jóvenes   jornada mundial de la juventud   evangelización   vocaciones   diplomacia  

de Chiara Dommarco

San Petersburgo (Agencia Fides) – “Dios nos ha llamado desde el principio, ha llamado a cada uno por su nombre, cara a cara. A pesar de nuestras debilidades”. Así habló el Papa Francisco durante su discurso, realizado vía streaming, en el “Encuentro ruso de la juventud” ("Vserossijskaja Vstreča Molodëži"), el festival de la juventud católica en Rusia que se desarrolla actualmente en San Petersburgo. A partir del episodio de la visitación de María a su prima Isabel, el Pontífice expresó el deseo de que la Iglesia sea como una madre solícita, mostrando a los jóvenes el camino de un amor concreto, atento a las necesidades de cada uno y que no abandona a nadie. “Por favor que la Iglesia no sea una aduana donde se selecciona quién pasa y quién no”, insistió. Como anunciaron los organizadores, el texto de la reflexión del Papa Francisco, pronunciado en español y precedido por los testimonios de dos jóvenes, estará disponible a partir del sábado 26 de agosto. Después del discurso leído por el Papa, los jóvenes hicieron algunas preguntas a las que el Pontífice respondió en italiano. Respondió sobre el valor de la vocación o sobre el de la diplomacia para la resolución de los conflictos armados y sobre cómo afrontar las dificultades que surgen en el contexto de los matrimonios entre cristianos de distintas confesiones.

“La primera vocación es la vocación a ser cristianos. Digamos que la vocación existe por la pura misericordia de Dios, porque Él nos ama tal como somos. Y cuando se nos da una vocación, –pienso en la vocación al matrimonio, a la vocación a la vida consagrada, al sacerdocio, a tantas vocaciones–, nadie es mejor que otro, todos estamos llamados gratuitamente. Esto es lo más hermoso, que el amor de Dios es gratuito”, explicó.

A la pregunta de una joven sobre cómo tendría que ser la diplomacia para superar el conflicto en Ucrania, Francisco respondió: “La diplomacia avanza por un camino: un camino donde la unidad es superior al conflicto. La verdadera diplomacia no teme a los conflictos, pero no los acentúa. Toma los conflictos y con los conflictos va hacia adelante, a través del diálogo y la oración. Comprender la posición del otro y también limitar los errores. La diplomacia no es fácil. Los buenos diplomáticos hacen mucho bien a la humanidad. No es un trabajo fácil, pero sí muy fructífero. Y esto tanto en la situación de Ucrania como en la de otros países. La diplomacia siempre construye, no destruye”.

La pregunta formulada por una joven casada sobre cómo buscar la verdad sobre Dios y las cuestiones teológicas en la vocación al matrimonio con un cónyuge perteneciente a una confesión distinta a la propia, dio al Papa Francisco la oportunidad de expresarse sobre un tema especialmente importante para los cristianos en Rusia, donde hay muchos matrimonios entre ortodoxos y católicos: “Escucha, cada uno tiene su propia tradición religiosa, ya sean ortodoxos o católicos, ambos son cristianos. Vosotros dos sois cristianos: adelante, adelante, respetando la tradición de uno y del otro. No forcéis la historia. Y luego en el camino quizás el Señor os haga ver o quizás no, pero es importante subrayar lo que hay en común: “Ambos somos cristianos”. Y esto te da un modo de vivir una hermosa familia cristiana. Seguid adelante. No intentéis forzar las cosas. Por favor, no. Cada uno que siga su propia tradición. Las dos tradiciones son hermosas y son cristianas. Por favor, no se excomulguen mutuamente. Empezad desde el matrimonio y y luego durante la vida se irá viendo. Conozco matrimonios que son así: no solo entre católicos y ortodoxos, sino también entre cristianos de otras confesiones. Y siguen adelante con buena voluntad, porque aman al Señor. Es importante la sinceridad, ante todo hacia el Señor”.

