Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Para ser santo no sólo se requiere el esfuerzo humano o el compromiso personal con el sacrificio y la renuncia. En primer lugar, debemos dejarnos transformar por el poder del amor de Dios, que es más grande que nosotros y nos hace capaces de amar incluso más allá de lo que creíamos ser capacea”. Lo ha dicho el Papa Francisco, quien esta mañana, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, en el Vaticano, ha recibido en audiencia a los participantes del Congreso sobre el tema del martirio y la ofrenda de la vida organizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos.
“En el mártir encontramos los rasgos del discípulo perfecto, que imitó a Cristo negándose a sí mismo y tomando su cruz, y, transformado por su caridad, mostró a todos el poder salvador de su Cruz”, Ha subrayado el Pontífice, quien, de forma improvisada, refiriéndose a los cristianos coptos ortodoxos asesinados en una playa de Libia por los verdugos yihadistas, ha añadido: “Me acuerdo del martirio de aquellos buenos ortodoxos libios: murieron diciendo: «Jesús». «¡Pero padre, eran ortodoxos!». Eran cristianos. Son mártires y la Iglesia los venera como a sus propios mártires... Con el martirio hay igualdad”.
Y lo mismo, ha continuado el Obispo de Roma, “lo mismo ocurre en Uganda con los mártires anglicanos. ¡Son mártires! Y la Iglesia los toma como mártires”. A este respecto, el Papa ha recordado que en la Bula de convocatoria del próximo Jubileo, el testimonio de los mártires se define como aquel que es “más convincente de la esperanza. Por este motivo, en el seno del Dicasterio para las Causas de los Santos, quise crear la Comisión para los Nuevos Mártires - Testigos de la Fe, que, de modo distinto al tratamiento de las causas del martirio, recogiera la memoria de quienes, incluso dentro de las otras confesiones cristianas, fueron capaces de entregar su vida para no traicionar al Señor. Y hay muchos, muchos de las otras confesiones que son mártires”.
Mártires cuyo sangre empapa la tierra incluso en nuestros días: “Incluso hoy, en muchas partes del mundo, hay muchos mártires que dan su vida por Cristo” ha dicho el Pontífice. “Lo que cambia, en las distintas épocas, no es el concepto de martirio, sino las formas concretas en que, en un contexto histórico determinado, tiene lugar”, ha concluido el Pontífice, recordando al Dicasterio los tres elementos fundamentales del martirio, que siguen siendo siempre válidos: “El mártir es un cristiano que -en primer lugar- para no renegar de su fe, sufre conscientemente una muerte violenta y prematura. Incluso un cristiano no bautizado, que es cristiano de corazón, confiesa a Jesucristo mediante el Bautismo de Sangre. En segundo lugar, el asesinato es perpetrado por un perseguidor, movido por el odio contra la fe u otra virtud vinculada a ella; y en tercer lugar, la víctima asume una actitud inesperada de caridad, paciencia, mansedumbre, a imitación de Jesús crucificado”.
(F.B.) (Agencia Fides 14/11/2024)