Por Chiara Dommarco
San Petersburgo (Agencia Fides) – Cáritas San Petersburgo, dirigida por la doctora Natalija Anatol'evna Pevcova, fue fundada en 1993 y desde hace más de 30 años ofrece ayuda a los necesitados, además de formación a especialistas y voluntarios. En la actualidad, la asociación gestiona una docena de programas de ayuda, a través de los cuales se presta apoyo a los pobres, las madres en dificultad, los adolescentes, los jóvenes, los adultos con enfermedades mentales, las personas sin hogar y los ancianos solos.
Desde hace unos días, gracias a la financiación de la Fundación de Subvenciones Presidenciales (Fond prezidentskich grantov), el ciclo de 6 conferencias sobre el problema del alcoholismo y la drogadicción, producido por el Centro de Información y Asesoramiento sobre Violencia y Adicciones, está disponible gratuitamente en el canal de YouTube de Cáritas San Petersburgo.
El Centro, operativo en Cáritas San Petersburgo, fue concebido en 2007, cuando el personal y los voluntarios empezaron a toparse con un hecho problemático: ante una presencia numéricamente significativa de personas con adicciones patológicas y también de realidades llamadas a ofrecer vías de tratamiento y rehabilitación, faltaba la "demanda de ser ayudado y curado". La conciencia de su adicción por parte de los afectados parecía ser escasa.
Gracias al apoyo de Cáritas Alemania y la Fundación Renovabis, el centro se hizo realidad en 2010. El 1 de septiembre de ese año se puso en marcha la iniciativa de una serie de conferencias gratuitas (inicialmente 5, desde hace unos años 6), destinadas a informar no solo a quienes están personalmente implicados en el problema de las adicciones, sino también a quienes luchan contra esta lacra en su propio círculo familiar o de amigos.
Durante las charlas se explica el proceso de formación de las adicciones, los problemas causados por el síndrome alcohólico fetal, los problemas que sufren las personas que conviven con personas adictas y los riesgos para los menores que viven en un entorno familiar con uno o más adictos. La asistencia a las aulas ronda las 30 personas de media, pero las visualizaciones online han superado las 2.000 en pocos días. "Son cifras destinadas a crecer", afirma el director del Centro, el psicólogo Radik Galiiakhmetov, que explica a la Agencia Fides los métodos de trabajo adoptados y los resultados obtenidos hasta ahora. "Durante las clases – prosigue- hacemos que la persona conozca mejor algunos aspectos de sí misma e identifique el papel del alcohol u otras sustancias en su vida. Observando a los distintos psicólogos que se turnan en el aula, puede elegir quién le inspira más confianza y reservar una consulta individual".
El centro ofrece 36 horas semanales de consultas individuales y varias horas de trabajo en pequeños grupos. "Todo el mundo tiene la oportunidad de programar cinco consultas individuales gratuitas", explica el director, "que sirven para concienciar a la persona sobre su adicción y, si está de acuerdo, para identificar la vía de tratamiento adecuada a sus necesidades. En cuanto abrimos la inscripción, las citas disponibles se agotan en pocos días. Esto significa que nuestro objetivo se ha cumplido: nos hemos convertido en ese 'pequeño puente' que une a la persona necesitada con el lugar que puede curarla".
También ha sido fundamental el empuje del Dr. Galiiakhmetov y sus colegas de Cáritas para poner en red a numerosos especialistas rusos en el campo del tratamiento de adicciones patológicas, con el fin de intentar encontrar una vía de rehabilitación viable incluso para los casos más complejos, que requieren varias opiniones profesionales.
"A menudo la gente viene a nosotros", dice el director, “porque les empuja un familiar o un sacerdote, pero no ven o no quieren ver su adicción. Recuerdo a una mujer que vino a verme en noviembre de 2010: había perdido su trabajo por ser alcohólica, pero no aceptaba que lo era. Durante la consulta no conseguí que tomara conciencia del problema, pero antes de que se fuera le pedí que llevara un diario y anotara cada día cuánto pensaba beber y cuánto bebía realmente. Dos meses después volvió a verme con el diario, me dijo que se había dado cuenta de que era alcohólica y aceptó empezar un programa de rehabilitación. En un año se recuperó y desde entonces no ha vuelto a recaer. A menudo lo más difícil es aceptar el tratamiento, pero salir de él es posible”.
