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Nazaret (Agencia Fides) – La población cristiana de Israel continúa el ligero crecimiento numérico que la ha caracterizado desde el nacimiento del Estado hebreo, pero al mismo tiempo continúa su progresiva reducción en términos porcentuales respecto a las otras comunidades confesionales -hebreos, musulmanes y drusos- presentes en el país. Este es el escenario básico que dibujan los datos publicados en la Navidad de 2021 por la Oficina Central de Estadística de Israel.
Según las cifras facilitadas por la institución israelí, actualmente viven en Israel 182.000 cristianos, lo que equivale al 1,9% de la población nacional, mientras que en 2020 la tasa de crecimiento registrada entre la población cristiana en el Estado judío era del 1,4%.
Las estadísticas israelíes también proporcionan datos sobre los elementos que caracterizan al componente cristiano desde el punto de vista étnico, demográfico, profesional y cultural. Al mismo tiempo, para comprender adecuadamente el significado de las cifras proporcionadas, es útil tener en cuenta algunos factores clave que condicionan la recogida de datos, y comparar los resultados de las últimas encuestas con estadísticas similares proporcionadas por Israel en años anteriores.
Si se tiene en cuenta la tabla completa del crecimiento de las distintas comunidades religiosas registrado en el Estado de Israel desde su nacimiento, se observa, por ejemplo, que había 34.000 cristianos en el Estado judío en 1949, 75.000 en 1970, casi 115.000 en 1990 y más de 180.000 en 2019.
Considerando los mismos intervalos de tiempo, la población musulmana de Israel ha pasado de más de 111.000 (en 1949) a casi 1,606 millones de musulmanes registrados en Israel en 2019. Los judíos, que eran casi 1,174 millones en 1949, han pasado a ser 6,697 millones en 2019. Las tasas de crecimiento de la población cristiana en Israel, por tanto, son imparcialmente inferiores a las registradas en los componentes judío e islámico de la sociedad israelí. Una cierta similitud sólo se puede ver con las cifras de crecimiento registradas entre los drusos, que eran menos de 15.000 en 1949 y que han alcanzado los 143.000 en 2019.
Según los datos que acaba de publicar la Oficina Central de Estadística, relativos al 2020, el 76,7% de los cristianos de Israel son árabes palestinos, y la mayoría de ellos viven en la región norte del país (con más de 21.000 bautizados concentrados en Nazaret). La mayoría de los cristianos no árabes se concentran en la zona de Jaffa y Tel Aviv. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las estadísticas israelíes sólo tienen en cuenta a los ciudadanos cristianos que residen de forma permanente y legal en el país, excluyendo del cálculo a las decenas de miles de trabajadores extranjeros presentes en Israel durante periodos más o menos largos, que representan un componente cada vez más importante en las Iglesias y comunidades eclesiales de Tierra Santa. Los cristianos no árabes presentes en Israel de forma permanente han inmigrado en su mayoría en las últimas décadas, llegando al país principalmente desde los países de la antigua Unión Soviética, siguiendo a familiares hebreos.
En 2020, hubo 2.497 nuevos nacimientos en familias cristianas, mientras que la media de hijos hasta los diecisiete años en una familia cristiana es de 1,93 (la tasa de natalidad más baja entre todos los componentes de la sociedad israelí, teniendo en cuenta que en las familias judías la media de hijos es de 2,43, y en las musulmanas llega a 2,60). Los cristianos son el componente con mayor nivel medio de educación, especialmente entre la parte femenina de la población.
Entre los porcentajes facilitados por la Oficina Central de Estadística, el 84% de los cristianos de Israel dicen estar "satisfechos" con sus condiciones de vida. Esta cifra también es interesante a la luz de la reciente controversia (véase Fides 15 y 22/12/2021) tras la declaración emitida a mediados de diciembre por altos representantes de las Iglesias y Comunidades Eclesiales de Jerusalén, que entre otras cosas se refería a “innumerables ataques” perpetrados por grupos radicales contra Iglesias, monasterios y representantes del clero, presagiando detrás de dicha violencia y profanación un verdadero plan destinado a “expulsar” la presencia cristiana de Jerusalén y Tierra Santa.
(GV) (Agencia Fides 12/1/2022)