En la transmisión en directo que se siguió en la basílica católica de Santa Catalina de Alejandría en San Petersburgo, estuvieron presentes los cinco obispos de la Conferencia Episcopal de Rusia y el arzobispo Giovanni d'Aniello, nuncio apostólico en la Federación de Rusia y Uzbekistán. El Encuentro de Jóvenes Rusos, que comenzó el 23 de agosto, fue concebido como una “peregrinación continua” que desde Lisboa pasa por San Petersburgo y llega a cada una de las pequeñas comunidades católicas diseminadas por el territorio de la Federación Rusa, para que nadie se quedara atrás. Concebido por tanto como una segunda etapa de la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, en este Encuentro de la Juventud Rusa han participado unas 400 personas, entre inscritos y organizadores. Una delegación de jóvenes 18 rusos encabezada por el padre Markus Nowotny, responsable de las actividades de formación y tesorero del Seminario Católico de San Petersburgo, participó en la JMJ de Lisboa y contaron su experiencia a quienes no pudieron viajar a Portugal.

En un momento histórico en el que resulta muy difícil para los ciudadanos de la Federación viajar por Europa, la Iglesia católica en Rusia responde a las necesidades de todos sus fieles, también las de aquellos que no pueden estar presentes en San Petersburgo. La tercera etapa de la “peregrinación sin fin”, será una etapa extensa ya que, desde San Petersburgo, los participantes regresarán a sus propias comunidades en el vasto territorio de la Federación Rusa para dar testimonio de lo que vivieron durante estas jornadas. Por su parte, los 18 jóvenes que estuvieron en Portugal hablarán de lo que han vivido. La experiencia de pertenecer a una realidad eclesial que va más allá de las fronteras federales es un estímulo para los jóvenes católicos rusos que, en muchas ocasiones, no tienen la oportunidad de conocer a otros coetáneos de su misma confesión cristiana.

Las jornadas en San Petesburgo se organizan en torno a varias actividades. Los jóvenes están alojados en las distintas parroquias y familias católicas de San Petersburgo, ciudad que cuenta actualmente con 8 lugares de culto católicos. El programa incluye momentos de reflexión centrados en la misma cita evangélica elegida por el Papa Francisco como lema de la JMJ en Portugal: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). Para subrayar el vínculo con el pasaje evangélico del que se toma el tema, el encuentro comenzó precisamente en la parroquia de la Visitación de María a Isabel con la liturgia eucarística de apertura y una velada introductoria. El evento comenzó la tarde del 23 de agosto con el registro de los participantes y la celebración eucarística, presente diariamente en el programa.

En las mañanas de jueves y viernes se llevaron a cabo las catequesis, basadas en el material recibido desde Lisboa, que contaron con la participación activa de los jóvenes, con un amplio espacio para la discusión, tal como ocurrió durante el proceso sinodal a nivel parroquial cuando en Rusia se compusieron 82 grupos de trabajo (ver Fides 4/7/2022). El jueves por la tarde algunos religiosos y laicos, llamados a la virginidad o a la vida matrimonial, ofrecieron a los presentes un testimonio de su propia vocación. El viernes 25 de agosto se celebró una oración de Taizè y mañana habrá una tarde de fiesta. El 27 de agosto, último día del evento, después de un momento de síntesis general, los participantes participarán en la liturgia eucarística final que representará el punto de partida para la misión de testimonio en sus propias parroquias y ciudades de origen. Los jóvenes, procedentes de las cuatro diócesis de la provincia eclesiástica de la Iglesia católica en Rusia y de 54 ciudades de la Federación, están acompañados en estos intensos días por los cinco obispos de la Conferencia Episcopal de Rusia, y por sacerdotes, religiosos y laicos implicados en la pastoral juvenil de las cuatro diócesis.

La provincia eclesiástica de la Iglesia católica en Rusia está formada por la archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú y sus tres diócesis sufragáneas: la diócesis de San Clemente en Saratov, la de San José en Irkutsk y la de la Transfiguración en Novosibirsk. Dado que los católicos en la Federación Rusa representan menos del 1% de la población total, se trata en su mayoría de comunidades pequeñas o muy pequeñas, que a veces cuentan con la presencia de un sacerdote muy raramente durante el año. No hay datos precisos sobre el número de católicos presentes en la Federación, pero, como declaró el pasado mes de julio a RIA Novosti monseñor Paolo Pezzi, arzobispo de la Madre de Dios en Moscú, el número de católicos bautizados es probablemente menor de un millón. Además, debido a las dificultades surgidas tras el reciente conflicto, recientemente se ha producido una disminución nada despreciable de la presencia de católicos extranjeros, un componente que sumaba al número total de fieles católicos en la Federación.
(Agencia Fides 25/8/2023)


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