ASIA/FILIPINAS - El tifón Gaemi azota el sudeste asiático: la Iglesia de Manila se apresura a ayudar a los desplazados

viernes, 26 julio 2024 desplazados   iglesias locales   ayuda humanitaria  

Las Hermanas Salesianas ayudan a los desplazados en Manila

Manila (Agencia Fides) - El tifón Gaemi sigue azotando el sudeste asiático. La tormenta se dirige hacia Taiwán, dejando tras de sí muerte y destrucción en Filipinas. En este país la furia de la naturaleza ha golpeado sobre todo el norte del país y la capital, Manila. La ciudad está invadida de barro, las calles inundadas e intransitables. El número de muertos asciende actualmente a 13 personas.

Según datos oficiales, Gaemi ha provocado la caída de 300 milímetros de lluvia en toda la región. En la ciudad, durante el monzón - que dura ya quince días - el agua alcanzó cotas muy altas, llegando hasta los primeros pisos de las casas. Muchos ciudadanos se han subido a los tejados para escapar del agua. Las autoridades locales han declarado el «estado de emergencia por catástrofe natural» para facilitar la evacuación de miles de personas, pero el número de desplazados es estremecedor: 600.000.

La ciudad está colapsada: escuelas cerradas, infraestructuras fuera de servicio. Los vuelos internacionales también están cancelados. Las zonas de los alrededores de la capital también están de rodillas, donde las lluvias han provocado varios desprendimientos de tierra, uno de los cuales ha causado la muerte de una mujer embarazada y tres niños. Las autoridades locales informan de que se han producido varios deslizamientos de tierra que han bloqueado tres carreteras principales en la provincia montañosa de Benguet.

A la catástrofe humanitaria se suma la medioambiental: en la bahía de Manila se trabaja sin descanso para intentar contener los daños del naufragio de un petrolero que ha volcado y se ha hundido. El barco transportaba 1,4 millones de litros de combustible. Por el momento, de los 17 miembros que iban a bordo, uno está desaparecido. Las operaciones de rescate se ven dificultadas por los fuertes vientos que provocan un fuerte oleaje. El mal tiempo también está ralentizando las operaciones de contención medioambiental: el líquido contenido en el petrolero se ha filtrado, tiñendo el mar de negro.

Ante este sombrío panorama, la Iglesia local no se queda de brazos cruzados, sino que se arremanga y tiende una mano a la comunidad para ayudarla a levantarse. De hecho, el arzobispo de Manila, cardenal José F. Advíncula, en una carta enviada a todas las realidades de la archidiócesis, anuncia el inicio de una nueva colecta para ayudar a las víctimas del tifón.

En la carta, el cardenal anima a los fieles a participar en los oficios religiosos de los días 27 y 28 de julio, durante los cuales las ofrendas recogidas se donarán en apoyo de quienes lo han perdido todo a causa de la violencia de la naturaleza.

Además, el cardenal, dirigiéndose a sacerdotes, religiosos y religiosas, les pide que «sigan siendo compasivos con las víctimas del tifón, los pobres, los hambrientos y todas las personas necesitadas».

En la misiva se indica que «los donativos deben enviarse a la oficina de contabilidad de la archidiócesis de Manila a más tardar el 7 de agosto de 2024». Al final de la carta, el cardenal Advíncula concluye con una breve oración que se rezará durante estos días en apoyo de los desplazados y en sufragio de las víctimas.
(F.B.) (Agencia Fides 26/7/2024)


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