ASIA/MALASIA - Desde el “Gran Peregrinaje de la Esperanza”, luces y orientaciones para el camino y el testimonio de las Iglesias de Asia

jueves, 4 diciembre 2025 iglesias locales   evangelización   misión   cardenales   cardenal tagle  

Radio Veritas Asia

por Gianni Valente

Penang (Agencia Fides) – Un peregrinaje «consolador». Ese es el adjetivo elegido por el cardenal Luis Antonio Gokim Tagle al pedirle que describiese con una sola palabra el «Gran Peregrinaje de la Esperanza», el encuentro eclesial celebrado en Penang, Malasia, del 27 al 30 de noviembre. Una experiencia de oración, música, catequesis y comunión que, según el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, ha transmitido consuelo a las personas y a las comunidades, mostrando a las Iglesias de Asia que Cristo camina con su pueblo en medio de incertidumbres, conflictos y tiempos de cambio.
Más de 900 delegados, procedentes de comunidades católicas de 32 países, han compartido las jornadas de Penang, un encuentro que tiene su antecedente en el Congreso Misionero de Asia celebrado en Chiang Mai en 2006.
Discursos, homilías y ruedas de prensa han marcado los días del encuentro, sintetizados en los precisos informes de Radio Veritas Asia: aportaciones repletas de sugerencias para iluminar el próximo tramo del camino de las Iglesias de Asia, desde el Jubileo de la Esperanza hasta el próximo Jubileo de 2033, que celebrará los 2000 años del acontecimiento pascual de la muerte y resurrección de Cristo.

“Acordarse del futuro”.

La confianza en el camino futuro de las comunidades católicas asiáticas no se apoya en estrategias humanas ni en el management eclesial. Cuenta el hecho de que todo el camino de la Iglesia en la historia del mundo sucede a la luz del acontecimiento de la resurrección de Cristo, recordado también por el próximo Jubileo.
«Siempre hay que experimentar –dijo el Pro-Prefecto del Dicasterio misionero durante la concelebración eucarística que presidió el 29 de noviembre en la Basílica Menor de Santa Ana- que la resurrección de Cristo no es solo un acontecimiento pasado, sino un destino prometido. Es necesario siempre “recordar el futuro”», añadió el cardenal Tagle, retomando la sugerente expresión del gran teólogo ortodoxo Ioannis Zizioulas, metropolita de Pérgamo. «El 2033 está fijado como año jubilar, pero la realidad es que caminamos hacia el futuro de Dios. Y Jesús nos espera allí».
El camino está marcado por incertidumbres y límites humanos, porque «formamos una comunidad de personas confundidas e inconscientes». Pero, como el profeta Daniel, «pedimos a Dios que nos ilumine. Y Dios ha respondido. Jesús camina con nosotros en nuestra confusión, abre las Escrituras y parte el pan para nosotros». Y «Jesús no es solo nuestro compañero, también es nuestra meta». Por eso, «cuando alguien les pregunte: “¿A dónde vas?”, respondan: “Voy hacia Dios Padre”. Y si se quedan sorprendidos, invítenlos a venir con ustedes».
El cardenal concluyó la homilía contando la historia de una mujer cuyo esposo estaba a punto de morir y que decidió salir de la habitación en el momento final de su marido para que, según sus palabras, «Jesús y mi esposo pudieran disfrutar de ese momento íntimo». «Esta -comentó el cardenal Tagle- es la esperanza cristiana: confiar en Jesús que espera para acoger a cada uno de nosotros».

La misión de las Iglesias asiáticas: contar la humanidad de Cristo.

El anuncio de la esperanza cristiana a los hombres y mujeres de nuestro tiempo está encomendado a la obra apostólica de la Iglesia. Y también hoy -repitieron muchos de los ponentes durante el «Gran Peregrinaje de la Esperanza»- las comunidades católicas florecidas en Asia pueden ofrecer al mundo, como un don precioso, su capacidad de «contar la humanidad de Cristo».
«Al profesar la fe en Jesús, el Señor, el Cristo -dijo el cardenal Pablo Virgilio Siongco David- a veces lo ponemos en un pedestal y lo alejamos de nosotros, cuando en realidad se ha hecho uno de nosotros». Y desde entonces «no hay otro modo de llegar a la divinidad de Jesús sino a través de su humanidad».
Así, «contando las historias de cómo las comunidades asiáticas se encuentran con Jesús, a través de la vida familiar, el sufrimiento, la solidaridad y la alegría, los creyentes pueden ayudar al mundo» a redescubrir a Jesús. Porque Asia -recordó el cardenal David el 29 de noviembre- comprende el poder de la narración más profundamente que la mayoría de las culturas. «En Asia -añadió el cardenal filipino- la verdad no nos llega principalmente como concepto», sino «como historia en la que entramos». Y «compartir la Buena Nueva en Asia significa contar historias, no conquistar». Esto –prosiguió- «es también nuestro mandato para 2033: dejar que Jesús reaparezca en nuestras palabras, en nuestros gestos, en nuestras comunidades y en nuestro modo asiático de contar la Buena Nueva».
También el cardenal Tagle, en la rueda de prensa del sábado 29 de noviembre, compartió algunas de sus experiencias personales para mostrar cómo el simple hecho de contar la historia de Jesús sigue siendo una vía esencial para anunciar el Evangelio y abrazar la obra apostólica confiada a la Iglesia. Él mismo -relató el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización-, en su intervención en el Congreso misionero asiático de 2006, había propuesto la «narración» como método misionero, suscitando interés incluso en los académicos implicados en los estudios de misionología.
«En aquel tiempo -recordó el cardenal Tagle- algunos estudiosos pensaban que la narración evitaba la proclamación o reducía el elemento doctrinal». Pero se pudo demostrar que «ese era el modo de actuar del propio Jesús, el mayor misionero enviado por el Padre, y que la narración se adapta al contexto asiático».
Ese paso -añadió el cardenal Tagle- ha revelado el modo silencioso pero constante en que la experiencia misionera de Asia puede ofrecer su contribución y sus dones a la Iglesia universal, ya que desde entonces el «método narrativo» «se ha difundido de Asia a otras regiones».

