“Apostolic Cinema”. El cine misionero, recurso para el presente de la misión

jueves, 20 noviembre 2025 cine   arte   misión   institutos misioneros   dicasterio para la evangelización  

por Gianni Valente

Roma (Agencia Fides) - En los archivos y almacenes de muchas congregaciones religiosas e instituciones eclesiásticas repartidas por todo el mundo hay un tesoro escondido que merece ser redescubierto y compartido: el tesoro del «cine misionero», el rico patrimonio de materiales audiovisuales producidos desde las primeras décadas del siglo XX por misioneros y misioneras como parte de su aventura de testimonio y anuncio del Evangelio en todos los rincones del mundo. Un patrimonio acumulado en silencio durante las últimas décadas y que es urgente rescatar del olvido y del paso del tiempo, ya que puede representar un recurso valioso también para el presente y el futuro de la obra apostólica.
El jueves 20 de noviembre, el cine misionero y las medidas que deben adoptarse para custodiar, redescubrir y valorizar su riqueza inexplorada han sido objeto de atención en un encuentro público celebrado en el histórico Palacio de Propaganda Fide, el «corazón» del Dicasterio misionero de la Santa Sede. El encuentro se ha centrado en la presentación del libro «Cine y misión. Fuentes audiovisuales e historia de las misiones católicas».

«Los misioneros que empuñaron la cámara -ha dicho Mons. Samuele Sangalli, secretario adjunto del Dicasterio misionero, en su intervención inaugural- nos han dejado no solo imágenes, sino visiones: visiones de fe, de esperanza, de fraternidad». Mientras que «el cine y las fuentes audiovisuales -ha señalado por su parte monseñor Dario Edoardo Viganò, presidente de la Fundación Memorias Audiovisuales del Catolicismo (MAC), en su intervención introductoria- son instrumentos privilegiados para contar la belleza de la fe, la dedicación de los misioneros, la riqueza de las culturas encontradas».
El volumen nace del deseo de explorar el papel que el cine y los instrumentos audiovisuales han tenido, y siguen teniendo, en la historia de las actividades misioneras. Es el resultado de un trabajo de investigación y colaboración entre estudiosos, archiveros y misioneros, definido por el propio Viganò como «pionero», en el que también han participado la Biblioteca Apostólica Vaticana, el Archivo Histórico de Propaganda Fide y el Dicasterio para la Evangelización. El trabajo ha culminado en un congreso internacional celebrado en octubre de 2024 en la Casina Pio IV del Vaticano.
El volumen presentado en el Palacio de Propaganda Fide recoge las actas de ese congreso internacional. Pero los editores lo proponen, sobre todo, como una etapa de transición: un punto de inflexión en un camino que hay que continuar, destinado a documentar la importancia del cine misionero para la obra apostólica de la Iglesia y, sobre todo, la urgencia, concreta y apremiante, de salvar un patrimonio audiovisual frágil, disperso y en riesgo de desaparecer.

Un tesoro en peligro

Los ensayos del volumen, mencionados por los ponentes de la presentación, ofrecen un «mapeo» del tesoro de fuentes audiovisuales de origen y valor misionero: desde las películas de los javerianos y los salesianos hasta los noticiarios cinematográficos de San Paolo Film; desde los fondos fotográficos de la Agencia Fides hasta el patrimonio audiovisual conservado por el Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras; desde las películas de los jesuitas canadienses hasta las que documentan la labor misionera en el Congo de las hermanas de la Sociedad del Sagrado Corazón.
Durante la presentación, se han proyectado dos breves reportajes sobre la obra misionera filmados en Alaska (con las hermanas estadounidenses enseñando béisbol a los jóvenes esquimales con temperaturas muy por debajo de cero) y en el Congo (con escenas que muestran a sacerdotes en canoa, rituales de brujos, bailes de guerreros, un tabernáculo y al misionero que también se convierte en médico, maestro de primaria y arquitecto).
Sergio Palagiano, del Archivo General de la Compañía de Jesús, se ha referido en su intervención a la fragilidad y la naturaleza perecedera de gran parte de los soportes de las fuentes audiovisuales, como las películas a base de «nitrato de celulosa, que además de ser altamente inestables e inflamables en determinadas condiciones pueden provocar explosiones». Al mismo tiempo, la deseada y urgente digitalización del patrimonio del cine misionero «requiere importantes recursos económicos y medios tecnológicos», frente a una falta generalizada de inversiones.
«El cine misionero, como cualquier documento audiovisual –ha comentado al respecto precedentemente Viganò -, es frágil, disperso y, a menudo, no está catalogado. Su conservación no es solo una tarea técnica, sino un acto ético, una forma de cuidar la memoria eclesial».

