Roma (Agencia Fides) - «Los fieles de la pequeña comunidad católica de Laos poseen un ferviente espíritu misionero debido a que el futuro de la Iglesia local está en sus manos: de hecho, según la normativa vigente, no puede haber misioneros que residan permanentemente en el país, sino sólo por breves periodos. Por ello, es importante que cuiden y alimenten las vocaciones nativas, tanto al sacerdocio como a la vida consagrada o de laicos, como catequistas, para llevar a cabo su labor pastoral. Ofrecemos todo el apoyo necesario y posible ya que compartimos la misma Conferencia Episcopal, la de los Obispos de Laos y Camboya», dice a la Agencia Fides el padre Paul Chatsirey Roeung, sacerdote camboyano del Vicariato Apostólico de Phnom Penh y Director de las Obras Misionales Pontificias de Laos y Camboya.
El sacerdote, que visita regularmente la comunidad de Laos, explica a la Agencia Fides: «La vida pastoral transcurre pacíficamente de forma ordinaria. Para reuniones más grandes o iniciativas especiales hay que pedir permisos a las autoridades gubernamentales. Y existen diferencias, de provincia a provincia, en estas concesiones, dependiendo de los funcionarios locales. Laos es, a pesar de las dificultades, una pequeña comunidad que alimenta grandes esperanzas y atrae a los jóvenes laosianos. Por ejemplo, en el seminario menor, el año propedéutico y el seminario mayor hay en total unos 50 chicos y jóvenes laosianos (unos 20 en el seminario menor, 10 en el año propedéutico, 20 en el seminario mayor), lo que hace esperar un buen futuro. En cualquier caso, la Iglesia es muy consciente de que su futuro depende de su misión y de su testimonio de fe. En los últimos meses he vivido un retiro espiritual con los sacerdotes laosianos y he percibido en ellos una confianza total en Dios: la Iglesia se encomienda a sí misma y a todas sus obras al Señor y Dios la ayuda y la sostiene».
«La labor pastoral y misionera», señala el P. Chatsirey Roeung, «avanza dando pequeños pasos. Hay catequistas que acompañan a los sacerdotes a recorrer los pueblos y administrar los sacramentos. A veces, dadas las necesidades, son los catequistas-misioneros los que visitan solos los territorios, dando testimonio de fe y llevando el Evangelio, en ocasiones bautizando. Quisiera señalar también que, de la pequeña y muy pobre comunidad laosiana, hemos recogido mil dólares en la última Jornada Mundial de las Misiones: es la pequeña contribución al Fondo Universal de Solidaridad que proviene precisamente de los más pobres, un gesto de profundo significado, un signo importante del espíritu misionero que mira a la Iglesia universal».
Concretamente en el sur de Laos, en el Vicariato Apostólico de Paksè, con unos 22.000 católicos y 8 sacerdotes diocesanos, también hay Hermanos Menores. «Los franciscanos son de los poquísimos religiosos del Vicariato, en una fraternidad que cuenta actualmente con cuatro hermanos de la Provincia de San Francisco de Vietnam, dos de los cuales son sacerdotes», afirma el hermano John Wong, Definidor general de las Conferencias de Hermanos Menores de Asia y Oceanía, que ha visitado recientemente el país.
Los hermanos viven en una aldea fundada originalmente como leprosería por un sacerdote misionero francés. «El trabajo principal es restaurar la Iglesia local, lo que significa la construcción concreta de estructuras para la atención pastoral, pero sobre todo el crecimiento espiritual del pueblo de Dios, para el futuro de la Iglesia en Laos», explica. De hecho, los hermanos se ocupan de la pastoral de cinco pueblos y dan apoyo espiritual a cuatro misiones del territorio.
«En los últimos diez años, los hermanos han terminado la construcción de cinco iglesias de ladrillo y otras cuatro capillas de madera, así como el Centro de Retiro y Formación del Vicariato», señala. Actualmente están construyendo otras dos nuevas iglesias y una capilla de madera. Los hermanos franciscanos también trabajan en el ámbito social: han puesto en marcha una serie de proyectos para suministrar electricidad y agua potable a las comunidades rurales más pobres, y están ayudando al obispo local a desarrollar una plantación para el Vicariato Apostólico.
La comunidad franciscana también gestiona dos residencias estudiantiles para dar educación a 15 niños de aldeas pobres y -gracias a los donantes- ofrece unas 50 becas a estudiantes necesitados, desde la escuela primaria hasta la universidad. Los frailes franciscanos de Paksè están plenamente incorporados e integrados en la Iglesia local, y el obispo Andrew Souksavath Nouane Asa, Vicario Apostólico de Paksè, ha comentado con frecuencia el aprecio que la población local siente por los frailes franciscanos, por su estilo de vida pobre y sencillo y por su servicio al pueblo de Dios y a la comunidad local.
La República Popular Democrática de Laos es un Estado socialista. Antaño parte de un antiguo imperio hindú, hoy posee una cultura budista y una población mayoritariamente budista de 7,5 millones de habitantes. La Iglesia católica de Laos formaba parte originalmente del Vicariato Apostólico de Siam Oriental. Actualmente hay cuatro vicariatos apostólicos en el país (Vientiane, Paksè, Luang Prabang y Savannakhet), con unos 60.000 católicos en total. Desde el reconocimiento oficial de la Iglesia católica por el Frente Laosiano para el Desarrollo Nacional en 1979, las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno han ido mejorando gradualmente, también en el marco de la libertad religiosa reconocida por la Constitución de 1991, por la que Laos reconoce la libertad de culto (el Estado reconoce oficialmente cuatro religiones: budismo, cristianismo, islam y la religión bahai), con las limitaciones establecidas por la ley. Desde 2017, la pequeña Iglesia también cuenta con un cardenal, creado por el Papa Francisco: se trata de Louis Marie Ling Mangkhanekhoun, vicario apostólico de Vientiane, que ahora tiene 80 años.
(PA) (Agencia Fides 4/6/2024)