Reconocer los propios fracasos, abrazar las propias fragilidades.

Las jornadas de comunión eclesial compartidas en Penang no ocultaron ni eliminaron las fragilidades de las comunidades eclesiales ni los pesos que dificultan la obra apostólica.
En una rueda de prensa organizada el 29 de noviembre en el Light Hotel Penang, el cardenal arzobispo de Tokio, Tarcisius Isao Kikuchi, y el cardenal Sebastian Francis, obispo de la diócesis anfitriona, hablaron con franqueza de las vulnerabilidades psicológicas que presentan sacerdotes diocesanos. «Muchos de ellos no tienen a nadie con quien hablar», también porque «si compartieran sus dificultades, otros sacerdotes podrían considerarlos débiles o fracasados».
El cardenal Kikuchi subrayó también que muchos sacerdotes son juzgados duramente por los laicos y por personas externas, especialmente en casos delicados como las acusaciones de abusos. El cardenal Sebastian Francis hizo referencia a «diversas instituciones, en particular en Filipinas y en India, creadas para ayudar al clero con problemas de salud mental».
El cardenal filipino David, en la rueda de prensa del sábado 29 de noviembre, subrayó que el camino hacia el Jubileo de 2033 puede ofrecer la ocasión de «reconocer dónde hemos fallado» y liberarse de los residuos de «triunfalismo» que aún pesan sobre el camino y la presencia de la Iglesia católica en diversos contextos asiáticos. «Todavía existe una fuerte tendencia por parte de muchos grupos cristianos a ser muy triunfalistas», dijo, «y eso no ayuda en absoluto». Además, refiriéndose a su patria, el cardenal filipino reconoció que «honestamente no estoy muy orgulloso de afirmar que somos una sociedad mayoritariamente católica», viendo los niveles insostenibles de corrupción generalizada. «Esto significa -dedujo David- que no hemos tenido un gran impacto».
El 28 de noviembre, el arzobispo malasio Simon Peter Poh Hoon Seng reiteró que el enfoque dialogante y abierto hacia todos representa una prioridad para las comunidades eclesiales en el continente asiático, área de nacimiento de religiones mundiales, marcada por grandes diversidades culturales y por la condición de amplios sectores de la población que viven en la pobreza. El arzobispo de Kuching valoró la propuesta de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC) de utilizar la expresión «religiones vecinas» en lugar de «no cristianos» u «otras religiones».

Luces y sombras del universo digital.

El «Gran Peregrinaje de la Esperanza» vivido por las Iglesias católicas asiáticas en tierra malaya también tuvo en cuenta los posibles vínculos entre la obra apostólica y la omnipresente transformación digital de la comunicación global.
«Lo que estamos viviendo ahora en el universo digital es un don. Pero como todo don, debe ser acogido de manera apropiada», dijo el cardenal Tagle en la rueda de prensa del sábado 29 de noviembre. El Pro-Prefecto del Dicasterio misionero, siguiendo la estela del Concilio Vaticano II, exhortó a alabar a Dios «por las manifestaciones de la creatividad, la creatividad de Dios en el ingenio humano». Pero también recordó con realismo los fenómenos perversos ligados a la expansión de los instrumentos tecnológicos de conexión y comunicación, desde el robo de identidad hasta la manipulación de las mentes y de las masas de «navegantes» digitales. Además, contó con un toque de humor, que había descubierto cuatro cuentas de Facebook que utilizaban su nombre y publicaban vídeos falsos para publicitar la venta de cremas para la artritis, aires acondicionados portátiles e incluso «bendiciones papales». Pero «los peligros –añadió- no anulan las posibilidades». El Pro-Prefecto del Dicasterio misionero citó el testimonio de un «influencer» católico que en su plataforma afirma haber recibido en los últimos meses dos millones de solicitudes de información relacionadas, de un modo u otro, con la fe en Cristo y la obra de la Iglesia. «La mies es abundante» y «Jesús sigue caminando con nosotros», comentó el cardenal Tagle.

Jóvenes y pobres. Los predilectos.

El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, en el «Gran Peregrinaje de la Esperanza» presidió la liturgia eucarística celebrada en la sala de baile del Light Hotel de Penang el 28 de noviembre. En esa ocasión, durante la homilía, expresó el deseo de que encuentren freno y contraste las que definió como «tendencias emergentes al autoritarismo tanto en la sociedad como en las estructuras eclesiales». Para el cardenal salesiano, la prioridad que debe compartirse en la Iglesia es «ir hacia los jóvenes, no esperar a que ellos vengan». Una Iglesia «que camina con los jóvenes -insistió Bo- nunca envejece». Y en el tiempo actual, el 60 % de los jóvenes del mundo se encuentran en Asia.
En el continente asiático son muchos también los pobres, los que sufren, los refugiados. «Cuando caminamos con los hambrientos, los sedientos, los extranjeros, los prisioneros -recordó el cardenal Tagle en la homilía pronunciada en la Basílica de Santa Ana-, Jesús en ellos ya nos está conduciendo al Reino del Padre. Jesús, que nació entre los pobres, es el mismo Jesús que nos acogerá».
(Agencia Fides 4/12/2025).


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