Seúl (Agencia Fides) – El Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Corea ha reconocido a tres misioneros de la Sociedad de San Columbano como “héroes de la independencia”, destacándolos como ejemplos de vida y modelos de inspiración en el presente. Esta distinción, otorgada en diciembre de 2024, honra al padre Patrick Dawson (1905-1989), al padre Thomas Daniel Ryan (1907-1971) y al padre Augustine Sweeney (1909-1980), sacerdotes irlandeses que sirvieron en la diócesis de Jeju durante las décadas de 1930 y 1940.
El gobierno coreano ha impulsado un registro especial destinado a reconocer y premiar a quienes participaron activamente en el movimiento independentista, concediéndoles medallas y distinciones nacionales. Este reconocimiento coincide con una fase política y social delicada en el país, marcada por la reciente destitución del presidente Yoon Suk-yeol por el Parlamento.
En este contexto, la nación ha visto resurgir en su conciencia colectiva el orgullo por la independencia nacional y la defensa de sus instituciones democráticas, logros alcanzados con grandes sacrificios en el siglo pasado.
La historia de los tres misioneros es un recordatorio de la contribución de la Iglesia católica al pueblo coreano, tanto en el pasado como en el presente. Estos tres misioneros, activos durante el período de la ocupación japonesa, en uno de los momentos más oscuros de la historia de Corea, transmitieron esperanza y un mensaje de resistencia pacífica. En aquella época, los japoneses controlaban los medios de comunicación y exageraban las noticias sobre sus victorias.
El padre Patrick Dawson, enviado a Corea en 1933, trabajó como párroco en la diócesis de Jeju. Además de su ministerio sacramental, se dedicó a iniciativas de consuelo y caridad para la población oprimida. En abril de 1941, durante una reunión misionera, comentó: “Según la prensa japonesa, el ejército avanza hacia Changsha, pero la radio de Shanghái informa de la derrota japonesa. Lo que escribe el periódico japonés es falso. Si la guerra chino-japonesa se prolongara, Japón perdería por falta de suministros”.
El padre Thomas Daniel Ryan, también párroco en Jeju, animaba a los fieles coreanos a mantener la fe en Dios y a resistir con esperanza, asegurando: “Si China recibe ayuda del Reino Unido y de Estados Unidos y el conflicto se prolonga, Japón será derrotado”.
Por su parte, el padre Augustine Sweeney, conocido por su infatigable servicio apostólico y caritativo, afirmaba a la población: “Japón no tiene ninguna posibilidad de salir victorioso de esta guerra”.
Las declaraciones y la labor de los tres sacerdotes provocaron su detención en diciembre de 1941, bajo la acusación de difundir información falsa. Fueron condenados a prisión, dejando a sus comunidades privadas de su presencia durante años. A pesar del encarcelamiento, los tres misioneros afrontaron aquella difícil etapa con fe y esperanza.
Durante aquel tiempo, Japón, en conflicto con el movimiento de liberación nacional en su colonia de Joseon (Corea), utilizó la región como base logística para su esfuerzo bélico, especialmente tras el inicio de la guerra chino-japonesa en 1937 y la guerra del Pacífico en 1941. En este contexto, los colonizadores impusieron un estricto control sobre la vida cotidiana de los coreanos, incluyendo su vida espiritual y religiosa. Los historiadores describen el período entre 1937 y 1945 como “el más oscuro de la dominación colonial japonesa en Corea”. En medio de esta opresión, la cercanía pastoral y las obras de caridad de los tres misioneros de San Columbano representaron un valioso apoyo espiritual y material para la población.
(PA) (Agencia Fides 28/12/2024)