Seúl (Agencia Fides) - Con motivo del aniversario de la guerra de Corea, el Arzobispo de Seúl, Peter Soon-taick Chung, ha emitido un mensaje cargado de paz y reconciliación. El mensaje está impregnado de esperanza y unidad, y reafirma el compromiso inquebrantable del Comité de Reconciliación del Pueblo Coreano de la Archidiócesis de Seúl, así como del "Comité de Reconciliación Nacional" de la Conferencia Episcopal Coreana. Este esfuerzo ha sido tanto espiritual como material: hasta la fecha, se han celebrado 1.413 Misas dedicadas a la reconciliación, demostrando así su determinación de ser promotores de la paz, siguiendo los principios del Evangelio.
En vísperas del 73º aniversario del estallido de la guerra de Corea -el 25 de junio de 1950, inicio de un conflicto que duró de 1950 a 1953 y terminó con un armisticio aún técnicamente en vigor- y en la vigilia del "Día de oración por la reconciliación y la unidad del pueblo coreano", instituido por la Conferencia Episcopal Coreana en 1965, precisamente para conmemorar aquel trágico suceso, Peter Soon-taick Chung, Arzobispo de Seúl, ha realizado un llamamiento para renovar el compromiso con la paz y la reconciliación, subrayando "que es crucial no transmitir un legado de odio a las generaciones futuras".
Durante la homilía de la misa celebrada hoy, 24 de junio, en la catedral de Myeongdong, con ocasión de la Jornada especial, monseñor Chung ha señalado: "Aunque la situación entre las dos Coreas pueda parecer sombría, los cristianos no podemos permanecer en la desesperación. Por el contrario, en este momento de creciente animosidad, nuestra oración puede iluminar este tiempo con una luz mayor".
El Arzobispo ha insistido en las enseñanzas del Evangelio: "Jesús mismo ha demostrado que la paz no se consigue con el ojo por ojo. La paz sólo puede alcanzarse a través del diálogo". A continuación, ha animado a los fieles a rezar no para transformar al otro, sino para que cada uno "sepa emular la misericordia y la paciencia sin límites de Dios, eligiendo el camino de la paz".
Reflexionando sobre la capacidad de resistencia del pueblo coreano, el Arzobispo ha afirmado: "Nuestro pueblo albergaba la esperanza de que pudiéramos superar la pobreza, lo cual nos ha llevado al desarrollo económico; albergaba la esperanza de que pudiéramos superar la dictadura, lo cual nos ha llevado a la consecución de la democracia. Ahora debemos aferrarnos a una nueva esperanza, la de ser capaces de superar la división. Esta esperanza traerá sin duda la verdadera paz a la península coreana". Al concluir su homilía, monseñor Chung ha hecho un llamamiento a todos los habitantes de la península coreana para que "elijan el camino del perdón y la reconciliación frente al del odio y el resentimiento".
Desde 1965, la Conferencia Episcopal Coreana ha venido celebrando el 25 de junio como "Día de Oración por la Iglesia en Silencio". En 1992, se cambió el nombre por el de "Día de Oración por la Reconciliación y la Unidad del Pueblo Coreano". En 1995, con el fin de impulsar un compromiso que se considera crucial para el futuro, la archidiócesis de Seúl creó el Comité para la Reconciliación del Pueblo Coreano, con motivo del 50 aniversario de la liberación.
El Comité organiza momentos espirituales y actividades de carácter material y humanitario. Una de las más destacadas es la misa y oración por la paz que se celebra todos los martes a las 19.00 horas en la catedral de Myeongdong. Hasta la fecha, se han celebrado 1.413 misas, lo que subraya la inquebrantable dedicación del Comité a cultivar la paz y la unidad mediante la oración, la reflexión, la cultura y la acción. El Comité lleva a cabo diversos proyectos educativos y de investigación, apoya programas de asistencia a los refugiados norcoreanos y organiza peregrinaciones a las zonas fronterizas en el marco del programa "Vientos de Paz".
El mismo compromiso es compartido por el "Comité Nacional para la Reconciliación" de la Conferencia Episcopal Coreana. El obispo Simon Kim Ju-young, presidente del Comité Episcopal, ha declarado con motivo de la Jornada del 25 de junio: "Debemos mirar dentro de nuestros corazones y ver si realmente tratamos a la gente del Norte como hermanos. Debemos iniciar un nuevo camino con un corazón humilde, creyendo firmemente en el ministerio de la reconciliación: quienes creen en la paz dada por Cristo nunca pierden la esperanza. Señor, escucha nuestras oraciones y concédenos la paz en este tiempo".
(PA) (Agencia Fides 24/6/2024)