Comboni
Cali (Agencia Fides) – “Creo que, en un ambiente donde todos se sienten despreciados, es una buena noticia encontrar un sacerdote que no tenga vergüenza de sentarse junto a ellos y escucharlos”. Así lo expresa el padre Franco Nascimbene, misionero comboniano (MCCJ), quien, junto a su comunidad, ha decidido dedicar parte de su tiempo a acercarse a hombres, mujeres y jóvenes atrapados en el mundo de las drogas en el barrio Charco Azul de Cali.
“He comenzado por sentarme en un banco que habían construido bajo un árbol”, continúa el padre Nascimbene, encargado de la pastoral de unas mil familias, el 80% afrodescendientes. “En ese lugar, a cualquier hora del día o de la noche, siempre hay un pequeño grupo consumiendo drogas. Durante un mes, me he sentado allí con ellos dos o tres veces por semana para escuchar y conversar. No siempre es fácil”.
El padre Nascimbene también destaca la solidaridad entre los pobres. “He visitado una casa donde viven tres ancianos, hermanos de entre 75 y 90 años. Son personas muy delgadas, que nunca han tenido hijos ni pareja y que ya no tienen fuerzas para trabajar. Cuando les he preguntado cómo consiguen alimentos, me han dicho que siempre hay un vecino que les lleva algo. Así que me he unido a esos vecinos para ayudarles en ocasiones con comida”.
En su testimonio, el padre Franco subraya el compromiso ecológico de su comunidad. “Nuestra comunidad comboniana ha decidido no utilizar coches ni motos para evitar un impacto negativo en el calentamiento global. Yo dejé de conducir hace 35 años, aunque incluso entre los pobres hay muchos que usan taxis sin pensar en la contaminación que esto genera”.
Con más de tres décadas de servicio misionero en América Latina, entre Ecuador y Colombia, el padre Nascimbene vive actualmente en una comunidad en la periferia oriental de Cali, donde los combonianos se dedican a la animación misionera y a la pastoral con la comunidad afrodescendiente.
(AP) (Agencia Fides 7/11/2024)