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Kinshasa (Agencia Fides) - “Un acto criminal de guerra intolerable”. Así, el portavoz de la MONUSCO (Misión de las Naciones Unidas en el Congo) ha definido el sabotaje de las tuberías de agua que dan suministro a 5 pueblos en la zona de Rutshuru, en Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo. El conducto que llevaba el agua a Bunagana ha sido destruido en la localidad de Nyarubara. Las poblaciones de Gikoro, Mutingo, Bunagana, Rubona y Cheya han quedado desprovistas de agua.
Según los lugareños, los responsables del sabotaje son los rebeldes del Movimiento del 23 de marzo (M23), constituido en gran parte de desertores del ejército congoleño. Los militares desertores son ex miembros de grupos rebeldes que, después de los acuerdos con el gobierno de Kinshasa, habían sido integrados en las filas de las FARDC (Fuerzas Armadas congoleñas). Según Radio Okapi, en los últimos dos días los rebeldes del M23 han atacado varias posiciones del ejército regular. Los guerrilleros parecen estar ganando terreno. Desde abril más de 200.000 personas han tenido que desplazarse de Kivu del Norte para escapar de la violencia. (L.M.) (Agencia Fides 15/6/2012)
