Lomé (Agencia Fides) - La tensión sigue siendo alta en Togo, donde los partidos de la oposición se han unido para oponerse a la nueva Constitución aprobada por la Asamblea Nacional el 25 de marzo. La nueva Carta prevé la transición de un régimen presidencialista a uno parlamentario, en el que el Presidente ya no será elegido por el pueblo sino por la Asamblea Nacional, y la creación del cargo de Primer Ministro encargado de dirigir el gobierno.
El texto fue aprobado por un Parlamento al final de su legislatura y dominado por la Unión por la República (UNIR), el partido del presidente Faure Gnassingbé, en el poder desde 2005, cuando sucedió a su padre, Gnassingbé Eyadéma. De hecho, la oposición había boicoteado las elecciones parlamentarias de 2018 en protesta contra un poder que domina el país desde hace décadas, transmitido de padres a hijos. Sin embargo, no será el caso de la votación de este año para la renovación de la Asamblea Nacional, que debía celebrarse el 20 de abril, pero Gnassingbé la aplazó a raíz de las manifestaciones de protesta que siguen convocándose en el país a pesar de estar prohibidas por las autoridades. En concreto, la oposición había convocado tres días de protestas del 11 al 13 de abril, pero fueron prohibidas.
Está previsto que las elecciones se celebren, salvo nuevo aplazamiento, el 29 de abril.
La oposición y amplios sectores de la sociedad civil cuestionan las modalidades (votación nocturna de un texto que nadie, fuera de los diputados vinculados al Presidente, ha visto jamás) de la reforma constitucional y su contenido. En particular, se teme que los cambios introducidos, especialmente las modalidades de elección del Jefe del Estado, tengan como objetivo perpetuar el poder de Faure Gnassingbé.
En su comunicado publicado el 26 de marzo, los obispos togoleses se preguntan "si este cambio es o no oportuno; si el momento es o no oportuno; las modalidades adoptadas. Nos parece importante explicar al pueblo, y no sólo a sus representantes en la Asamblea Nacional, las razones de esta modificación". Los obispos subrayan también que la Asamblea Nacional, al final de su mandato, "sólo debe ocuparse de las cuestiones urgentes y de actualidad, a la espera de los resultados de las elecciones que se celebrarán el 20 de abril y de la toma de posesión de los nuevos representantes elegidos".
Los obispos esperan que una "cuestión tan importante, que cambiará profundamente la vida política de nuestro país" sea objeto de "una amplia consulta y de un debate nacional más inclusivo".
Por último, la Conferencia Episcopal Togolesa insta "al Jefe del Estado a que aplace la promulgación de la nueva Constitución y a que inicie un diálogo político inclusivo, tras los resultados de las próximas elecciones legislativas y regionales".
Ayer, 15 de abril, una delegación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO/ECOWAS) visitó Togo para, según un comunicado, "interactuar con las principales partes interesadas sobre los últimos acontecimientos en el país antes de las elecciones legislativas y regionales del 29 de abril de 2024".
(L.M.) (Agencia Fides 16/4/2024)