Kinshasa (Agencia Fides) - Se han denunciado violaciones del alto el fuego en Kivu del Norte (en el este de la República Democrática del Congo), que entró en vigor el 4 de agosto (ver Fides 8/8/2024). El acuerdo negociado por Angola prevé un alto el fuego entre las Fuerzas Armadas Congolesas (FARDC) y las milicias locales aliadas, por un lado, y el grupo guerrillero M23, apoyado por el ejército ruandés, por el otro.
El 20 de agosto, tras enfrentamientos con las milicias Wazalendo (aliados de las FARDC) en el territorio de Lubero, el M23 tomó el control de algunos pueblos y localidades. Al día siguiente, se reportaron combates en otros lugares de la provincia nororiental del Congo. Además, según informan civiles locales, el M23 y el ejército ruandés aprovecharon la relativa tregua para reforzar sus posiciones en el territorio de Rutshuru, llevando nuevas armas y refuerzos a la zona. Todo de cara a retomar las hostilidades.
Por otra parte, el 15 de agosto el administrador del territorio de Lubero, el coronel Alain Kiwewa, lanzó un llamamiento a los grupos armados presentes en la zona para que se unieran a las FARDC y contrarrestar el avance del M23. El llamamiento se dirigía sobre todo a los grupos armados distintos del M23 que siguen enfrentándose con el ejército regular. En Kivu del Norte operan varias decenas de grupos armados, grandes y pequeños, algunos aliados con las FARDC o el M23, otros que actúan como elementos independientes en un mosaico de enfrentamientos y alianzas en constante cambio.
En este sentido, en los últimos días las comunidades nande y hutu, que llevan años enfrentadas, firmaron un acuerdo en el que se ofrecen perdón mutuo. Una señal de esperanza en una provincia marcada por la violencia y la inestabilidad desde hace más de 30 años. La población civil está pagando el precio, cuyo sufrimiento recordó el Papa Francisco en la audiencia general del miércoles 21 de agosto (ver Fides 21/8/2024). También se teme que el M23 marche sobre Goma, la capital de Kivu del Norte, donde más de 2 millones de personas, entre habitantes y desplazados internos, viven en condiciones precarias. La gravedad de la situación lo demuestra el hecho de que el 20 de agosto las autoridades urbanas de Goma ordenaron un control sistemático de los vehículos en las principales arterias de la ciudad, en respuesta a las preocupaciones sobre una posible infiltración de hombres armados.
El presidente angoleño, João Lourenço, designado por la Unión Africana para mediar entre las autoridades congoleñas, el M23 y el gobierno ruandés, se mostró confiado en alcanzar un acuerdo. Lourenço, viajó a Kigali y Kinshasa los días 11 y 12 de agosto para presentar una propuesta de acuerdo de paz a los presidentes Paul Kagame y Félix Tshisekedi. El 21 de agosto, el Presidente angoleño anunció la reanudación en Luanda de “las negociaciones sobre una propuesta concreta para un acuerdo de paz duradero y definitivo para el conflicto en el este de la República Democrática del Congo”.
(L.M.) (Agencia Fides 23/8/2024)