Pekín (Agencia Fides) - Las comunidades católicas chinas de todo el país han participado en las procesiones eucarísticas y marianas celebradas el domingo 2 de junio, fiesta del Corpus Christi, al final de los tres días en los que ha concluido el mes de mayo, dedicado a María, y se ha abierto el mes de junio, en el que el Pueblo de Dios revive su tradicional devoción al Sagrado Corazón de Jesús. De Pekín a Shanghai, de las diócesis de Hebei a las de Jiangxi, las multitudinarias celebraciones han dado comienzo con la fiesta litúrgica de la Visitación de María, el 31 de mayo.
En Shijiazhuang, provincia de Hebei, miles de católicos se han reunido el sábado por la tarde en la catedral, dedicada a María Inmaculada, y han recorrido las calles que rodean la iglesia con velas encendidas, rezando el Rosario.
Por su parte, la comunidad de la provincia de Anhui ha comenzado el mes dedicado al Sagrado Corazón en el santuario de Nuestra Señora de Shuidong, que es actualmente la iglesia más antigua de la provincia (se construyó en 1869). Durante todo el mes de mayo, el santuario ha acogido a devotos de María de toda China continental, que también han rezado por la paz en el mundo, por las personas solas, por los desempleados, por los bautizados que se han alejado de la iglesia, por las víctimas de la violencia doméstica, por las familias en crisis.
Durante la solemne celebración del Corpus Christi, la comunidad de la parroquia de Jiujiang (provincia de Jiangxi) ha ofrecido oraciones por todos los estudiantes que se preparan para los exámenes, especialmente por los que se enfrentan a las pruebas de acceso a la universidad. Tras la procesión y la bendición eucarística, el párroco Pang Rui confirió el sacramento de la Unción a los ancianos presentes, deseándoles que «sigan siendo transmisores de la fe». En la misma provincia, el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús se ha inaugurado solemnemente en el santuario mariano de Lushan, dedicado a la Asunción. Junto a los fieles presentes, el P. Wang Leizhen ha dado gracias a la Virgen «por su protección» y ha pedido a la Madre de Dios que «conserve y reavive en nosotros las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad». El sacerdote ha recordado también la práctica tradicional de las «florecillas», «pequeños gestos de amor con los que podemos alegrar cada día el corazón de Jesús, permaneciendo en íntima unión con Él».
(NZ) (Agencia Fides 03/6/2024)