VATICANO/ÁNGELUS - El Papa: “Si prevalece la indiferencia a los horrores de la guerra, toda la familia humana está derrotada”

domingo, 1 diciembre 2024

Vatican Media

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Si prevalece la indiferencia a los horrores de la guerra, toda, toda la familia humana está derrotada”, estas han sido las palabras del Papa Francisco pronunciadas al final del rezo del Ángelus del domingo.

Asomado a la Plaza de San Pedro abarrotada por 15.000 fieles, el Pontífice, tras recordar el 40 aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, alcanzado con la mediación de la Santa Sede (véase Fides 25/11/2024), ha manifestado su alegría “por el cese-al-fuego alcanzado hace unos días en Líbano” y su esperanza de que “pueda ser respetado por todas las partes, permitiendo a las poblaciones de las regiones tocadas por el conflicto – sea libanesa que israelí – regresar a sus casas pronto y con seguridad, también con la preciosa ayuda del ejército libanés y de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas”.

A continuación, el Obispo de Roma ha dirigido “una invitación a todos los políticos libaneses, para que sea elegido inmediatamente el presidente de la Republica y las instituciones retomen su normal funcionamiento, para proceder a las reformas necesarias y asegurar al País su papel de ejemplo de convivencia pacífica entre las diferentes religiones”.

El Papa espera “que la espiral de paz que se ha abierto pueda llevar al cese-el-fuego sobre todos los otros frentes, sobre todo en Gaza. Llevo en el corazón la liberación de los israelíes que aún son mantenidos como rehenes, y el acceso de la ayuda humanitaria a la exhausta población palestina. Recemos por Siria, donde lamentablemente se ha vuelto a encender la guerra causando muchas víctimas. Estoy muy cercano a la Iglesia en Siria”.

Por último, el Pontífice ha reiterado su “preocupación” y “dolor” por “el conflicto que sigue ensangrentando a la martirizada Ucrania. Asistimos desde hace tres años a una terrible secuencia de muertes, de heridos, de violencia, de destrucción. Los niños, las mujeres, los ancianos, las personas débiles, son las primeras víctimas”.

“La guerra es un horror, la guerra ofende a Dios y a la humanidad, la guerra no ahorra a ninguno, la guerra es siempre una derrota, una derrota para la entera humanidad”, ha añadido el Papa, invitando a todos a recordar que “el invierno está a las puertas, y amenaza con empeorar las condiciones de millones de desplazados. Serán meses muy duros para ellos. La concomitancia de guerra y frio es trágica”.

Por ello, ha hecho un nuevo llamamiento “a la comunidad internacional, y a todo hombre y mujer de buena voluntad, para que se esfuercen en todas las formas para detener esta guerra, y para hacer prevalecer el dialogo, la fraternidad, la reconciliación. Que se multiplique a todo nivel un renovado empeño”.

“Y mientras nos preparamos a la Navidad, mientras esperamos el nacimiento del Rey de la paz, se dé una esperanza concreta a estas poblaciones. La búsqueda de la paz es una responsabilidad no de pocos, sino de todos. Si prevalece la indiferencia a los horrores de la guerra, toda, toda la familia humana está derrotada. Toda la familia humana está derrotada. Queridos hermanos y hermanas, no nos cansemos de rezar por aquella población tan duramente probada y de implorar de Dios el don de la paz”, ha añadido.

Antes de la bendición, al comentar el Evangelio de la liturgia de hoy (cf. Lc 21,25-28.34-36), primer domingo de Adviento, ha recordado cómo los contemporáneos de Jesús tenían el “corazón cargado por el miedo y las preocupaciones” debido a las “persecuciones, conflictos, calamidades naturales”. Pero Jesús “quiere liberarlos de las angustias presentes y de las falsas convicciones, indicando cómo estar prevenidos en el corazón, como leer los eventos a partir del proyecto de Dios, que actúa la salvación también dentro de las circunstancias más dramáticas de la historia. Por esto les sugiere dirigir la mirada hacia el Cielo para entender las cosas de la tierra”.

Lo mismo nos ocurre a nosotros hoy “Si las preocupaciones cargan al corazón y nos inducen a encerrarnos en nosotros mismos, Jesús nos invita en cambio a levantar la cabeza, a confiar en su amor que nos quiere salvar y que se hace cercano en cada situación de nuestra existencia, a hacerle espacio para volver a encontrar la esperanza... Que este tiempo de Adviento sea una ocasión preciosa para levantar la mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos sostiene en el camino”, ha dicho para concluir.
(F.B.) (Agencia Fides 01/12/2024)


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