ASIA/MYANMAR - “El diálogo nacional, única vía para la paz”, afirma el obispo auxiliar de Yangon

martes, 30 septiembre 2025 paz   guerra civil   diálogo   desplazados  

Archdiocese of Yangon

Yangon (Agencia Fides) – «Nuestra intención es hablar y promover en todos los ámbitos un diálogo nacional, como salida a la situación de conflicto que dura ya cuatro años, con gran sufrimiento para toda la nación, para el sustento del pueblo, para el sector educativo, para la economía, para el futuro de los jóvenes. Myanmar está atrapado en esta violencia interna. Hoy en día, solo el diálogo es la solución para una perspectiva de tregua y paz; y, para iniciarlo, se necesitan mediadores y facilitadores externos, como actores de carácter internacional», afirma en una entrevista con la Agencia Fides monseñor Raymond Wai Lin Htun, obispo auxiliar de la archidiócesis de Yangon.
El obispo se encuentra en la ciudad controlada por la junta militar en el poder, en la parte central del país, donde no hay combates intensos. Sin embargo, los efectos de la guerra se dejan sentir: «En la zona pastoral que tengo a mi cargo hay 14 parroquias, todas ellas afectadas de alguna manera por el fenómeno de los desplazados internos que siguen llegando de las zonas de conflicto, las zonas periféricas del país. Vivimos en esta dramática situación y lo único que podemos hacer es dar acogida y consuelo».
«Los desplazados –añade- llegan en busca de seguridad: muchos encuentran ayuda de familiares o amigos, otros no tienen referencias y vagan en busca de un alojamiento provisional. La respuesta de la comunidad católica es de solidaridad y ayuda humanitaria, una respuesta de proximidad».
El obispo Wai Lin Htun explica: «No es fácil vivir en este contexto marcado por la injusticia y la violencia y encontrarse entre las partes en conflicto. Como obispos, debemos mantener relaciones con la junta militar en el poder y con los aparatos estatales, aunque solo sea para salir del país y participar en encuentros pastorales de la Iglesia en Asia o de la Santa Sede. Esto no significa aprobar un estado de guerra o estar cerca del poder militar, es solo una necesidad funcional».
«Nuestra brújula –continúa- sigue siendo la doctrina social de la Iglesia: tratamos de actuar con responsabilidad por el bien del pueblo de Dios y promoviendo la paz para todo el pueblo de Myanmar. El principio de justicia nos inspira a estar cerca de los necesitados, de los más vulnerables, débiles y enfermos, de los más afectados por el conflicto actual. Por eso, los sacerdotes también se dedican constantemente a asistir a los desplazados y a llevarles ayuda material y espiritual».
«He podido ver personalmente, al visitar a los enfermos, lo importante que es nuestra cercanía para escuchar, animar y bendecir. En la difícil situación que se vive hoy en Myanmar, esta es nuestra misión», señala el obispo, que reconoce signos de esperanza: «En un contexto de sufrimiento, ante retos muy difíciles, vemos una fe viva y fuerte. Los fieles muestran resiliencia ante el mal. Hemos vivido el Jubileo que ha devuelto a nuestro corazón la palabra “esperanza”, que pronunciamos pensando sobre todo en nuestros jóvenes. A menudo nos preguntamos cómo mantener viva la llama de la esperanza en los jóvenes, a quienes a veces vemos desanimados y, por ello, deseosos de abandonar el país».
Concluye monseñor Raymond Wai Lin Htun: «Cada día nos preguntamos: ¿cómo hacer la voluntad de Dios? ¿Qué podemos hacer en estas condiciones? La respuesta es esperar en el Señor y bendecirlo, continuar con la oración y permanecer en comunión con los demás fieles del mundo, para que puedan sostenernos con sus oraciones por la paz; y para que nosotros también, a nuestra vez, podamos recordar tantos otros lugares de conflicto en el mundo donde se lucha y se muere».
(PA) (Agencia Fides 30/9/2025)


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