OCEANÍA/PAPÚA NUEVA GUINEA - De las tribus a los seminarios: cada vez más vocaciones florecen entre los bosques

viernes, 2 agosto 2024 viaje apostólico   misioneros  

Port Moresby (Agencia Fides) – Una Iglesia joven que no vive crisis vocacionales. Es la fotografía de la realidad católica en Papúa Nueva Guinea a pocas semanas de la visita del Papa Francisco. El obispo de Roma, en el marco del que será el viaje récord del pontificado (cuatro Estados en dos continentes para un total de más de treinta y tres mil kilómetros entre avión y coche), hará escala en el país durante poco más de dos días. Allí, entre los muchos compromisos fijados en la agenda, está el encuentro con los misioneros.

Es gracias a los misioneros que hoy en Papúa Nueva Guinea los seminarios se llenan más cada año. En la nación bañada por el Océano Pacífico existen tres seminarios menores, dos propedéuticos y cuatro mayores. Según datos oficiales del Dicasterio para la Evangelización (Sección para la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares), en dos de los cuatro seminarios mayores, el último año formativo (2023/2024), había 159 seminaristas de casi todas las diócesis del país. El año anterior apenas cien. En el año 2021/2022 fueron setenta.

La obra de evangelización llevada a cabo por los misioneros en las ciudades y, sobre todo, en los pueblos de chozas y palafitos que se alzan entre árboles centenarios y largos ríos está dando frutos. La Buena Nueva se testimonia cada día en una sociedad rural que vive del trabajo del campo. Los ancianos, o más bien los sabios, son una minoría. La gran mayoría son familias jóvenes con varios hijos. Y son precisamente los más jóvenes, fascinados por el encuentro con Cristo, los que piden ser bautizados. Por ejemplo, recientemente se administraron veintidós bautismos que recibieron adultos, adolescentes, niños y recién nacidos, en la capilla del Seminario Mayor Holy Spirit de Bomana, Puerto Moresby.

Después de los sacramentos de iniciación, el crecimiento en la fe y el acompañamiento espiritual por parte de los misioneros continúa hasta tal punto que muchos catecúmenos emprenden el camino para convertirse en sacerdotes. A los seminarios asisten jóvenes de diversas tribus. El ambiente que se crea es variado y se nota inmediatamente. Dependiendo de la latitud del lugar donde crecieron, los seminaristas tienen la piel más clara o más oscura, son más corpulentos o más delgados. Y, si las noticias de los últimos tiempos registran varios enfrentamientos entre las distintas tribus, en los seminarios la etnicidad o las ideas de control territorial no dividen los corazones.

La formación de estos futuros sacerdotes está encomendada por la Conferencia Episcopal (que reúne a los obispos de Papúa Nueva Guinea y de las Islas Salomón) también a los misioneros, especialmente a los Verbitas y Vicencianos, que recientemente han recibido también una preciosa herramienta para guiar su trabajo: la Ratio Nationalis Institutionis Sacerdotalis, recientemente aprobada por el Dicasterio para la Evangelización y el Dicasterio para el Clero.

La oración y el apoyo siguen siendo necesarios para esta joven Iglesia que ya camina y crece de forma independiente con la ayuda de muchos misioneros polacos, filipinos, australianos e indios.
(F.B.) (Agencia Fides 2/8/2024)


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