“Apostolic Cinema”

Las películas de los misioneros -ha señalado en su intervención Gianluca Della Maggiore, profesor de Cine, Fotografía, Televisión y Nuevos Medios en la Universidad Telemática Uninettuno- han sido a menudo relegadas al ámbito conceptual del «cine amateur», de la «artesanía devota» o de la anécdota eclesiástica. Sin embargo, las nuevas categorías historiográficas surgidas en los últimos tiempos sitúan al cine misionero, con pleno derecho, en la categoría del «cine útil», un cine «que no nace para ser visto en festivales o en grandes salas comerciales, sino para ser vivido y debatido en las comunidades, en las parroquias, en los oratorios. Un cine que no busca el aplauso, sino la conversión, el compartir, la comunión».
Gianluca Della Maggiore ha propuesto la fórmula del «cine apostólico» para indicar el uso de instrumentos de producción audiovisual «que transmiten la fidelidad a la enseñanza de la Iglesia. Un cine que no se limita a representar, sino que convoca, forma y evangeliza».
El cine misionero -ha añadido- puede considerarse «el corazón palpitante del cine apostólico. Por su profundidad temporal: más de un siglo de historia. Por su extensión geográfica: todos los continentes, todas las culturas. Y porque, por su densidad teológica, antropológica y etnográfica, es un cine que documenta, interpreta y construye el encuentro y, a veces, el choque entre el Evangelio y las culturas».

Un patrimonio para invertir en el presente

El tesoro del «cine misionero» -según han sugerido las intervenciones escuchadas durante la presentación- no es un patrimonio inerte, un material para evocaciones nostálgicas y recuerdos. También interpela al presente y al futuro de la obra misionera en el mundo. «Es nuestra tarea hoy», ha afirmado Mons. Samuele Sangalli, «valorizar esta herencia, hacerla accesible y ponerla al servicio de la nueva evangelización».
Los jóvenes, los seminaristas, los catequistas, los religiosos y las religiosas -ha añadido el secretario adjunto del Dicasterio misionero al inicio de la presentación del volumen- «pueden encontrar en estas páginas no solo una fuente de conocimiento, sino también una invitación a pensar la misión con creatividad, con pasión, con una mirada abierta al mundo».
El cine misionero -ha insistido monseñor Viganò- «ya no debe considerarse un objeto marginal, amateur o residual, sino un corpus significativo, difundido y estratificado, que merece ser estudiado con los instrumentos de la historia cultural, la semiótica pragmática, la “cultura visual” y la teología de la comunicación».

El Dicasterio misionero «patrocinador» y las fotos de la Agencia Fides

El volumen, y su presentación en el histórico Palacio de Propaganda Fide, con vistas a la Plaza de España, ha brindado la oportunidad de recordar también el papel del Dicasterio romano para las misiones como «cruce de producciones, intercambios y reflexiones» relacionadas con la aventura del «cine misionero».
Flavio Belluomini, archivero del Archivo Histórico de Propaganda Fide, ha destacado los contenidos del ensayo del investigador Steven Stergar, quien en el volumen presentado reconstruye los contactos, a menudo inéditos, entre Propaganda Fide y las producciones cinematográficas internacionales.
«La Congregación», ha subrayado don Belluomini, «supo comprender y utilizar los nuevos medios de comunicación, entre ellos el cine y la fotografía, tanto para conocer el mundo y los diversos contextos misioneros como para operar en el ámbito de la evangelización».
Belluomini también ha destacado como Stergar en su contribución al volumen, pone de relieve el interés de Propaganda por el cine misionero y su compromiso con su promoción, analizando en particular el período del pontificado de Pío XII. En febrero de 1952, según relata el ensayo de Stergar citando algunos episodios emblemáticos, el cardenal prefecto Fumasoni Biondi escribió al Ministerio de Comercio Exterior italiano pidiendo ayuda a los javerianos para que la película Le Campane di Nagasaki (Las campanas de Nagasaki) llegara a Italia, ya que se consideraba válida para dar a conocer la labor apostólica de los misioneros. «Posteriormente», según informó Belluomini, se consultó al honorable Giulio Andreotti, solicitando para dos producciones cinematográficas «el apoyo que permiten las normas legislativas vigentes y que merecen estas producciones de carácter educativo, instructivo y divulgativo de la obra misionera».

En su intervención, al igual que en el ensayo publicado en el libro, el archivero Belluomini se ha detenido ampliamente en el valor del Fondo Fotográfico de la Agencia Fides, conservado en el Archivo Histórico de Propaganda Fide.
Fides, primera agencia de información misionera, fue fundada en 1927 en el seno de Propaganda Fide como «medio para conocer y dar a conocer las misiones». Una función para la que «las fotografías adquirieron pronto un papel protagonista».
Las fotos procedentes de las misiones se ofrecían a la prensa y a los suscriptores del servicio “Fides Foto”, activo hasta los años ochenta del siglo XX. Hoy en día, esas imágenes representan «una fuente valiosa para la historia del dicasterio, para los estudios de misionología, de historia de las misiones y de historia de la Iglesia, pero también de antropología, etnografía e historia de los pueblos». Son también, ha añadido don Belluomini, «una fuente primaria para comprender la evolución de la sensibilidad que inspiraba la acción de los misioneros y las formas en que solían relacionarse con los indígenas».
El Fondo Fotográfico Fides –ha señalado el archivero del Archivo Histórico de Propaganda Fide- «antes de ser ofrecido al examen de los estudiosos, necesita un inventario preliminar que, con el fin de identificar y mantener el vínculo archivístico, deberá comparar los distintos tipos de material conservado y, al mismo tiempo, prestar atención al boletín de la Agencia Fides».
(Agencia Fides 20/11/2025)


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