Roma (Agencia Fides) – “En Laos hay grandes dificultades para comunicarse con el mundo exterior. Incluso para mí, que soy ahora el Presidente de la Conferencia Episcopal de Laos y Camboya (CELAC), es muy complicado entrar en contacto con los obispos locales, que son en su mayoría ancianos y marcados por la enfermedad, así como con otros representantes de las comunidades católicas. A las dificultades lingüísticas se suman las relacionadas con el control del aparato gubernamental, lo que hace que los contactos sean esporádicos. Sin embargo, la comunidad católica de Laos da gloria a Dios, tiene una fe fuerte y continúa su camino con alegría”, ha afirmado el jesuita Enrique Figaredo Alvargonzález SJ, Prefecto Apostólico de Battambang (Camboya) y Presidente en ejercicio de la CELAC, en una entrevista con la Agencia Fides.
La Asamblea de Obispos se celebra dos veces al año, una en Laos y otra en Camboya, y a lo largo del año se intenta mantener un vínculo entre los Obispos, en función de las necesidades y oportunidades de la comunidad eclesial.
El Prefecto Apostólico recuerda que “en Laos sólo hay sacerdotes y religiosos locales porque no está permitido tener misioneros extranjeros de forma permanente. Los contactos de las comunidades locales con el exterior son difíciles, e incluso las Iglesias de los países vecinos solo pueden ofrecer un apoyo limitado y esporádico. Pero la comunidad laosiana no se desanima en absoluto y vive verdaderamente cada día para gloria de Dios”.
El obispo laosiano Andrew Souksavath Nouane, vicario apostólico de Paksé desde 2022 - informa Figaredo -, es el más joven y habla inglés, lo que lo convierte en la referencia para las comunicaciones con la Iglesia laosiana, que, según indica, “es necesariamente autónoma y autosuficiente, a todos los niveles, ya que no cuenta con ayuda material ni espiritual del exterior”. En este contexto, “la Iglesia avanza solo por la gracia de Dios. La vida de la comunidad avanza bien, incluso los bautizados crecen. ¿Cómo es posible? Yo diría que es un pequeño milagro. Hay muchas religiosas y catequistas, todas laosianas, que ayudan mucho en la vida pastoral, sobre todo recorriendo los pueblos donde hay bautizados”, señala.
El Prefecto Apostólico Figaredo ha querido recordar también algunas de las celebraciones a las que ha asistido en Laos, destacando la vitalidad de la comunidad católica laosiana. “En la liturgia de ordenación episcopal del vicario apostólico Souksavath, un número increíble de personas abarrotaba la iglesia, unas 4.000 venidas de todo el país. La celebración del reconocimiento de los mártires laosianos en 2016 fue también un gran acontecimiento de fe, muy bien organizado y vivido con emoción”.
“Así que –continúa-, la vida de la Iglesia palpita; hay participación y lealtad. Es una comunidad culturalmente muy local, pero que vive con plena lealtad al Papa, hacia quien nutren un gran afecto”. Sin embargo, el Prefecto Apostólico también señala que la comunidad tiene necesidades importantes: “¿De qué tienen necesidad? De estructuras, de formación espiritual y bíblica para las hermanas, para los catequistas, para los seminaristas y para los fieles. Sacerdotes y profesores podrían venir de las Iglesias de los países vecinos, pero esto no siempre está permitido”, afirma.
Un signo positivo para la comunidad católica de Laos, según el Prefecto Apostólico Figaredo, es la creación de Cáritas Laos, que ya está en funcionamiento y forma parte de la red de Cáritas Internationalis. Esto permite que voluntarios laosianos participen en reuniones en el extranjero, como en Bangkok.
El Presidente de la CELAC concluye: “Desde mi propia experiencia, puedo decir que hay una gran esperanza para la Iglesia en Laos. Hay vida. Hay muchos jóvenes, y hay un florecimiento de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que son más numerosas que en Camboya. En Laos, con 51.000 fieles, hay más católicos que en Camboya”. Además, para facilitar los contactos con el extranjero y el apoyo de la Iglesia universal, hay algunos sacerdotes que han estudiado en Filipinas y han aprendido inglés. Estas personas son un vínculo valioso y pueden ayudar significativamente a su comunidad y a su país.
(PA) (Agencia Fides 1/11/2024)