ASIA/COREA DEL SUR - “Creemos en el poder de la esperanza, el diálogo y la reconciliación”: entrevista con Peter Soon-taick Chung, Arzobispo de Seúl

sábado, 25 noviembre 2023 evangelización   paz   reconciliación   jóvenes   sociedad  

Por Paolo Affatato

Seúl (Agencia Fides) – “Para reanudar el trabajo pastoral con los fieles de Corea del Norte, debemos proceder paso a paso, siempre guiados por la esperanza y la oración”, comprometiéndonos con la ayuda humanitaria para “recrear la confianza y abrir la puerta al diálogo”. Así lo afirma Peter Soon-taick Chung OCD, Arzobispo de Seúl y Administrador Apostólico de Pyongyang, que recientemente intervino en el Foro para la Paz y la Reconciliación en Seúl, donde invitó a los jóvenes norcoreanos a participar en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Seúl en 2027 (véase Fides 20/11/2023). La Agencia Fides le ha planteado algunas preguntas sobre la misión evangelizadora de la Iglesia en Seúl y en toda Corea.

-Empecemos hablando de la misión de la Iglesia en Seúl: ¿cómo se vive la evangelización en una gran metrópolis, donde la vida de la gente es tecnológica y frenética? ¿Queda espacio para Dios?
-Evangelizar en una bulliciosa metrópolis como Seúl presenta desafíos particulares. La naturaleza tecnológica y acelerada de la vida urbana conlleva constantes distracciones que pueden apartar la atención de las personas de Dios y de la dimensión espiritual. En este contexto de expansión metropolitana, la Iglesia aborda la evangelización con un enfoque caracterizado por la adaptabilidad, la relevancia y la inclusión. Siguiendo el llamado del Papa Francisco a la escucha activa y el diálogo abierto, buscamos crear un ambiente comunicativo y comprensivo en Seúl, fomentando la apertura y la acogida en nuestra misión.
La difusión digital desempeña un papel crucial en la evangelización en Seúl. La archidiócesis utiliza estratégicamente herramientas como redes sociales, transmisiones en directo, podcasts y comunidades en línea para conectar con una población tecnológicamente activa. Este enfoque permite llegar a las personas en su entorno digital, facilitando su compromiso con el Evangelio.
Es particularmente efectivo en la pastoral juvenil y con jóvenes adultos, ya que la generación más joven es receptiva a nuevas ideas y utiliza la tecnología con naturalidad. La presencia de la Iglesia en estos espacios modernos permite a los jóvenes explorar su fe de manera contemporánea, respondiendo así al llamado del Papa a una comunicación que encuentre “nuevos caminos y medios para el maravilloso anuncio que está llamada a ofrecer en el tercer milenio”.
Además, la participación directa de la comunidad es esencial. A pesar de las valiosas herramientas que ofrece el mundo digital para la evangelización, es fundamental recordar que la fe finalmente conduce a un encuentro personal con Dios. Este encuentro se expresa de manera más profunda a través de experiencias físicas y el culto comunitario, en la presencia tangible del prójimo.
Por lo tanto, la comunidad diocesana participa activamente en eventos y reuniones, organiza actividades caritativas y busca establecer relaciones con la comunidad civil en general. Este enfoque no solo fortalece la conexión comunitaria, sino que también sirve como medio para comunicar el mensaje cristiano de amor y compasión hacia cada individuo.
La relevancia cultural es de suma importancia. La Iglesia aborda temas contemporáneos que resuenan en la vida de los residentes urbanos, como la gestión del estrés, el equilibrio entre la vida laboral y personal, y el éxito personal. Además de proporcionar orientación espiritual, la Iglesia ofrece apoyo práctico a través de talleres, seminarios y servicios de asesoramiento para abordar los desafíos específicos que enfrentan los fieles católicos en Seúl. Abordar estas preocupaciones establece un puente significativo entre la fe y la vida cotidiana, permitiendo que el Evangelio ilumine esta última.

