ASIA/SIRIA - «Ha puesto su vida en manos de Cristo». El monje Jacques Mourad consagrado arzobispo de Homs

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foto p.Rizk

Por Gianni Valente

Homs (Agencia Fides) - El padre Jacques Mourad «ha puesto su vida en las manos del Señor». Y el Señor lo ha elegido «para ser el padre espiritual que santifica a las almas con los sacramentos de salvación y guía a todos en la oración y el ayuno, el hermano paciente y cariñoso, el maestro sabio y entendido». Así Mons. Flavien Rami Al-Kabalan, Procurador del Patriarcado de Antioquía de los Sirios ante la Santa Sede, ha indicado el camino y la misión que esperan al padre Jacques Mourad, monje de la Comunidad de Deir Mar Mousa, ordenado hoy, viernes 3 de marzo, nuevo arzobispo sirio católico de Homs.
La ordenación episcopal del padre Jacques - el monje que en 2015 fue secuestrado y mantenido como rehén durante meses por los yihadistas del autodenominado Estado Islámico (Daesh) - es una gran señal prometedora para el presente y el futuro de todas las comunidades cristianas sirias. A la liturgia, presidida por el patriarca sirio católico Ignace Youssif III Younan, han asistido también el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Damasco, el patriarca greco católico melquita Yoseph Absi, el patriarca sirio ortodoxo Mar Ignatios Aphrem II y decenas de obispos. La catedral siria, dedicada al Espíritu Santo, no podía contener a la multitud de jóvenes y ancianos, parientes y amigos venidos de lejos - Líbano, Irak, Francia, Alemania, Roma y todas las regiones de Siria - para testimoniar el afecto y la gratitud que les une al querido padre Jacques. En el pueblo sirio, las heridas aún abiertas de la guerra se suman al nuevo dolor del terremoto que ha devastado también Alepo, la ciudad natal del nuevo Arzobispo. «En estas pruebas - ha dicho el obispo Flavien Rami -, los bautizados son conducidos a reconocer que están como en el exilio, “porque nuestra patria es el cielo”. Y nuestra esperanza permanece en el Señor, que está vivo y cura nuestras heridas, seca nuestras lágrimas, consuela nuestros corazones. Seguimos siendo el pueblo de la esperanza, porque Él nos ha reconfortado en el Evangelio: 'No tengáis miedo, yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo'». Con sus palabras, los celebrantes han dado testimonio de la “especial humildad y gratuidad” que marcan la vida y el rasgo personal del nuevo arzobispo, hijo espiritual del padre Paolo Dall'Oglio, jesuita romano fundador de la comunidad monástica Dei Mar Musa, desaparecido a finales de julio de 2013 mientras se encontraba en Raqqa, en aquel momento bastión del Daesh en Siria.
En la historia del padre Jacques Mourad y de sus hermanos y hermanas de la Comunidad de Deir Mar Musa, el amor a Jesús, derramado por una sobreabundancia de gracia hasta sobre sus hermanos musulmanes, ha atravesado también el paso martirial de la persecución yihadista. En Cristo, el obispo Jacques seguirá amando y sirviendo a los que comparten la religión de sus propios verdugos, utilizando sus mismas oraciones. «Yo también necesito repetir a cada instante mi abandono absoluto en las manos del Señor - escribe en el libro-testimonio en el que relata sus meses de convivencia forzada con los yihadistas -, necesito aceptar que no controlo nada, necesito gritarle que me salve: ‘Señor Jesús, ten piedad de mí, que soy un pecador’. Esta petición de misericordia es la única realidad inmutable de nuestra vida. Un día todo llegará a su fin, incluso las obras más hermosas, incluso las vidas más bellas, todo llegará a su fin para el hombre, excepto la necesidad de la misericordia divina: siempre necesitaremos ser salvados por Dios...».
(Agencia Fides 3/3/2023)


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