VATICANO - El Papa: la fe y la oración cuando son verdaderas abren la mente y el corazón, no los cierran en prejuicios

domingo, 11 agosto 2024

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La fe y la oración cuando son verdaderas abren la mente y el corazón, no los cierran”. Asomado a una Plaza de San Pedro bajo un sol abrasador, para el rezo del Ángelus, el Papa Francisco ha comentado así la página del Evangelio de hoy, que narra la reacción de los judíos ante la declaración de Jesús que dice: «He bajado del cielo».



"Estos murmuran entre ellos – ha señalado el Pontífice -. Están convencidos de que Jesús no puede venir del cielo, porque es hijo de un carpintero y porque su madre y sus parientes son gente común. ¿Cómo podría Dios manifestarse de manera tan ordinaria?”.



Francisco continua explicando con otras palabras: “Están bloqueados en su fe por su idea preconcebida sobre sus orígenes humildes y también bloqueados por la presunción, por tanto, de que no tienen nada que aprender de Él. Tienen sus esquemas rígidos y no hay lugar en sus corazones para lo que no encaja en ellos, para lo que no pueden catalogar y archivar en las estanterías polvorientas de sus certezas”.



Aunque "son personas que cumplen la ley, dan limosnas, respetan los ayunos y los tiempos de la oración" ellos "realizan sus prácticas religiosas no tanto para escuchar al Señor, sino más bien para encontrar en estas una confirmación a lo que ellos piensan". Lo demuestra el hecho, ha subrayado el Papa, "de que no se preocupan siquiera de pedir a Jesús una explicación: se limitan a murmurar entre ellos contra Él, como para tranquilizarse mutuamente sobre lo que están convencidos, y se cierran, están cerrados como en una fortaleza impenetrable. Y así no son capaces de creer".



Por ello, el Pontífice ha pedido a todos los creyentes: “Prestemos atención a todo esto, porque a veces nos puede suceder lo mismo también a nosotros: puede suceder que en lugar de escuchar realmente lo que el Señor tiene que decirnos, busquemos en Él y en los demás solo una confirmación de lo que pensamos nosotros, una confirmación de nuestras convenciones, de nuestros juicios, que son prejuicios”.



“Pero este modo de dirigirnos a Dios – ha dicho para concluir - no nos ayuda a encontrar a Dios, a encontrarlo de verdad, ni a abrirnos al don de su luz y de su gracia, para crecer en el bien, para hacer su voluntad y para superar los cierres y las dificultades. La fe y la oración cuando son verdaderas abren la mente y el corazón, no los cierran”.


Después de la bendición, el Papa ha dirigido su pensamiento a todos los países del mundo que sufren la guerra: “Hemos recordado estos días el aniversario del bombardeo atómico de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Mientras seguimos encomendando al Señor las víctimas de aquellos sucesos y de todas las guerras, renovemos nuestra intensa oración por la paz, especialmente para la martirizada Ucrania, para Oriente Medio, Palestina, Israel, Sudán y Myanmar”.



Y ha finalizado con su habitual saludo: “Os deseo a todos un feliz domingo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. A todos, ¡gracias!”.
(F.B.) (Agencia Fides 11/8/2024)


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