Bogotá (Agencia Fides) - En presencia de centenares de sacerdotes de la provincia de Ocaña y de numerosos fieles, el 6 de junio se han celebrado en Teorama, su ciudad natal, las exequias de don Ramón Arturo Montejo Peinado, párroco de San José en Buenavista, brutalmente asesinado el 4 de junio en un atraco.
El atentado contra don Ramón Montejo tuvo lugar en un aparcamiento del barrio Jesús Cautivo, en Ocaña, Norte de Santander, donde había dejado estacionado su vehículo parroquial.
Según testigos y grabaciones de las cámaras de seguridad, el sacerdote, de 45 años, fue abordado por dos personas que le ordenaron salir del vehículo. Cuando don Montejo intentó resistirse al ataque, los delincuentes le asestaron dos puñaladas en la espalda, le arrojaron fuera del vehículo y le atropellaron con el mismo. La policía colombiana dice haber capturado a los presuntos responsables del asesinato del sacerdote. Se trata de dos personas de nacionalidad venezolana.
"Condenamos profundamente que la violencia irracional haya causado la muerte de un sacerdote que dedicó su vida a difundir el mensaje de paz y amor de Jesucristo. Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no sólo contra la vida de un ser humano, sino contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad". Así se ha expresado don Jorge Alberto Ossa Soto, Arzobispo de Nueva Pamplona y Administrador Apostólico de la Diócesis de Ocaña, condenando en nombre de los Obispos colombianos el bárbaro asesinato de don Montejo.
Don Ramón Montejo nació en el municipio de Teorama, Norte de Santander, y fue párroco en San José de Buenavista, Ocaña, y delegado de la Comisión Diocesana de Reconciliación y Paz. El sacerdote era muy conocido en la región del Catatumbo por haber participado en misiones humanitarias que condujeron a la liberación de varias personas secuestradas.
Por este motivo, Mons. Soto ha pedido a las autoridades que aclaren todas las circunstancias de su asesinato. En particular, la prensa local ha planteado la cuestión de si se trató de un asesinato derivado de un robo que acabó en tragedia, o si fue un asesinato por encargo para deshacerse de un sacerdote muy activo socialmente. El coronel Néstor Arévalo, comandante del departamento de policía de Norte de Santander, ha asegurado que la investigación continúa, porque al parecer una de las personas detenidas era un conocido del sacerdote, que había sido invitado a acudir a una cita en el lugar donde este último fue asesinado.
(L.M.) (Agencia Fides 7/6/2024)
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