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Xinxiang (Agencia Fides) – Francisco Li Jianlin ha sido consagrado obispo de la Prefectura Apostólica de Xinxiang hoy, viernes 5 de diciembre, en la iglesia de Nanmenli, en la ciudad de Xinxiang, en la provincia de Henan.
La solemne liturgia de ordenación episcopal ha sido presidida por el Obispo de Pekín, José Li Shan. Han concelebrado Tadeo Wang Yuesheng, Obispo de Zhengzhou; José Zhang Yinlin, Obispo de Anyang; y Pedro Jin Lugang, Obispo de Nanyang.
Don José Yang Yu, secretario general de la llamada “Conferencia Episcopal Católica China”, ha leído la carta de aprobación de la Conferencia ante más de 20 sacerdotes de la provincia de Henan y más de 200 personas presentes en la liturgia, entre religiosas, laicos y representantes de las autoridades civiles.
Li Jianlin nació el 9 de julio de 1974 en la ciudad de Huixian, en la provincia de Henan, en el seno de una familia de tradición católica. Desde septiembre de 1990 hasta junio de 1999 -según refiere hoy el boletín difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede- realizó el itinerario de formación para el sacerdocio, primero en el Seminario de Zhengding y luego en el de Yixiang (provincia de Hebei). El 23 de julio de 1999 recibió la ordenación presbiteral de manos de Nicolás Shi Jingxian, Obispo de Shangqiu, para la Prefectura Apostólica de Xinxiang.
De julio de 1999 a junio de 2000, Francisco Li Jianlin fue párroco en Qinyang. En el año 2000 recibió el encargo de la formación de los seminaristas y de las religiosas de la circunscripción. Desde 2011 ha desempeñado el cargo de párroco en Jiaozuo. El Papa León XIV -refiere siempre el boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede- el 11 de agosto de 2025 lo ha nombrado Obispo de la Prefectura Apostólica de Xinxiang, “tras haber aprobado su candidatura en el marco del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China y haber aceptado la renuncia al gobierno pastoral presentada por S. E. Mons. José Zhang Weizhu”.
La historia de la Prefectura Apostólica de Xinxiang.
Según los documentos históricos, en la época moderna la fe católica llegó a la región de Xinxiang, en el norte de Henan, a finales del siglo XIX gracias al padre Gerardo Brambilla, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME). El padre Brambilla, enviado por el Vicario Apostólico del Henan septentrional, llegó al pueblo de Wangcun en 1898, tras un largo viaje iniciado en Weihui. Su obra misionera comenzó con la construcción de una pequeña capilla.
En 1904, al final de la dinastía Qing, llegaron a la zona varios misioneros estadounidenses y de otros países, que en 1911 iniciaron la construcción de una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Lourdes, concluida dos años después.
La comunidad local se mostró muy activa en las obras de caridad y en la ayuda a la población durante la epidemia de fiebre negra de 1934-1935. Un sacerdote estadounidense con competencias sanitarias organizó un equipo médico para ofrecer diagnóstico y atención gratuitamente. Durante la epidemia de viruela de 1938, la población evitó nuevamente la catástrofe gracias a la intervención médica de los misioneros. La escuela de Wangcun también fue fundada por los misioneros y un convento de religiosas comenzó a ocuparse de niños abandonados.
Durante la guerra de resistencia contra Japón, la iglesia ofreció refugio a los prófugos que huían del norte. También se instituyó un centro de acogida que ayudó al regreso a sus hogares de más de 100.000 desplazados.
En los años cincuenta, tras la expulsión de los misioneros extranjeros, todos los edificios eclesiásticos fueron requisados por la empresa agrícola y ganadera del distrito. Solo en 1991, después de la política de apertura impulsada por Deng Xiaoping, las propiedades eclesiásticas que no habían sido destruidas fueron restituidas a la Iglesia y las actividades pastorales reanudaron gradualmente su curso normal.
Hoy la comunidad católica local sigue siendo dinámica en las obras caritativas y en las iniciativas sociales y culturales.
Durante el tiempo del Covid, las comunidades eclesiales de Xinxiang rezaban cada día por los habitantes de la ciudad de Wuhan, golpeada por la pandemia, y recogían fondos para ellos.
Antes del Covid, los católicos de Xinxiang habían participado con fervor en las iniciativas del Jubileo de la Misericordia, y viven con la misma intensidad el Año Santo de la Esperanza.
(NZ) (Agencia Fides 5/12/2025)