Kinshasa (Agencia Fides) – El gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha presentado una denuncia contra Apple en Francia y Bélgica, acusando a la multinacional de emplear componentes fabricados con minerales extraídos ilegalmente en su territorio.
La compañía estadounidense ha rechazado enérgicamente las acusaciones. En un comunicado, Apple ha declarado que “refuta enérgicamente las alegaciones formuladas por la República Democrática del Congo” y ha asegurado que “estamos profundamente comprometidos con el abastecimiento responsable y exigimos a nuestros proveedores los más altos estándares de la industria del sector”.
En el centro de esta controversia se encuentran las llamadas “3T”: tantalio, tungsteno y estaño (tin, en inglés), minerales esenciales para la fabricación de dispositivos electrónicos como smartphones, tabletas, ordenadores y sistemas de alta tecnología, incluidos equipos militares (véase Fides 1/2/2023).
La denuncia de las autoridades congoleñas también señala indirectamente a Ruanda, acusándola de facilitar la exportación de minerales extraídos ilegalmente en el este de la RDC. Según Kinshasa, el país vecino actúa como centro logístico que permite que los recursos lleguen a los mercados internacionales, a pesar de ser obtenidos en minas artesanales frecuentemente controladas por grupos armados.
Sin la línea logística que pasa por Ruanda, según Kinshasa, los minerales extraídos ilegalmente de la RDC tendrían más dificultades para llegar a los mercados internacionales.
El activista congoleño de derechos humanos Pierre Kabeza describe la explotación de los recursos de la RDC como “un árbol cuyas raíces son las grandes potencias del mundo y sus multinacionales. El tronco está formado por los países vecinos, como Ruanda y Uganda, que reciben apoyo externo, mientras que las ramas son los grupos armados que operan en territorio congoleño. La savia que lo nutre son los intereses económicos”.
Ruanda, a pesar de contar con escasos recursos minerales propios, ha firmado un controvertido memorando de entendimiento con la Unión Europea sobre la sostenibilidad y trazabilidad de minerales estratégicos. Este acuerdo ha sido duramente criticado por organizaciones pacifistas congoleñas (véase Fides 8/3/2024).
El control y la trazabilidad de los materiales críticos es un desafío crucial para las grandes potencias y multinacionales, especialmente en un contexto donde la transición a una energía "verde" aumenta la demanda de estos recursos. Sin embargo, el creciente interés económico corre el riesgo de silenciar los derechos de las comunidades locales, perpetuando la explotación y los conflictos en las regiones donde son extraídas.
(L.M.) (Agencia Fides 19/12/2024)