Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Como es usual al final del año la Agencia Fides publica la lista de los agentes pastorales que han perdido la vida de modo violento en el curso del 2006. Según las informaciones en nuestra posesión, este año han muerto 24 sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, uno menos respecto al año anterior. Como es normal en los últimos tiempos, el elenco de Fides no se refiere sólo a los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino a todo el personal eclesiástico que ha muerto de modo violento o que ha sacrificado su vida conscientes del riesgo que corrían, antes que abandonar su compromiso de testimonio y apostolado. Los cuerpos de algunos de ellos fueron encontrados horas o días después de su muerte, con frecuencia víctimas - al menos en apariencia - de agresiones, atracos y robos perpetrados en contextos sociales de particular violencia, deterioro humano y pobreza, que estos "artesanos de paz" buscaban aliviar con su presencia y su labor.
No usamos intencionalmente el término "mártires", para no entrar lo más mínimo en el juicio que eventualmente la Iglesia dará de ellos, y también por la escasez de noticias que, en la mayoría de los casos, se consigue recoger sobre su vida e incluso las circunstancias de su muerte. Los proponemos en todo caso al recuerdo y al sufragio de todos, precisamente para que no su sacrificio, bien conocido por Dios, no sea olvidado por los hombres, y por el tributo que han dado al crecimiento de la Iglesia en todas las partes del mundo, al servicio de la promoción humana y de la evangelización.
Como subrayó el Santo Padre Benedicto XVI recordando precisamente en la oración del ángelus del 24 de septiembre a una de estas misioneras asesinadas, Suor Leonella Sgorbati, muchos cristianos, "con humildad y en el silencio, gastan su vida al servicio de los otros por el Señor Jesús, trabajando concretamente como siervos del amor y por tanto "artesanos" de la paz. A algunos se les pide a veces el supremo testimonio de la sangre… No cabe duda de que seguir a Cristo es difícil, pero —como él dice— sólo quien pierde la vida por causa suya y del Evangelio, la salvará (cf. Mc 8, 35), dando pleno sentido a su existencia. No existe otro camino para ser discípulos suyos; no hay otro camino para testimoniar su amor y tender a la perfección evangélica”.
Respecto a los continentes donde se han registrado en el 2006 el mayor número de víctimas, figura en primer lugar África, que ha visto la muerta violenta de 9 sacerdotes, 1 religiosa y 1 voluntaria seglar. La nación con el mayor número de sacerdotes asesinados es Kenia, con 3 sacerdotes muertos violentamente, a la que sigue Nigeria, con 2 sacerdotes. La única religiosa asesinada en África es suor Leonella Sgorbati, Misionera de la Consolata, asesinada en Mogadiscio (Somalia), y la voluntaria seglar, de nacionalidad portuguesa, fue asesinada en Mozambique.
El segundo continente según el número de víctimas del 2006 es América, dónde han muerto 6 sacerdotes, 1 religiosa y 1 laico, Cooperador Salesiano. Brasil es la nación en que la Iglesia ha pagado un dúplice tributo de sangre. Entre las víctimas en este continente también se cuenta una religiosa estadounidense que trabajaba en la reintegración social de los ex detenidos, y precisamente fue asesinada por uno de ellos, y un laico, Cooperador Salesiano, matado en Guatemala, muy probablemente por no doblegarse a chantajes y corrupciones.
Asia ha estado bañada por la sangre de 2 sacerdotes, una religiosa y un laico. En India han muerto un sacerdote y un laico, y en Ambon, en las Molucas, teatro en los últimos años de sangrientos enfrentamientos y violencias, ha muerto una religiosa. A ellos se debe añadir el nombre de don Andrea Santoro, misionero Fidei donum en Turquía, asesinado en Trabznon mientras estaba rezando en su iglesia.
También Oceanía ha vertido su contribución de sangre a la causa del Evangelio con un religioso de los Hermanos de San Juan de Dios muerto en Port Moresby, en Papua Nuevo Guinea.
A esta lista provisional se debe añadir además la larga lista de tantos "milites desconocidos de la fe" de los cuales no tendremos nunca noticias, que sufren en todos los rincones del planeta y pagan con su vida su fe en Cristo. "Pienso también en aquellos católicos que mantienen su fidelidad a la Sede de Pedro sin ceder a compromisos, a veces incluso a precio de graves sufrimientos. Toda la Iglesia admira su ejemplo y pide para que tengan la fuerza de perseverar, sabiendo que sus sufrimientos son fuente de victoria, aunque de momento pueden parecer una fracaso" (Papa Benedicto XVI, Ángelus 26 de diciembre de 2006). (S.L) (Agencia Fides 30/12/2006)