-¿La Iglesia de Corea del Sur es también misionera fuera de sus fronteras, ad gentes?
-En octubre de 1981, la Iglesia coreana marcó un hito al enviar cuatro sacerdotes como misioneros a Papúa Nueva Guinea por primera vez en sus 200 años de historia. Este significativo paso supuso un abandono de la tradición de depender de misioneros procedentes de Europa y dio testimonio de que la Iglesia coreana abrazaba su vocación de ser una comunidad misionera, en línea con el mensaje evangélico de “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura”. Este compromiso misionero marcó el comienzo de una era revolucionaria, con la transformación de las llamadas “iglesias receptoras” en “iglesias donantes”.
En la actualidad, 22 sacerdotes de la archidiócesis de Seúl participan activamente en misiones alrededor del mundo. La archidiócesis fundó en 2005 la “Seoul International Catholic Missionary Society” y envió a 12 misioneros al extranjero, destacando su compromiso continuo con las misiones internacionales. Estos sacerdotes desempeñan un papel vital en la difusión de la fe cristiana, brindando atención pastoral y participando en labores humanitarias en diversos países, evidenciando la dedicación de la Iglesia coreana a compartir el mensaje cristiano.
Además de los sacerdotes y religiosos, los católicos laicos de Corea del Sur también desempeñan un papel crucial en las misiones extranjeras. Participan en diversas actividades, como la enseñanza, la atención médica y el desarrollo comunitario, proclamando y dando testimonio del Evangelio.

-En la misión de la Iglesia coreana, la relación con Corea del Norte no puede pasarse por alto: en 2023 se cumplirá el 70 aniversario del armisticio. Como Administrador Apostólico en Pyongyang, ¿alberga esperanzas de que se den pasos hacia el diálogo y la reconciliación? ¿Cómo podría restablecerse la atención pastoral a los fieles de Corea del Norte?
-Como Administrador Apostólico de Pyongyang, creo firmemente en la fuerza de la esperanza y en el potencial del diálogo y la reconciliación. Aunque la situación en Corea del Norte plantea muchos desafíos, nunca debemos perder la fe en la posibilidad de fomentar el entendimiento y reconstruir la atención pastoral a los fieles de esta región. El diálogo y la reconciliación son, de hecho, pasos cruciales para sanar las divisiones que han existido durante demasiado tiempo. La Iglesia católica, guiada por las enseñanzas de Cristo, se compromete a promover la paz, la comprensión y la reconciliación, no sólo en Corea del Norte, sino en todo el mundo.
Para reanudar la labor pastoral con los fieles de Corea del Norte, es necesario proceder paso a paso, guiados siempre por la esperanza y la oración. En primer lugar, la Iglesia surcoreana puede desempeñar un papel clave en los esfuerzos humanitarios prestando ayuda a la población de Corea del Norte. Respondiendo a sus necesidades inmediatas y ofreciéndoles una mano amiga, podemos generar confianza y abrir la puerta al diálogo.
La oración es una herramienta poderosa. Nunca debemos subestimar el poder de la oración para transformar los corazones y las mentes. Al rezar por los fieles de Corea del Norte y por la paz, plantamos semillas de esperanza y reconciliación. También vale la pena señalar que la archidiócesis de Seúl lanzó en 2015 la campaña "Recordar las parroquias del Norte", una especie de "hermanamiento espiritual" que continúa hasta el día de hoy. Esta iniciativa es un testimonio de nuestro compromiso permanente con el pueblo de Corea del Norte y de nuestra inquebrantable esperanza de reconciliación y sanación. Mediante estos esfuerzos colectivos, pretendemos allanar el camino hacia un futuro mejor y la reanudación de la atención pastoral a los fieles de Corea del Norte.
Además, es relevante señalar que, aunque la geopolítica internacional no siempre parezca optimista, percibí un deseo compartido de diálogo pacífico, profundamente arraigado en los corazones tanto de Estados Unidos como de Corea del Norte, cuando asistí en Washington D. C. en 2022, organizado conjuntamente por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos a través de su Comisión de Justicia y Paz, el Comité de Reconciliación del Pueblo Coreano, la Conferencia de Obispos Católicos de Corea y el Instituto Católico para la Paz en el Noreste Asiático. La esperanza en el diálogo y la reconciliación resuena profundamente en nuestra fe católica. Creemos firmemente que el papel de la Iglesia coreana, y por extensión de la Santa Sede, puede ser decisivo para fomentar el diálogo y la paz.

-En el ámbito nacional, la pena de muerte ha vuelto a ser un tema central en el debate público en Corea del Sur. ¿Existe una esperanza real de abolición definitiva en el país?
-La cuestión de la pena de muerte se ha convertido en un tema destacado del debate público, y es un asunto que la Iglesia católica de Corea afronta con gran consideración. Nuestra fe nos enseña el carácter sagrado de la vida humana y el valor de la misericordia y la redención. En este contexto, la Conferencia Episcopal Coreana ha apoyado sistemáticamente la abolición de la pena de muerte. En eventos recientes, el mensaje a favor de la abolición legal de la pena de muerte resonó con fuerza, especialmente en el concierto dedicado a celebrar la paz y la vida, organizado por el Subcomité para la Abolición de la Pena de Muerte, parte integral de la Comisión de Justicia y Paz de los Obispos, en el patio de la catedral de Myeongdong, en Seúl, la pasada primavera. A través de diversos discursos pronunciados a lo largo de este año y en diálogo con las autoridades civiles, la Subcomisión ha abogado vigorosamente por la abolición de la pena de muerte y ha propuesto la implementación de alternativas al castigo capital, las cuales deben ser identificadas y contempladas en la legislación.

