ASIA/TIERRA SANTA - Obstáculos a la paz: el olivo de esperanza plantado en los jardines vaticanos

sábado, 8 junio 2024

Vatican Media

Por padre Ibrahim Faltas ofm*

Jerusalén (Agencia Fides) - El Papa Francisco ha querido recordar el encuentro del 8 de junio de 2014 entre el Presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, y el Presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, con una ceremonia sencilla pero llena de oración y significado.

En 2014, el Papa Francisco recitó una oración que reflejaba profundamente la misión de paz de su ministerio. El Papa Francisco rezó con estas palabras:

«Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: “¡Nunca más la guerra!”; “con la guerra, todo queda destruido”. Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Amén.
Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino. Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nuestras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra.
Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre “hermano”, “hermana”, y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén».

El Papa Francisco no logró reunir a los dos presidentes cuando visitó Tierra Santa como peregrino, pero los invitó dos semanas después al Vaticano para un encuentro histórico, junto con el Patriarca Ecuménico Bartolomé I.

En 2014, se plantó un olivo, y en 2024, esa planta, crecida y floreciente, sigue y seguirá necesitando cuidados y agua vital. El compromiso permanente y el testimonio constante del Papa Francisco por la paz han llegado a todas partes del mundo, ofreciendo esperanza a la humanidad. Sin embargo, quienes deberían y deben detener las armas permanecen sordos a cualquier llamamiento.

Exactamente un mes después, el 8 de junio de 2014, comenzó un conflicto que duró cincuenta días. Tras una reunión de paz, volvimos al infierno de la guerra. En ese conflicto murieron más de dos mil personas, incluyendo 500 niños. Entre las víctimas también se encontraba el periodista italiano Simone Camilli, junto con otros cooperantes y voluntarios extranjeros.

Fui a Gaza en agosto de 2014, en cuanto se anunció el alto el fuego definitivo. La destrucción y el sufrimiento eran muy evidentes y dolorosos tras 50 días de guerra. No puedo imaginarme Gaza ahora, tras 250 días de guerra.

Ha habido tantos intentos de devolver la estabilidad a Tierra Santa y Oriente Próximo. Tantos acuerdos de paz incumplidos. Los acuerdos de Camp David y Oslo, y diversos protocolos y memorandos, siempre se han visto sucedidos por un aumento de la violencia y del odio.

Desde hace 76 años, y sobre todo en los últimos tiempos, no se han podido evitar los conflictos y las tensiones; al contrario, Tierra Santa sigue en guerra, y ya han pasado ocho meses terribles y devastadores. Me pregunto: ‘¿quién obstaculiza la paz? ¿Por qué no se busca la paz?’. Me respondo: ‘No quieren la paz, no buscan soluciones porque tienen interés en continuar el camino de la muerte, sin que exista un respeto por la vida’.

«Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios». Jesús, en el Sermón de la Montaña, no nos pide que seamos «pacíficos», nos pide que seamos constructores de paz. Cada uno de nosotros es responsable si no trabaja por conseguirla, aquellos que son responsables de la guerra y continúan persiguiendo el odio y la violencia tendrán que responder ante su conciencia, ante Dios y ante la historia.
(Agencia Fides 8/6/2024)

* Vicario de la Custodia de Tierra Santa


Compartir: