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Goma (Agencia Fides) - Los discípulos de Jesús, incluso en la atormentada región de Kivu Norte, están llamados ante todo a ofrecer a los demás el “maravilloso sabor” y la luz de Jesús y de su Evangelio. Sabor y luz que “no vienen de nosotros”, sino de Jesús que “actúa en nosotros a través del Espíritu Santo”.
El Cardenal Luis Antonio Gokim Tagle Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, a su llegada a Goma, Kivu Norte, durante su visita a la República Democrática del Congo, ha esbozado de forma esencial cuál es la misión de esperanza y renacimiento encomendada a los bautizados incluso en lugares abrumados por los conflictos, la violencia y las catástrofes colectivas. En la homilía de la Misa, celebrada el martes 13 de junio en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (rodeada de una multitud de personas que han seguido la liturgia desde pantallas instaladas alrededor del lugar de culto), en el día en que la Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Antonio de Padua, el cardenal Tagle ha hecho un llamamiento a la paz y a la reconciliación, llevando el saludo del Papa Francisco a toda la Iglesia de Goma.
El Papa -ha recordado el cardenal Tagle- quiso visitar Goma en su reciente viaje apostólico a la República Democrática del Congo, “para mostraros su cercanía. Ha sufrido mucho por no poder estar aquí. Pero no dudéis de os lleva consigo en su espíritu y en su corazón”.
En su homilía, el Cardenal ha aludido a la situación en Kivu Norte, inspirándose en las lecturas de la liturgia del día, que “parecen dirigirse precisamente a la Iglesia de Goma”.
En el Evangelio, Jesús llama a sus discípulos a ser “sal de la tierra y luz del mundo”.
Tanto la sal como la luz - ha subrayado el Cardenal - no llaman la atención sobre sí mismas, no sirven a sus propios intereses. Sirven a algo más que a sí mismas. La sal sirve para dar sabor a los alimentos, para conservarlos y para curar ciertas enfermedades. La luz en el hogar sirve para encontrar objetos, para orientarse, para evitar accidentes.
Muchos, también en Goma y en Kivu Norte - ha proseguido el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización - encuentran la vida insípida y sin sentido. Ellos mismos se sienten tratados como comida insípida que se tira, pasan su existencia en la oscuridad.
“A través de nuestra compasión, de nuestro humilde servicio en nombre de Jesús, tenemos la esperanza de que muchas personas puedan experimentar a Cristo, encontrando un nuevo sentido y sabor a sus vidas”.
También en Goma y Kivu Norte -ha repetido el cardenal Tagle- cada bautizado, cada familia, cada escuela, hospital o parroquia, cada organización y movimiento eclesial, cada comunidad de consagrados y cada sacerdote están llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo, diciendo sí a la “justicia fundada en la verdad”, al perdón y a la reconciliación, y a una “paz duradera para nosotros, para nuestros hijos y sus hijos”.
(GV) (Agencia (Fides 13/6/2023)