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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “No es verdad, como algunos piensan, que los acontecimientos del mundo se “le han ido de las manos” a Dios… todo será sometido, al final, al juicio de Dios”. Así lo ha subrayado el Papa Francisco al presidir la liturgia eucarística en la basílica vaticana con motivo de la solemnidad de Cristo Rey.
A los pies del baldaquino de Bernini se alzaban el icono de la Salus Populi Romani y la gran cruz de madera. Precisamente en la cruz, ha recordado el Obispo de Roma en su homilía, Jesús “despojándose de todo y muriendo desnudo en la cruz por nuestra salvación, nos enseña que sólo en el amor podemos también nosotros vivir, crecer y florecer en nuestra plena dignidad”.
A continuación, el Papa citando una carta de Pier Giorgio Frassati, que será proclamado santo el próximo 3 de agosto, durante el Jubileo de la Juventud ha recordado como: “sin amor ya no se vive, sino que se ‘va tirando’. Nosotros queremos vivir, no ir tirando, y por eso nos esforzamos por testimoniar la verdad en la caridad, amándonos como Jesús nos ha enseñado”. Y seguidamente ha añadido de forma espontánea: “no es verdad, como algunos piensan, que los acontecimientos del mundo se ‘le han ido de las manos’ a Dios. No es verdad que la historia la hacen los violentos, los prepotentes, los orgullosos. Muchos males que nos afligen son obra del hombre, engaño del Maligno, pero todo será sometido, al final, al juicio de Dios. Los que destruyen a la gente, que provocan las guerras, ¿con qué cara se presentarán delante del Señor? ‘¿Por qué has provocado esa guerra? ¿Por qué has asesinado?’” Y, ¿qué responderán ellos?”
El Papa ha invitado también a reflexionar: “Nosotros no provocamos la guerra, nosotros no asesinamos, pero he hecho esto, esto y esto… Cuando el Señor nos diga: ¿Por qué has hecho esto?, ¿por qué has sido injusto en esto?, ¿por qué has gastado este dinero en tu vanidad? También a nosotros, el Señor nos cuestionará sobre estas cosas”. Y sin embargo Dios, ha añadido el Pontífice, “nos deja libres, pero no nos deja solos: aun corrigiéndonos cuando caemos, nunca deja de amarnos y, si se lo permitimos, no deja de levantarnos, para que podamos continuar el camino”.
En la solemnidad de Cristo Rey se celebra también la Jornada Mundial de la Juventud, de la que este año se cumple la 39ª edición.
Al final de la celebración, los jóvenes portugueses han entregado los símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud a los jóvenes coreanos: “Ustedes, jóvenes coreanos, recibirán la cruz del Señor, cruz de vida, signo de victoria. La recibirán junto con la Madre. Es María quien nos lleva siempre hacia Jesús; es María quien en los momentos difíciles está junto a nuestra Cruz para ayudarnos, porque ella es Madre, ella es mamá. Ella es nuestra Madre. Piensen en María. Mantengamos los ojos fijos en Jesús, en su Cruz, y en María, nuestra Madre. De esa manera, aun en las dificultades, encontraremos la fuerza de seguir adelante, sin temer las acusaciones, sin necesidad de consensos, con la propia dignidad, con la propia seguridad de ser salvados y acompañados por la Madre, María, sin concesiones, sin maquillaje espiritual. Su dignidad no necesita maquillaje. Sigamos adelante, felices de ser para todos, testigos de la verdad, en el amor. Y por favor, no pierdan la alegría”.
(F.B.) (Agencia Fides 24/11/2024)