El trabajo iniciado en 2010 ha permitido al equipo de psicólogos poder detectar, en la historia personal de numerosos sujetos, la coexistencia de la adicción patológica con episodios de violencia y/o maltrato psicológico sufridos. Por ello, gracias al apoyo de Cáritas Alemania y la Fundación Renovabis, desde 2014 el Centro ha iniciado también ciclos de dos encuentros gratuitos al mes sobre el tema de la violencia, con una asistencia media al aula de unas sesenta personas.
"La violencia sufrida - explica el Dr. Galiiakhmetov, - es un terreno fértil para el desarrollo de distintos tipos de adicción. Ya sea física, sexual, psicológica o por abuso de conciencia, deja heridas muy profundas en la persona, que a menudo no es consciente de haber sido víctima durante muchos años. Algunos llegan a nosotros en tal estado que ya no podemos orientarles hacia vías de tratamiento: han gastado sus últimas fuerzas para venir al centro, han depositado en nosotros la última pizca de confianza que les quedaba. En estos casos, les acogemos gratuitamente durante periodos muy largos". Y es precisamente en la dirección de ofrecer una ayuda altamente cualificada a las víctimas de la violencia en la que van los planes de futuro del centro, gracias al éxito de una terapia de grupo experimental que funciona desde hace tres años y medio. "Evaluaremos si, además de las clases presenciales que continúan, pronto podremos poner en línea el ciclo de clases sobre la violencia. Para nosotros, el contacto directo con quienes necesitan ayuda es crucial, pero somos igualmente conscientes de la posibilidad de ampliar aún más la información a través de nuestro canal de YouTube".
La campaña de información sobre los problemas de las adicciones y la eficacia de la legislación vigente en esta materia han dado sus frutos, como lo demuestra la disminución, en los últimos años, del número de solicitudes de ayuda en materia de adicciones, frente a un aumento proporcional de la asistencia a clases sobre el tema de la violencia y de las consultas individuales solicitadas al respecto.
"El acompañamiento de alguien que se ha convertido en alcohólico a causa de la violencia sufrida -explica el director- requiere un trabajo largo y agotador: es doloroso aceptar haber sido maltratado y, para no sufrir, la víctima suele empezar a beber. Por eso, primero hay que orientar a la persona hacia un camino de recuperación de la dependencia del alcohol y, sólo entonces, se puede iniciar una terapia que ayude a hacer salir la herida de la violencia y a afrontar el dolor posterior sin recurrir al alcohol, sino buscando vías de curación para recuperar la propia vida". Por eso, a los empleados del centro no sólo se les exige una formación profesional de alto nivel, sino también el talante adecuado para acompañar a quienes en un primer momento no aceptan ser ayudados. "En cada consulta -explica el Dr. Galiiakhmetov- se produce un encuentro entre dos expertos: el psicólogo es el experto en adicción y violencia y la persona es la 'experta' en su vida. Así, estos dos expertos analizan juntos la vida de la persona y juntos llegan a la solución para tomar el camino correcto".
El Dr. Galiiakhmetov, que se incorporó a Cáritas San Petersburgo hace más de 20 años tras varias experiencias laborales en otras organizaciones caritativas, ha querido compartir sus razones para quedarse: "No me arrepiento de la elección que hice en noviembre de 2003, de hecho estoy contento con ella, sobre todo por dos razones. En primer lugar, porque nuestro trabajo se rige por el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano: todo el mundo es digno de recibir ayuda, independientemente de cómo viva, y, en este punto, esencial para mí, nunca me han defraudado los colegas y voluntarios, ni siquiera en los momentos más difíciles desde el punto de vista relacional. Y, también, porque podemos ser libres para experimentar y encontrar soluciones creativas a los distintos retos a los que nos enfrentamos en nuestro trabajo diario".
Se calcula que en 2023, más de 3.000 personas acudieron al centro de información y asesoramiento sobre violencia y adicciones y, en total, el número de solicitudes de ayuda atendidas por Cáritas de la ciudad en ese mismo año ascendió a unas 16.000.
(Agencia Fides 3/2/2024)
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