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Bagdad (Agencia Fides) – "No somos una Iglesia de extranjeros expatriados". "Somos los descendientes de Abraham el Caldeo, padre de todos los creyentes". "Somos uno de los colores del hermoso tejido iraquí que debe ser preservado". Con estas y otras expresiones sugestivas, el Cardenal iraquí Louis Raphael Sako, Patriarca de la Iglesia caldea, se ha dirigido a los numerosos presentes a la liturgia eucarística que ha presidido en la iglesia de Mar Girgis, la noche del miércoles 12 de junio, con motivo de su regreso a Bagdad, después de casi 11 meses lejos de la Sede patriarcal.
En julio de 2023, el Presidente iraquí Abdul Latif Rashid había cancelado el Decreto 147, emitido por su predecesor Jalal Talabani el 10 de julio de 2013, que establecía a nivel de la legislación nacional la nombramiento pontificio del Patriarca como jefe de la Iglesia caldea "en Irak y en el mundo" y lo reconocía como "responsable de los bienes de la Iglesia".
La disposición presidencial había desencadenado una crisis en las relaciones entre el Patriarcado caldeo y los líderes político-institucionales iraquíes, crisis que llevó al Patriarca Sako a abandonar la sede patriarcal de Bagdad y trasladarse a Erbil.
En los últimos días (véase Fides 12/6/2024), un decreto firmado por el Primer Ministro iraquí Muhammad Shiaa al-Sudani ha reafirmado el nombramiento del Cardenal iraquí Louis Raphael Sako como Patriarca de la Iglesia caldea "en Irak y en el mundo", y lo ha reconocido nuevamente como responsable último de las propiedades y dotaciones de su Iglesia patriarcal. El decreto, al reconocer las prerrogativas patriarcales del Cardenal Sako, ha allanado el camino para superar la crisis y el regreso del Patriarca a Bagdad.
A su regreso, se ha congregado toda la comunidad local, con religiosas, sacerdotes y los obispos Basilius Yaldo y Shlemon Warduni, en torno al Patriarca.
En la homilía, el Patriarca Sako ha expresado su gratitud a Dios "por haber puesto fin a esta difícil etapa de injusticia, gracias a la valiente iniciativa del Primer Ministro, Muhammad Shiaa Al-Sudani". La disposición del Primer Ministro –ha añadido el Cardenal iraquí– "restaura la confianza de los cristianos, quienes han sido puestos a prueba en múltiples ocasiones tras la caída del régimen anterior, y refuerza su esperanza en un futuro mejor".
Los cristianos autóctonos de Irak –ha enfatizado el Patriarca– "no son extraños en esta tierra bendita. Somos los descendientes de quienes fundaron la civilización mesopotámica. Somos los herederos de la Epopeya de Gilgamesh, con sus profundos contenidos humanos, los descendientes de Hammurabi, el autor del primer código legal en la historia de la humanidad, y de Abraham el Caldeo, el padre de los creyentes en el Único Dios. Nuestra Iglesia es una de las más antiguas”. Una Iglesia que siempre ha demostrado una fidelidad absoluta a la Patria, a la que "hemos contribuido enormemente".
Ahora –ha añadido el Patriarca– "queremos que el gobierno nos trate sobre la base de los principios de ciudadanía e igualdad, respete nuestra representación y nos devuelva nuestras casas y propiedades confiscadas". Un restablecimiento de la justicia hacia los cristianos –ha subrayado nuevamente el Cardenal– "puede alentar a aquellos que han emigrado a regresar a su tierra, invertir y crear oportunidades de trabajo".
(GV) (Agencia Fides 13/6/2024).