-La alarmante incidencia de suicidios, especialmente entre los jóvenes, es un tema que sacude a la sociedad coreana. ¿Cómo aborda la comunidad católica este problema?
-La Iglesia católica coreana reconoce la gravedad y complejidad del preocupante fenómeno de los suicidios, especialmente entre los jóvenes. La alta tasa de suicidios en Corea ha llevado a la Iglesia a reflexionar sobre el papel de la fe y a comprometerse activamente en la concientización y sensibilización de los jóvenes. La presión a la que se ven sometidos los jóvenes, ya sea por expectativas académicas, competencia social o el ritmo de vida moderno, es reconocida por la Iglesia. En respuesta, la Iglesia busca ofrecer apoyo, comprensión y esperanza a quienes puedan estar luchando. Se han implementado experiencias e iniciativas eclesiales para abordar abiertamente la cuestión del suicidio entre los jóvenes, brindando un espacio seguro para compartir cargas y buscar consuelo. Además, se han establecido programas pastorales y servicios de asesoramiento para proporcionar apoyo emocional y espiritual a aquellos en apuros. Un ejemplo de estas iniciativas es el movimiento "Un cuerpo, un espíritu" de la archidiócesis de Seúl, que tiene una sección específica dedicada a la prevención del suicidio. Los miembros del movimiento visitan activamente las universidades y ofrecen asesoramiento a los estudiantes, tanto católicos como no católicos. Estas iniciativas pretenden cultivar el bienestar mental y emocional de nuestros jóvenes, ayudándoles a encontrar esperanza y resistencia ante los retos de la vida.
Además, la Iglesia tiene planes de acompañamiento específicos, especialmente para aquellos que enfrentan un alto riesgo de suicidio. Se están desarrollando iniciativas donde sacerdotes y asesores profesionales visitan a personas en apuros, reconociendo la dificultad que pueden tener para buscar ayuda por sí mismas. Un ejemplo notable es el autobús "AGIT" de la archidiócesis de Seúl, que recorre la ciudad para visitar y atender a jóvenes que no están escolarizados. Este enfoque proactivo permite llegar a aquellos que quizás no buscarían ayuda por iniciativa propia.
Aunque la cuestión del suicidio sigue siendo un desafío complejo y multifacético, la Iglesia en Corea mantiene su compromiso de caminar junto a los jóvenes, ofreciéndoles la luz de la fe, la compasión y el apoyo comunitario en sus momentos más oscuros.

-El tema de la sostenibilidad medioambiental y el “cuidado de la casa común” es una cuestión que afecta e involucra a los jóvenes. ¿Es esta una urgencia percibida por los fieles coreanos?
- Desde la importante encíclica “Laudato Si” y su continuación “Laudate Deum”, la Iglesia católica de Corea ha integrado plenamente el mensaje del cuidado de la casa común en su misión y su práctica pastoral. Como arzobispo de Seúl, el pasado mes de septiembre escribí una carta pastoral titulada “Aprendamos de la encíclica Laudato Si y pongámosla en práctica”, publicada con ocasión de la “Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación”. El texto sirve de llamada directa a la acción, instando a nuestra comunidad de fe a abrazar las enseñanzas de la “Laudato Si” y ponerlas en práctica en nuestra vida cotidiana. Un ejemplo práctico es la invitación a las parroquias a establecer una “División de Medio Ambiente” especial en el Consejo Pastoral Parroquial para inspirar y elegir prácticas más respetuosas con el medio ambiente dentro de las parroquias.
En mi carta pastoral, también he impulsado activamente los "Amigos del Cielo, la Tierra y el Agua", un movimiento laico de apostolado ecológico que aboga por la participación activa de los laicos en el cuidado de nuestra casa común. Debo decir que varias parroquias ya hayan adoptado prácticas ecológicas, como la reducción de residuos, el reciclaje y el ahorro de energía. Estas iglesias, al dar ejemplo en sus propias instalaciones, inspiran a los ciudadanos de sus comunidades a adoptar prácticas sostenibles en su vida cotidiana. A un nivel más amplio, en la comunidad nacional, nos hemos comprometido a promover una política de "desarrollo sostenible", que implica prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, iniciativas que impacten en el plan energético nacional y la adopción de pautas de consumo responsables.
(Agencia Fides 25/11/2023)


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