Manila (Agencia Fides) - "En la vida de la Iglesia filipina, la participación en el camino sinodal - en vista de la Asamblea sinodal que está a punto de comenzar en el Vaticano - ha sido amplia, con consultas de base en todas las diócesis y una fructífera reflexión. Una determinación fundamental, entre las que han surgido, es la de continuar y fortalecer la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB)", ha señalado en una entrevista con la Agencia Fides Antonio Ledesma, SJ, Arzobispo Emérito de la Archidiócesis Metropolitana de Cagayán de Oro, que ha dirigido desde 2006 hasta 2020.
En las CEB, repartidas por todas las diócesis de Filipinas, los fieles, en sus diferentes estados de vida, experimentan la fe y la vida cristiana: "Hombres, mujeres, sacerdotes, religiosos, jóvenes, familias, forman parte de ellas, dan su testimonio de fe. Son una experiencia eclesial de estilo sinodal, en cuanto que están marcadas por un carácter inclusivo y participativo de todos los miembros del Pueblo de Dios que dan, según el carisma que han recibido, su aportación a la pastoral y a la misión", explica Mons. Ledesma.
Las pequeñas comunidades nacieron en Filipinas a finales de los años sesenta, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, de la mano de misioneros extranjeros llegados a los vastos territorios de Mindanao y las islas circundantes.
Entre los temas abordados en la consulta sinodal, el Arzobispo destaca "la presencia activa de los laicos en las comunidades, importante en la organización de la vida pastoral, pero también en el apoyo solidario a las familias más pobres y en la promoción de una vida digna para todos", mientras que "los nuevos desafíos están representados por el uso de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de comunicación, que afectan especialmente a los jóvenes".
Además, señala el jesuita, "la sinodalidad se vive en nuestras comunidades con un sentido muy amplio y toca la apertura al camino ecuménico y al diálogo interreligioso, teniendo en cuenta que la dirección de este camino común es la fraternidad humana, como indica el Papa Francisco".
Durante la consulta del Pueblo de Dios en Filipinas, los temas de reflexión han sido especialmente tres: la escucha, el anuncio y la celebración. " Entre los momentos e instrumentos de escucha, apreciados por los fieles, se encuentran las visitas pastorales de los obispos y sacerdotes, las asambleas pastorales, los encuentros de oración, la catequesis y las visitas a domicilio, pero también, por otra parte, las redes sociales, la radio y los medios de comunicación eclesiales, todos ellos destinados a acompañar a las personas en la escucha de la voz de Dios ". Un segundo tema ha sido el anuncio, donde "los fieles aprecian y desean espacios en la vida de la Iglesia que les permitan hablar abiertamente, como las reuniones semanales de las Comunidades Eclesiales de Base, los momentos de diálogo o de discusión".
En el tercer aspecto, los bautizados filipinos consideran significativas las celebraciones de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, "que ilumina y alimenta espiritualmente y da fuerza para afrontar las dificultades de la vida cotidiana". "Los Sacramentos -dice el obispo- inspiran humildad y caridad y fortalecen el sentimiento de pertenencia a la familia de Dios, así como el deseo de mantener unidas a las familias en comunidades cristianas". "Veo que en mi diócesis, pero también en muchas otras, la práctica religiosa y la devoción popular son fuertes, la asistencia a la Misa dominical y semanal es asidua, signo de una fe todavía arraigada. Por ello bendecimos al Señor", señala.
En definitiva, el camino sinodal en Filipinas, concluye Mons. Ledesma, "ha avanzado con espíritu misionero y con alegría. Acabamos de celebrar los 500 años de la llegada del Evangelio a nuestra nación, tomando conciencia del gran don que hemos recibido. Ahora nos toca a nosotros seguir transmitiendo el Evangelio del amor y la alegría a las nuevas generaciones".
(PA) (Agencia Fides 26/9/2023)