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Kinshasa (Agencia Fides) - “En la República Democrática del Congo, podemos decir con orgullo que la vida consagrada ha acompañado el nacimiento de la Iglesia particular”, subrayó en el discurso de apertura de la Assemblée des Supérieurs Majeurs (ASUMA) y del la Union des Supérieures Majeures (USUMA), Suor Charlotte Sumbamanu,, Presidente Nacional de de la USUMA.
Trazando la historia de las dos conferencias que reúnen a los Institutos de Vida Consagrada respectivamente masculinos (ASUMA) y femeninos (USUMA) que trabajan en la República Democrática del Congo, la hermana Sumbamanu recordó que la creación de estos dos organismos se llevó a cabo inmediatamente después de la erección de Jerarquía en el Congo, en 1959, un año antes de su independencia (30 de junio de 1960).
La creación de ASUMA y USUMA forma parte, según la Hermana Sumbamanu, en el diseño del entonces Cardenal Joseph Albert Malula, Arzobispo de Kinshasa, de crear “una Iglesia congoleña en un Estado congoleño”. Con estas palabras, que se remontan a 1959, el Cardenal Malula expresaba la esperanza de la emancipación de los congoleños todavía bajo el dominio colonial. A una distancia de 50 años, aunque desde un punto de vista eclesial, la Iglesia congoleña es una realidad viva que ha recogido la semilla sembrada por los misioneros, aunque tanto social como políticamente aún queda mucho por hacer. “Después de 50 años de independencia, que no han ofrecido nada concreto a nuestra gente - comentó la hermana Sumbamanu - la democracia actualmente parece haberse bloqueado. Se está consolidando una clase político-económica muy fuerte que no dará nada a la mayoría de la población.
La pobreza es cada vez más evidente. La Iglesia, con sus servicios sociales y sus congregaciones, no podrá ofrecer a todas estas personas pobres aquello que la forma de gobernar, el Estado terminará por quitarles definitivamente. Es necesario evitar una vocación apolítica falsa que nos haga cómplices de un orden social injusto y del todo inhumano. Nuestra misión profética nos obliga a prestar atención a estos asuntos”.
El religioso concluyó con la esperanza de que el próximo quincuagésimo aniversario de las dos asociaciones, “sea para las personas de vida consagrada en la República Democrática del Congo, a margen de las actividades externas que sin duda son muy loables, el quincuagésimo aniversario de la interioridad con el fin de alcanzar la santidad” y invitó a rezar por la canonización de la Beata Anuarite Nengapeta, la religiosa congoleña secuestrada por los guerrilleros Simba que prefirió la muerte antes que romper su voto de castidad, beatificada el 15 de agosto de 1985 por el Papa Juan Pablo II durante su segundo viaje apostólico al entonces Zaire (L.M.) (Agencia Fides 28/1/2012)
