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Colombo (Agencia Fides) – «El turismo en Sri Lanka está viviendo un gran renacimiento. Es un activo fundamental para el país: mostramos al mundo las maravillas de nuestra isla. La tendencia actual es positiva tanto en la economía como en la sociedad. Aunque llevará tiempo superar por completo la crisis, las perspectivas son alentadoras», declara a la Agencia Fides el padre Basel Fernando, sacerdote de Colombo y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Sri Lanka.
Según datos oficiales de la Autoridad de Desarrollo Turístico del Gobierno, en 2025 se han registrado cifras históricas: solo en enero llegaron 250.000 visitantes, un récord mensual sin precedentes. En mayo, el crecimiento interanual del turismo alcanzó el 20 %, y el acumulado de los primeros cinco meses supera ya el millón de llegadas. La proyección anual supera los dos millones de turistas.
El padre Fernando subraya a Fides: «Vivimos una etapa de recuperación y esperanza que se percibe en los ámbitos político, social y económico. El nuevo presidente, Anura Kumara Dissanayake, elegido el pasado otoño, cuenta con una sólida mayoría parlamentaria y ha recibido un fuerte respaldo popular por su compromiso en la lucha contra la corrupción. La profunda crisis que atravesamos se debió, en gran parte, a una mala gestión marcada por la corrupción», recuerda.
«Ahora –prosigue- el país practica el ahorro, se evita el despilfarro de recursos públicos y se administra con mayor prudencia». Asimismo, el Gobierno ha aumentado las partidas presupuestarias destinadas a la educación y la lucha contra la pobreza. «Se presta más atención a los pobres y, gracias a la recuperación económica, la inflación está controlada y el poder adquisitivo de los salarios se mantiene estable. Esta evolución crea un ambiente positivo y alimenta esperanzas concretas de prosperidad», añade.
La esperanza, según el director de las OMP, «también se refleja en la vida espiritual e interior de las personas. Lo constatamos dentro de la comunidad católica, mientras celebramos el Jubileo de la Esperanza. Se trata de una renovación interior: redescubrimos la esperanza en el corazón para poder transmitirla más allá de la Iglesia, a toda la sociedad, promoviendo la paz, la justicia, el bien común y el testimonio de la caridad. Es un proceso de conversión personal cuyas consecuencias se reflejan en nuestras relaciones con los demás. Recordamos el Jubileo del año 2000 y renovamos el compromiso asumido entonces: anunciar el Evangelio a toda criatura».
Y para concluir el padre Fernando afirma: «La renovación de la Iglesia y de la humanidad comienza con cada persona, con la conversión del corazón y la adhesión personal a Cristo. Aquí en Sri Lanka también experimentamos los efectos de la secularización, tanto en la sociedad como en la Iglesia. Por eso, este Jubileo debe partir del cambio interior de cada uno».
(PA) (Agencia Fides 6/6/2025)