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Abu Dhabi (Agencia Fides) - En este «momento dramático de la historia de la humanidad, marcado por tantos conflictos», el Documento sobre la fraternidad humana firmado en Abu Dabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al Azhar Ahmed al Tayyeb se presenta cada vez más como un «documento profético» que hay que releer, difundir y dar a conocer a todos, para transmitir su espíritu y sus valores a las nuevas generaciones. Mons. Paolo Martinelli, Vicario Apostólico de Arabia Meridional, lo solicita con pasión y determinación en una carta escrita con ocasión del 5º aniversario de la visita del Papa Francisco a los Emiratos Árabes Unidos (3-5 de febrero de 2019).
En la carta, difundida el sábado 3 de febrero, Mons. Martinelli invita a los hermanos y hermanas «a recordar y celebrar el quinto aniversario de aquel acontecimiento que marcó profundamente nuestro Vicariato Apostólico y nuestro país, y dio un impulso decisivo al diálogo interreligios».
La visita del Papa Francisco a Abu Dabi en 2019 fue la primera de un Obispo de Roma a la Península Arábiga. El 5 de febrero, el Sucesor de Pedro celebró en la Ciudad Deportiva Zayed de Abu Dabi la liturgia eucarística más multitudinaria jamás celebrada en esa Península, cuna del Islam, con 40.000 cristianos presentes en el Estadio y otros 90.000 congregados para seguir en silencio la Misa en el exterior de la instalación deportiva (ver foto). «El recuerdo de aquellos días», escribe el Vicario Apostólico Martinelli, perteneciente a la orden de los Frailes Menores Capuchinos, «todavía llena nuestros corazones de gratitud y despierta en nosotros un profundo sentido de responsabilidad por la Iglesia y por el mundo entero». La visita del Papa a la comunidad católica local «fue una ocasión para reconocernos como parte de la única Iglesia de Cristo y para renovar nuestro compromiso con un testimonio cristiano humilde y fiel en el contexto de la Península Arábiga».
Sólo en los Emiratos Árabes Unidos viven unos 900.000 católicos, todos ellos trabajadores inmigrantes procedentes en su mayoría de otros países asiáticos, empezando por Filipinas y la India. Hace cinco años, en la homilía de la misa celebrada en el estadio, el Papa Francisco hizo referencias directas a la condición y al perfil singular de la comunidad católica presente en los Emiratos Árabes y en toda la península arábiga, formada por inmigrantes llegados en busca de trabajo, procedentes de decenas de naciones diferentes. «Vosotros -dijo el Papa- sois un coro compuesto por una variedad de naciones, lenguas y ritos; una diversidad que el Espíritu Santo ama y quiere armonizar cada vez más, para hacer una sinfonía. Esta alegre polifonía de la fe es un testimonio que dais a todos y que edifica la Iglesia». Con esas expresiones - señala monseñor Martinelli cinco años después-, el Papa Francisco «reconoce el carácter único de nuestra Iglesia, que incluye a personas de más de cien países distintos, portadoras de culturas, lenguas, tradiciones y ritos diferentes. La polifonía que estamos llamados a interpretar no es sólo para nosotros, sino que es una responsabilidad hacia toda la Iglesia. Vivir la diversidad en la unidad es nuestra principal tarea. Somos una Iglesia de emigrantes, una "Iglesia peregrina". Y, por tanto, tenemos la oportunidad única de enriquecernos mutuamente compartiendo nuestros dones, talentos, culturas y tradiciones». «La Iglesia y el mundo - ha proseguido el Obispo - necesitan ver en nosotros que la diversidad no es un problema ni un obstáculo, sino una riqueza».
Sobre el Documento firmado por el Papa Francisco y el Sheikh Ahmed al Tayyeb en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019, el Vicario Martinelli reafirma su significado profético, calificándolo de «piedra miliar para el diálogo interreligioso», e invita a utilizarlo en programas y ocasiones de formación cristiana. «Nosotros -añade- reconocemos que somos diferentes, y estamos llamados a reconocernos, a respetarnos y a caminar juntos promoviendo la paz y la justicia, la fraternidad humana y la convivencia pacífica, el papel de la mujer en la sociedad, custodiando siempre la creación como don de Dios para el bien de todos».
El Documento de Abu Dhabi también ha inspirado la creación de la "Casa de la Familia de Abraham", inaugurada en Abu Dhabi el 16 de febrero del año pasado. En el mismo lugar se levantan una mezquita, una iglesia y una sinagoga. «Y la iglesia -recuerda monseñor Martinelli en su carta- es un regalo de Su Alteza el jeque Mohamed Bin Zayed Al Nahyan, Presidente de los Emiratos Árabes Unidos, al Papa Francisco, y está dedicada a San Francisco de Asís, el hombre de la paz y de la fraternidad universal».
«Continúo invitando a todos nuestros fieles -subraya el Vicario Apostólico de Arabia del Sur- a participar en las iniciativas promovidas por la Casa de la Familia de Abraham, que respaldamos con convicción. Queremos gritar al mundo que es posible caminar juntos con personas de credos diferentes, trabajar por la paz y promover un mundo más fraterno».
(GV) (Agencia Fides 4/2/2019)